Ya había pasado un tiempo considerable desde que Shi MinZhe y Bing Wen habían marchado a investigar por la villa Zhulin. 

Bing Ming limpió su frente que ya tenía una ligera capa de sudor debido a los nervios. Realmente no había encontrado nada más en aquella casa a excepción de las manchas de sangre y la carta ilegible.

La señora estaba en un rincón, con la cabeza gacha y varias lágrimas humedeciendo el suelo sucio. Bing Ming ya no sabía cómo consolarla, después de todo había sufrido una perdida muy grande. Aún así, en el fondo de su corazón, la empatía desbordaba y de cierta forma podía entenderla. 

De repente, recordó algo.

"Disculpe..." Bing Ming se agachó a su lado. La señora levantó su cabeza, prestándole atención. Bing Ming continuó: "¿Cuál es su nombre?"

"El nombre de esta humilde persona es Xian" contestó sin problemas.

"Umm, señora Xian, ¿ustedes tenían alguna relación con personas del país de Dongtu?" 

A pesar