Fue cuestión de tiempo para que la Gran Sala se llenará de conversaciones varias. Shi MinZhe aún continuaba aturdido por lo que Bing Ming le había dicho antes. 

En base a su experiencia, Shi MinZhe sabía que debía permanecer callado en una discusión de tal magnitud. Si no tenía nada importante que decir, mejor no decirlo en lo absoluto. 

Durante el tiempo que estuvo con su familia, cuando llegaba la hora de sentarse todos a la mesa, Shi MinZhe era el único en pasar de cualquier tema, pues no sería escuchado de todas formas. Las conversaciones entre él y sus padres y hermanos, podían contarse con los dedos de una mano. Por suerte, a Shi MinZhe le daba igual, y quizás por eso nunca pudo llevarse bien con ellos. 

Shi MinZhe se fijó en cada una de las personas dentro de la Gran Sala, las cuales conversaban a viva voz sobre la gente de Dongtu. Respecto a este tema, desconocía los detalles, pero intentaba asimilar lo