— ¿Y tú porque tienes esa sonrisa? Pareces recién follado — dijo Thomas Kurt.
Killiom Mcklain no dijo más y ensanchó su sonrisa, dirigiéndose a su oficina.
Esa mañana decidió saludar a su secretaria, la cual quedó bastante sorprendida y extrañada, su fiel amigo le seguía con curiosidad, no se quedaría contento hasta saber toda la historia, su amigo nunca sonreía tan temprano en la mañana.
— Mcklain, que ha pasado anoche, te veo muy feliz, cuéntame a quien te has follado — dijo Thomas mientras se sentaba y le miraba con curiosidad.
- Anoche me di el polvo de la vida, un pequeño diablito me ha puesto de buen humor- respondió Killiom mientras se sentaba en la silla principal de su oficina.
Recordar lo ocurrido le subía más el ánimo, algo que su amigo agradeció, ya le bastaba con el malgenio eterno, ya se había resignado, pero esa mañana una luz de esperanza llegó a su vida, descubrió que su amigo no era de roca sólida, tenía sonrisa y humor, esto era algo nuevo, pero le gustaba.
Kill no detallo lo ocurrido en la noche, solo describió con pelo de detalles a la mujer que le había puesto de buen humor.
Anoche estuve con hiro para cerrar el trato, lo hicimos, firmó y se fue, yo decidí quedarme a terminar mi bebida, no tenía afán, pero en la pista veo a una pequeña mujer, que se movía tan sexy que decidí acercarme, ella estaba tan ensimismada en la música que no me vio llegar, chocó con mi pecho y me miró algo sorprendida, allí fue donde la vi bien, era espectacular, unos ojos grandes y saltones, pestañas muy largas y cejas pobladas, pero su boca era deliciosa, unos labios carnosos que harían suspirar a más de uno, de hecho así estaban algunos hombres del lugar, que la miraban hambrientos buscando el momento perfecto para atacar, la mujer comenzó a bailarme y vi un trasero delicioso y unas curvas bastante pronunciadas, pero su piel fue lo que más me encantó, era un color muy llamativo, era morena, cómo dorada y un cabello rizado y cortó. La mujer era una belleza flotante y me hipnotizo, me deje llevar hasta su hotel y allí ocurrió todo.
Thomas lo miraba sorprendido, jamás había visto a su amigo relatar a una mujer con tantas ganas y tan detalladamente, claro está que siempre miraba todo y nada se le escapaba, pero nunca lo decía a los 4 vientos.
— ¡Que ha pasado contigo, necesitas otra dosis de esa feiry, otra dosis más y te vuelves humano! — dijo Thomas poniéndose una mano en la frente de manera dramática.
Estos dos eran polos opuestos, pero eran los mejores amigos desde que tenían 4 años de edad.
Sus padres se conocían y eran amigos cercanos, así que crecieron juntos, se consideraban como hermanos, más que todo cuando los padres de Killiom murieron en un accidente, quedando con la responsabilidad de sus hermanos sobre sus hombros.Desde entonces su amigo había visto como un joven de 14 años tomaba responsabilidades de uno de 25, a eso se debía su carácter fuerte y bastante chocante, no dejaba que nadie entrará en su vida, era muy celoso con ello...
— ... ¿Y qué pasó con tu hada? ¿Cómo se llama o donde vive? — preguntó su amigo trayendo lo a la realidad.
— No lo sé, me fui muy temprano, no le pregunte nada, una mujer así me traería bastantes problemas, me tendría por los huevos y una debilidad de esas no me la permito —
Su amigo soltó una carcajada, un hombre como Killiom estaba asustado de una pequeña mujer, eso sí que era totalmente nuevo.— Si está en tu destino, aparecerá en cualquier momento de tu vida — dijo Thomas dándose ínfulas de sabio.
Su amigo sonrió y lo despacho, había bastante trabajo por delante.En un hotel a 40 minutos de distancia.Maite se preparaba para ir a un parque ecológico que había investigado por intentar, disfruto y la paso genial, era hermoso.Su día había sido maravilloso y lo disfrutaba.
En la noche al llegar a casa puso Skype y llamo a su prima Coral, que para su pesar estaba con Yayis, así que el despelote se veía venir y ella que estaba a kilómetros de casa lo sentía.— Mi tía dice que te has vuelto loca, que lo más probable es de que no vuelvas — sentenció Coral mientras se maquillaba la boca.
Yayis reía y hacia una imitación de la madre en cuestión. Su madre era dramática por naturaleza así que no le sorprendía la noticia.
Sonrió y comenzó a relatar lo ocurrido la noche anterior.Sus amigas la felicitaron y le pidieron que disfrutará al máximo y que se cogiera a cada Highlander buenon que se le antojara.May sonrió y les prometió disfrutar cada momento de su viaje, colgó y se dispuso a comer un poco.
Estaba pensando conocer más lugares del país, así que organizó un cronograma de salida, serían 2 meses más para conocer lo que más podía, estaba ansiosa.En la mañana siguiente vio que necesitaría algo de ropa y cosas personales, su ración ya estaba a punto de acabar.
Decidió ir al centro de la ciudad a comprar algunas cosas y se encontró con un gran alboroto, todo el mundo miraba hacia lo alto de un edificio, ella miró con curiosidad y se encontró con una pequeña niña que estaba sobre una ventana jugando.
No lo pensó dos veces y corrió al ascensor y sin mediar palabra con la secretaria de dirigió a la puerta en frente, era el 7 piso desde donde la pequeña jugaba a al avión, las puertas de la oficina estaban cerradas, las abrió de par en par y rápidamente tomó a la chiquita entre los brazos y la quitó de la ventana, una niña de aproximadamente 4 años, que lloraba intentando soltarse de sus brazos.Una mujer bastante alterada se acercó a ella y se la arrebato, asegurando de que la iba a robar, que era una ladrona de niños.
Maite que ya estaba bastante ofuscada no se quedó callada.— ¡No señora, a mí nadie me viene a tratar de ladrona, ni m****a, cómo es que tú eres tan mala madre que no se da cuenta que su hija está al borde de una ventanaa, estaba a punto de lanzarse, olvídese! — Gritaba Maite a la mujer.
Está se abalanzó sobre ella a pegarle a lo que Maite trato de pararla, la mujer estaba loca y no se rebajaría a su nivel así que trato de que se calmará, pero del estrés que le provocaba termino dándole una bofetada. La mujer soltó un grito y lloró, justo cuando dos grandes hombres entraban a separar la pelea.
Maite estaba tan ofuscada que no reparo a los recién llegados, solo alegó muy enojada y contó lo ocurrido.
— ¡Odio a las mujeres irresponsables, pendeja no faltaba más, le salvó la hija y salgo a deber, estoy que la asesinó a la pendeja! — decía en español, estaba en un país donde el español no era la lengua materna, así que todos la miraron sorprendidos.
— ¡Quítate tú de mi camino, estorbas! — Le gritó al hombre que estaba en la puerta y empujándolo salió del edificio.Todos estaban descolocados y fue la secretaría la que puso en contexto a todos.
Killiom había quedado totalmente congelado, pues la mujer que peleaba con su hermana eran nada más y nada menos que la chica de la discoteca, estaba bastante enojada y razón no le faltaba, pero para su sorpresa la mujer lo había excitado en ese momento, era algo irracional y eso lo sorprendió.Thomas se rio por lo bajo porque había visto la tensión de su amigo al ver a la mujer, ya sabía que se trataba de la ninfa enigmática.
Pero que ninfa con tan mal carácter, que hasta lo había insultado y empujado para abrirse paso.— Desde ahora tú te alejaras de la niña, voy a buscar una niñera competente, porque contigo se morirá algún día — Killiom le dijo a su hermana y se marchó con la niña en sus brazos.Maite no se percató del hombre que había tenido en frente minutos antes, cuándo se enojaba solo veía humo a su alrededor, no entendía como una mujer podía ser tan descuidada, era totalmente inaudito y eso la ponía de muy mal humor.Necesitaba calmar su irá, así que decidió almorzar algo en el primer restaurante que vio, se sentó en el primer puesto vacío que tuvo en frente y pidió la carta, el día no había comenzado bien, pero la comida y un buen postre lo solucionaría, miró cada menú y se decidió por pedir una ternera en salsa de ciruelas que sonaba apetitoso, así que eligió y espero a que su orden llegará.La ternera estaba asada a la perfección, estaba fascinada con lo que estaba en su plató.En una mesa más Adelante...Kill no había podido quitarle la mirada a la mujer de sus deseos, era tan interesante y le tenía en una conste excitación, primero por su rabieta tan espectacular y ahora por la forma en que disfrutaba de la comida, se notaba el placer en su rostro y eso le fascinab
La semana transcurrió y decidió que ya era justo y necesario volver a su país de residencia, ya su billetera no soportaría más.Arreglo sus maletas y tomó el primer vuelo a España.El viaje fue tranquilo y entretenido, gracias a una hermosa anciana que le relato algunas leyendas medievales y justo hablo de esos Highlanders buenones que le encantaban y se acordó de él, el mal padre, ¿Habría sido tan delicioso cabalgarlo nuevamente?, sonrió tristemente y siguió escuchando la historia de la anciana. — ¡Sabes, niña, en tu destino está ese hombre que te tiene pensando! — dijo la anciana mirándola a los ojos.Maite se asustó por lo que dijo, pero lo disimuló lo mejor que pudo, con una afable sonrisa. Sería una simple coincidencia solamente.En el aeropuerto la esperaban su prima y su mejor amiga, la abrazaron y gritaron al unísono. Es que las mujeres ya venían prendidas, se venían tomando el famoso tequilita que tanto adoraba Yayis, las reprendió por lo temprano que era para tomar y se sir
La entrada del primer cliente hizo que Maite sonriera, estaba totalmente dichosa, miró al hombre que están frente a ella, uno grande y sumamente atractivo se paraba de frente y la miraba con soberbia, creyéndose rey y señor del lugar, tenía una sonrisa cínica y una seguridad que hacia todo más pequeño tan solo con su presencia.— ¿En que lo puedo ayudar? — Dijo ella, colocándose uno de sus rizos detrás de su oreja.— ¡Podría ayudarme muchísimo desocupando MI PROPIEDAD! — dijo él de manera altanera.- Mi nombre es Malcom Lancaster, un placer conocerla, señorita Maite león - se presentó haciendo gala de toda la superioridad que mostraba.— ¡No creó decir lo mismo, para mí no es un placer conocerlo!, Para quede claro, este lugar lo compré hace poco, así que la única propietaria soy YO — puntualizó ella, haciendo que el hombre riera divertido.Nadie en su vida osaba contestarle o enfrentarlo y allí estaba la pequeña mujer, haciendo gala de ese genio latino que también conocía gracia
El día pintaba bien, frío ya casi apuntando a la primavera, estaba feliz de comenzar un día más con la tienda llena, su ropa era un éxito, suspiró al ver a unas chicas jóvenes medirse diferentes faldas, recordó cuando tenía esa edad y se peleaba con coral por alguna prenda que le gustaba a las dos, como era de esperarse su prima ganaba la mayoría de veces, su carta fuerte era la manipulación, era una experta en ello y no tenía ni un ápice de remordimiento al admitirlo.— ¡Buenos días, mi nombre es Camelia! ¿le importaría atenderme un momento? —Maite arrugo el ceño y asintió no muy convencida.— Usted dirá — dijo sin mostrar algo de simpatía, la tal Camelia no le generaba confianza.— como ya sabe, el señor Malcom ha venido por su local, para él, es una espina molesta, pero yo he venido a salvarla, ¿qué le parece vendernos el local?, usted podrá seguir aquí, con lo que sea que venda aquí — dijo la mujer con profunda satisfacción en su rostro.La cara de Maite pasó del asombro a la irá
La ansiedad de Maite se estaba apoderando de su cuerpo, ¿en que estaba pensando cuando aceptó tal propuesta?, para colmó se había mandado mensajes calientes minutos antes con su propio verdugo. Alisó su cabello por décima, parecía una niña pequeña que llevaran a un parque de diversiones, sonrió ante el ultimo pensamiento, ¡claro que sería como estar en un parque muy divertido!El sonido del timbre la hizo volver de sus pensamientos, sabia aún era, su figura detrás de la puerta semi cristalina lo delataba.Se miró al espejo para asegurarse de que se veía bien — ¡qué buena estas Maite! — se dijo así misma para calmar sus nervios.— Buenas noches Maite, ¿como esta? — dijo Kill con ese acto tan característico mientras recorría su cuerpo con la mirada, debía admitir que se veía muy bien, sexy y sus labios rojos lo estaban tentando.— Estoy bien, pasé — respondió ella poniéndose a un lado, dejándole el caminó libré.— ¿Que desea tomar, señor Killiom? —— Lo que usted deseé brindarme — res
Llevaban un mes en la misma situación, entregando sus cuerpos mutuamente y peleando porque ninguno quería ceder en cuanto a la venta del local.No presiono más, sabiendo que Lancaster por arte de magia había desistido de comprar el lugar, ahora el maldito solo estaba dedicado a hacer caer sus ventas con una campaña de desprestigio hacia la moda rápida, algo de lo que él también era participé y uno de los pioneros.En el poco tiempo Maite lograba llevarlo al límite con su carácter y aunque nunca lo admitiera le encantaba su forma de ser, era fuerte, independiente y tan segura de sí misma, que se dijo que esa sería la mujer que quería a su lado.Maite estaba adaptándose a él, le gustaba llevarle la contraria por simple capricho, eso le divertía y a él le irritaba, sonrió al recordar su última pelea esa mañana, la reconciliación había sido colosal.Se arregló y se dirigió a su lugar de trabajo, una mañana serena, sin altibajos.— Hola, ¿qué tal? — dijo un hombre guapo, de sonrisa perfect
Los días pasaron y aunque Maite había decidido no buscarlo, veces pasaba cerca de su casa lentamente, solo con el fin de saber que estaba bien, pero la desilusión fue grande al darse cuenta de que este estaba la mar de feliz con sus hijos y su esposa. Llevaban 2 meses sin hablar, él nunca la llamó, nunca le explicó lo sucedido y para ella fue duró intentar abrir su corazón y ser completamente honesta con alguien y que todo se estrellara en su rostro como un puñetazo, ¿porque era tan difícil si llevaban tan poco?, se sentía devastada, no pasó igual como con Frank, su cancelación de la boda fue lo mejor que le había sucedido, lloro, no lo iba a negar, pero no fue algo con lo que lidio más de 5 días. Esa noche se sentó en el sofá, con una copa de vino tinto del barato, de hecho no tenía ni idea de licores, solo compro lo primero que vio en la estantería, tomó su copa y dando un sorbo recordó como era en su juventud. Siempre trato de agradar, de complacer a todos a su alrededor, de sen
3 meses de tortura para Kill pasaron lentamente, había decidido volver a Escocia, para tomarse un tiempo libre con los niños, se había vuelto un ogro peor que antes. No era un hombre acostumbrado a pedir disculpas y mucho menos a dar explicaciones de su vida, una que ahora estaba más complicada, decidió alejarse de Maite porque está en últimas le removía sus cimientos y era algo que no podía manejar y ese era el problema, ¿como una mujer tan pequeña podía trastocarle su vida así?, sumido en sus pensamientos estuvo en el despacho por horas, como cada tarde. — ¡Cariñoo! ¿Qué haces aquí tan sólitoo? - pregunto Katrina. — Trabajar — respondió él. — Pero, amor, tienes que descansar un poco, vamos a comer algo, los Dos solos, sin interrupción, ¿te parece? — decía Katrina mientras se acercó a él y masajea sus hombros. Kill a cada momento más incómodo intentó moverse, detestaba que lo tocarán así, pero era imposible con lo empalagosa que era aquella mujer. Respiro profundo y levantánd