CAPITULO 3

— ¿Y tú porque tienes esa sonrisa? Pareces recién follado — dijo Thomas Kurt.

Killiom Mcklain no dijo más y ensanchó su sonrisa, dirigiéndose a su oficina.

Esa mañana decidió saludar a su secretaria, la cual quedó bastante sorprendida y extrañada, su fiel amigo le seguía con curiosidad, no se quedaría contento hasta saber toda la historia, su amigo nunca sonreía tan temprano en la mañana.

— Mcklain, que ha pasado anoche, te veo muy feliz, cuéntame a quien te has follado — dijo Thomas mientras se sentaba y le miraba con curiosidad.

- Anoche me di el polvo de la vida, un pequeño diablito me ha puesto de buen humor- respondió Killiom mientras se sentaba en la silla principal de su oficina.

Recordar lo ocurrido le subía más el ánimo, algo que su amigo agradeció, ya le bastaba con el malgenio eterno, ya se había resignado, pero esa mañana una luz de esperanza llegó a su vida, descubrió que su amigo no era de roca sólida, tenía sonrisa y humor, esto era algo nuevo, pero le gustaba.

Kill no detallo lo ocurrido en la noche, solo describió con pelo de detalles a la mujer que le había puesto de buen humor.

Anoche estuve con hiro para cerrar el trato, lo hicimos, firmó y se fue, yo decidí quedarme a terminar mi bebida, no tenía afán, pero en la pista veo a una pequeña mujer, que se movía tan sexy que decidí acercarme, ella estaba tan ensimismada en la música que no me vio llegar, chocó con mi pecho y me miró algo sorprendida, allí fue donde la vi bien, era espectacular, unos ojos grandes y saltones, pestañas muy largas y cejas pobladas, pero su boca era deliciosa, unos labios carnosos que harían suspirar a más de uno, de hecho así estaban algunos hombres del lugar, que la miraban hambrientos buscando el momento perfecto para atacar, la mujer comenzó a bailarme y vi un trasero delicioso y unas curvas bastante pronunciadas, pero su piel fue lo que más me encantó, era un color muy llamativo, era morena, cómo dorada y un cabello rizado y cortó. La mujer era una belleza flotante y me hipnotizo, me deje llevar hasta su hotel y allí ocurrió todo.

Thomas lo miraba sorprendido, jamás había visto a su amigo relatar a una mujer con tantas ganas y tan detalladamente, claro está que siempre miraba todo y nada se le escapaba, pero nunca lo decía a los 4 vientos.

— ¡Que ha pasado contigo, necesitas otra dosis de esa feiry, otra dosis más y te vuelves humano! — dijo Thomas poniéndose una mano en la frente de manera dramática.

Estos dos eran polos opuestos, pero eran los mejores amigos desde que tenían 4 años de edad.

Sus padres se conocían y eran amigos cercanos, así que crecieron juntos, se consideraban como hermanos, más que todo cuando los padres de Killiom murieron en un accidente, quedando con la responsabilidad de sus hermanos sobre sus hombros.

Desde entonces su amigo había visto como un joven de 14 años tomaba responsabilidades de uno de 25, a eso se debía su carácter fuerte y bastante chocante, no dejaba que nadie entrará en su vida, era muy celoso con ello...

— ... ¿Y qué pasó con tu hada? ¿Cómo se llama o donde vive? — preguntó su amigo trayendo lo a la realidad.

— No lo sé, me fui muy temprano, no le pregunte nada, una mujer así me traería bastantes problemas, me tendría por los huevos y una debilidad de esas no me la permito —

Su amigo soltó una carcajada, un hombre como Killiom estaba asustado de una pequeña mujer, eso sí que era totalmente nuevo.

— Si está en tu destino, aparecerá en cualquier momento de tu vida — dijo Thomas dándose ínfulas de sabio.

Su amigo sonrió y lo despacho, había bastante trabajo por delante.

En un hotel a 40 minutos de distancia.

Maite se preparaba para ir a un parque ecológico que había investigado por intentar, disfruto y la paso genial, era hermoso.

Su día había sido maravilloso y lo disfrutaba.

En la noche al llegar a casa puso Skype y llamo a su prima Coral, que para su pesar estaba con Yayis, así que el despelote se veía venir y ella que estaba a kilómetros de casa lo sentía.

— Mi tía dice que te has vuelto loca, que lo más probable es de que no vuelvas — sentenció Coral mientras se maquillaba la boca.

Yayis reía y hacia una imitación de la madre en cuestión. Su madre era dramática por naturaleza así que no le sorprendía la noticia.

Sonrió y comenzó a relatar lo ocurrido la noche anterior.

Sus amigas la felicitaron y le pidieron que disfrutará al máximo y que se cogiera a cada Highlander buenon que se le antojara.

May sonrió y les prometió disfrutar cada momento de su viaje, colgó y se dispuso a comer un poco.

Estaba pensando conocer más lugares del país, así que organizó un cronograma de salida, serían 2 meses más para conocer lo que más podía, estaba ansiosa. 

En la mañana siguiente vio que necesitaría algo de ropa y cosas personales, su ración ya estaba a punto de acabar.

Decidió ir al centro de la ciudad a comprar algunas cosas y se encontró con un gran alboroto, todo el mundo miraba hacia lo alto de un edificio, ella miró con curiosidad y se encontró con una pequeña niña que estaba sobre una ventana jugando.

No lo pensó dos veces y corrió al ascensor y sin mediar palabra con la secretaria de dirigió a la puerta en frente, era el 7 piso desde donde la pequeña jugaba a al avión, las puertas de la oficina estaban cerradas, las abrió de par en par y rápidamente tomó a la chiquita entre los brazos y la quitó de la ventana, una niña de aproximadamente 4 años, que lloraba intentando soltarse de sus brazos.

Una mujer bastante alterada se acercó a ella y se la arrebato, asegurando de que la iba a robar, que era una ladrona de niños.

Maite que ya estaba bastante ofuscada no se quedó callada.

— ¡No señora, a mí nadie me viene a tratar de ladrona, ni m****a, cómo es que tú eres tan mala madre que no se da cuenta que su hija está al borde de una ventanaa, estaba a punto de lanzarse, olvídese! — Gritaba Maite a la mujer.

Está se abalanzó sobre ella a pegarle a lo que Maite trato de pararla, la mujer estaba loca y no se rebajaría a su nivel así que trato de que se calmará, pero del estrés que le provocaba termino dándole una bofetada. La mujer soltó un grito y lloró, justo cuando dos grandes hombres entraban a separar la pelea.

Maite estaba tan ofuscada que no reparo a los recién llegados, solo alegó muy enojada y contó lo ocurrido.

— ¡Odio a las mujeres irresponsables, pendeja no faltaba más, le salvó la hija y salgo a deber, estoy que la asesinó a la pendeja! — decía en español, estaba en un país donde el español no era la lengua materna, así que todos la miraron sorprendidos.

— ¡Quítate tú de mi camino, estorbas! — Le gritó al hombre que estaba en la puerta y empujándolo salió del edificio.

Todos estaban descolocados y fue la secretaría la que puso en contexto a todos.

Killiom había quedado totalmente congelado, pues la mujer que peleaba con su hermana eran nada más y nada menos que la chica de la discoteca, estaba bastante enojada y razón no le faltaba, pero para su sorpresa la mujer lo había excitado en ese momento, era algo irracional y eso lo sorprendió.

Thomas se rio por lo bajo porque había visto la tensión de su amigo al ver a la mujer, ya sabía que se trataba de la ninfa enigmática.

Pero que ninfa con tan mal carácter, que hasta lo había insultado y empujado para abrirse paso.

— Desde ahora tú te alejaras de la niña, voy a buscar una niñera competente, porque contigo se morirá algún día — Killiom le dijo a su hermana y se marchó con la niña en sus brazos.

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