Era una fría noche y justo en esos momentos se podía ver a un automóvil deportivo ir a su máxima velocidad por las calles, acelerando para ganarle al cambio de luces del semáforo y tomaba las curvas de forma muy osada.La razón de esta irresponsabilidad era por la angustia que sentía el conductor y dueño de ese automóvil, porque acababa de recibir la peor noticia de todas y deseaba llegar rápido al hospital.El nombre de esta persona era James Griffith, quien hace unos minutos estaba por ingresar a una junta con los socios de su empresa, pero recibió una llamada de su casa donde la sirvienta le dio la horrible noticia de que su esposa estaba de camino al hospital porque el parto se adelantó.Al llegar al hospital corrió a toda prisa importándole poco si estacionaba bien su auto o lo cerraba, solo estaba concentrado en llegar rápidamente hasta la habitación donde ella estaba porque deseaba verla y preguntar que habia pasado, pero al llegar se encontró a sus padres discutiendo con el mé
De forma paralela a lo que estaba ocurriendo en el hospital, en otra parte de la ciudad… más específico en una mansion algo pequeña, habia una hermosa joven pelinegra de 18 años, quien se estaba limpiando sus lágrimas mientras recogía sus pocas pertenecías de su habitación y las guardaba en una maleta vieja. Justo en eso tocaron la puerta por lo que busco esconder su maleta improvisada debajo de su cama, para ir a abrir las puertas. - ¿Papá? – preguntó al llegar a la puerta y empezar a abrirla - ah… eres tú – dijo molesta al ver que era su hermanastro, por lo que sin miramientos busco cerrar la puerta y azotarla en su cara. - Aw… la imbécil está llorando – se burló sosteniendo la puerta y empujándola con fuerza para impedir que fuera cerrada y volver a abrirla. - ¿Qué quieres? lárgate de aquí William. - ¿O qué? ¿vas a gritar? porque te recuerdo que aquí nadie te quiere – indicó empleando un tono malicioso en su voz. - … - ella apretó con fuerza los puños y frunció el ceño, porqu
Desde esa cruel noche que marco el destino de 3 personas, ya habían pasado 5 años y justo en esos momentos podíamos ver a una Charlotte de ya 23 años estar colocando un letrero de madera en la calle, en el cual se anunciaba el menú del día y las bebidas que ofrecía en su local. Ya que después de pensar bien las cosas y los planes que seguiría para su nueva vida, empezo a buscar un trabajo en las calles cercanas al motel donde se quedaba e igual en los anuncios de los diarios. Tras pasar un mes de búsqueda se encontró con el anuncio de una tienda donde se vendía esos famosos tes con burbujas, el cual buscaba empleada de tiempo completo y lo mejor de todo es que ese local contaba con un pequeño departamento en la planta superior… lo cual era justo lo que necesitaba ella, así que al pedir la entrevista y pedir que también le rentaran el local, llego a un acuerdo justo y logro obtener ambos, por lo que enseguida empezo a vivir en ese lugar junto con el bebe a quien llamo Arturo. - Mami
James la escucho llegar y hablarle, pero estaba tan molesto que busco ignorarla para seguir hablando con Charlotte. - Te repito, es peligroso que el niño este aquí contigo podría hacerse daño. - … - la pelirroja le dedico una mirada de molestia a James porque la estaba ignorando, por lo que dejo escapar un suspiro y enfocó su vista en esa mujer y en el mocoso, justo en eso noto algo extraño en el brazo derecho de ese niño porque vio que por un momento en que se alzó la manga de su camisa se podía ver una marca de nacimiento, la cual era similar a… en eso parpadeó asustada, pero ya no pudo verificar eso poque la camisa se movió y volvió a cubrir esa zona del brazo del niño. - Buenos días señora Elizabeth – le saludó Charlotte por cortesía, pero al ver que ella no le contesto solo arqueo la ceja ante ese comportamiento tan infantil e igual sintió lastima por ella porque veía que ese castaño la estaba ignorando apropósito. - Oye te estoy diciendo que ya no quiero ver a ese niño aquí
Por su parte James regreso a su oficina, aunque su mente estaba distraída pensando en todo lo que habia descubierto ese día y no lograba concentrarse en su trabajo.- Si sigues así solo se te juntara el trabajo y al rato estarás llorando – escuchó que una voz cerca de él, la cual se notaba cansada y ligeramente molesta.- Tch… es que no puedo concentrarme – confesó el castaño, alzando la mirada para ver a su mejor amigo y asistente a su lado.- A ver ¿dime que te pasa? – interrogó aburrido el pelinegro.- Es por lo de las cafeterías.- Ah cierto, bueno creo que si debes preocuparte – indicó frunciendo ligeramente el ceño.- ¿Por qué?- Míralo tú mismo – dijo pasándole las carpetas de la información que encontró – si recuerdas, me pediste que lo investigue y aquí tienes todo.- ¿Todo? vaya que rápido eres Ángel… te felicit… o… ¿qué significa esto? – interrogó furioso al ver que habia muchos espacios en blanco en esos reportes y de hecho estaban incompletos.- Pues es todo lo que existe
Después de pasar esa cena con ellos, James empezo a sentir que ese vacío que sentía se llenaba poco a poco, porque fue tomando como rutina el pasar temprano a la cafetería a comprar su café y su sándwich antes de ir a la oficina e igual sentía un extraño sentimiento que lo motivaba a convivir más con el pequeño Arturo.Al día siguiente, al llegar a la oficina, Ángel le confirmo sus sospechas sobre las acciones de Elizabet con respecto a la casa de Amelia, por lo cual James ahora estaba realmente furioso al ver todo el daño a esa propiedad… y si estaba furioso con solo las fotos, no sabía que podría hacer si miraba en persona ese desastre.- ¿Qué quieres hacer con esto? – le preguntó el pelinegro.- Por ahora nada – le ordenó dejando notar la frustración en su voz.- ¿Qué? pero…- Si llego y les digo esto ahora a mis padres, tristemente ellos no me van a creer porque Elizabeth los tiene en la palma de su mano.- ¿Entonces? ¿la dejaras salirse con la suya?- No, voy a reunir toda la evi
Elizabeth tomo ambas fotos mirándolas con detenimiento y analizando los rasgos de los 3, llegando a la obvia conclusión que ese niño era el maldito bastardito de la maldita de Amelia, por lo cual ahora tenía miles de preguntar, pero busco calmarse.- No… esto no… no puede ser… ese mocoso debería estar muerto… porque…Ella se empezaba a sentir ansiosa, porque ese niño podría representar un gran obstáculo en sus planes por lo que debía hacer algo a la voz de YA.No podía dejar que James descubriera esa verdad y que convirtiera a ese niño en el heredero de la fortuna de la familia… o en su defecto tendría que compartirlo con ese niño si es que lograba volverse la nueva señora Griffith.En eso su vista se fijó en una vieja foto de cuando James y ella estaban en la escuela secundaria… si ese debió ser el perfecto inicio de su historia de amor, pero no fue así porque en esas fechas él conoció a esa maldita mujer patética, la cual se atrevió a robarle lo que era suyo.- Debo deshacerme de es
Los intrusos no eran ladrones comunes, de hecho, esas “personas” seguían las instrucciones de un cliente importante, quien los contrato para llevar a cabo esa sencilla misión y para asegurar que todo saliera perfecto les dio los planos del lugar y hasta fotos de donde estaba ubicado cada objeto para que hubiera problemas.La misión era fácil: solo debían ingresar a esa cafetería, asesinar a la mujer y al niño que vivían en ese lugar, si quería podrían robarse lo que encontraran de valor, pero debían montar una escena, para que cuando encontraran los cadáveres pareciera que fue un robo que se descontroló.Ingresar al lugar fue sencillo, ya que las ventanas eran antiguas y fue fácil romperlas, por lo cual comenzaron bien y habían aprendido de memoria los planos que les dieron así que era fácil moverse en la oscuridad… o eso fue lo que pensaron, ya que todo empezo a salir mal cuando uno de ellos se tropezó y se lastimándose la barbilla al golpearse contra algo metálico y pesado.Con eso,