Una vez que las dudas fueron aclaradas, las cosas estuvieron tranquilas en la casa o bueno casi… porque a veces los antojos de dulces en la madrugada eran sorpresivos para James, pero por suerte Tere y los de la cocina estaban preparados para ayudarlo.En el muelle la rutina con algunos envíos sorpresa eran normales, aunque a veces James buscaba escaparse a la constructora para ver en que podía ayudar e igual le habia pedido ayuda a Celso y a Adrián para que le enseñaran un poco sobre el manejo de la empresa.Por su parte, como prometió Charlotte cuando cumplió los 6 meses de embarazo reunió a todos sus empleados para anunciarles que ella trabajaría desde casa por recomendación médica, notando que todos le apoyaban y que lo que necesitara contara con ellos, porque no querían que se esforzara.Al terminar el anuncio ella regreso a su oficina en compañía de Adrián.- Bueno hoy es el último día y ya sabes: las firmas que necesiten…- Lo sé, te llevo los papeles a tu casa – le interrumpió
- Por cierto ya es hora de un bocadillo de frutas – indicó James al ver la hora – oye mi amor ¿quieres fresas con choco...? ¿amor? – preguntó confundido al ver que se habia quedado de pie y tenía la fija a la nada. - James… - le llamo ella. - ¿Mami? - James… ellos… - empezó a decir asustada buscando su mirada. - Amor ¿qué tienes? – preguntó asustado mientras llegaba a su lado para abrazarla. - No sé, pero llévame al hospital… algo no está bien. Todos se asustaron ante esa declaración, por lo que James no lo dudo y la cargo para llevarla al auto rápidamente. - Mami – Arturo corrió detrás de ellos para subirse al auto y acompañarlos. - Arturo quédate con tus abuelos – le ordenó James. - Pero… - Ven hijo, deja que se vayan y ahora los alcanzamos – opinó Victoria abrazándolo. - Pero… - ¡Váyanse de una vez! ya los seguimos – declaró Michael. - … - James asintió y con eso puso en marcha el auto rumbo al hospital - amor ¿que sientes? - No sé, pero me patearon de una forma extra
Era una fría noche y justo en esos momentos se podía ver a un automóvil deportivo ir a su máxima velocidad por las calles, acelerando para ganarle al cambio de luces del semáforo y tomaba las curvas de forma muy osada.La razón de esta irresponsabilidad era por la angustia que sentía el conductor y dueño de ese automóvil, porque acababa de recibir la peor noticia de todas y deseaba llegar rápido al hospital.El nombre de esta persona era James Griffith, quien hace unos minutos estaba por ingresar a una junta con los socios de su empresa, pero recibió una llamada de su casa donde la sirvienta le dio la horrible noticia de que su esposa estaba de camino al hospital porque el parto se adelantó.Al llegar al hospital corrió a toda prisa importándole poco si estacionaba bien su auto o lo cerraba, solo estaba concentrado en llegar rápidamente hasta la habitación donde ella estaba porque deseaba verla y preguntar que habia pasado, pero al llegar se encontró a sus padres discutiendo con el mé
De forma paralela a lo que estaba ocurriendo en el hospital, en otra parte de la ciudad… más específico en una mansion algo pequeña, habia una hermosa joven pelinegra de 18 años, quien se estaba limpiando sus lágrimas mientras recogía sus pocas pertenecías de su habitación y las guardaba en una maleta vieja. Justo en eso tocaron la puerta por lo que busco esconder su maleta improvisada debajo de su cama, para ir a abrir las puertas. - ¿Papá? – preguntó al llegar a la puerta y empezar a abrirla - ah… eres tú – dijo molesta al ver que era su hermanastro, por lo que sin miramientos busco cerrar la puerta y azotarla en su cara. - Aw… la imbécil está llorando – se burló sosteniendo la puerta y empujándola con fuerza para impedir que fuera cerrada y volver a abrirla. - ¿Qué quieres? lárgate de aquí William. - ¿O qué? ¿vas a gritar? porque te recuerdo que aquí nadie te quiere – indicó empleando un tono malicioso en su voz. - … - ella apretó con fuerza los puños y frunció el ceño, porqu
Desde esa cruel noche que marco el destino de 3 personas, ya habían pasado 5 años y justo en esos momentos podíamos ver a una Charlotte de ya 23 años estar colocando un letrero de madera en la calle, en el cual se anunciaba el menú del día y las bebidas que ofrecía en su local. Ya que después de pensar bien las cosas y los planes que seguiría para su nueva vida, empezo a buscar un trabajo en las calles cercanas al motel donde se quedaba e igual en los anuncios de los diarios. Tras pasar un mes de búsqueda se encontró con el anuncio de una tienda donde se vendía esos famosos tes con burbujas, el cual buscaba empleada de tiempo completo y lo mejor de todo es que ese local contaba con un pequeño departamento en la planta superior… lo cual era justo lo que necesitaba ella, así que al pedir la entrevista y pedir que también le rentaran el local, llego a un acuerdo justo y logro obtener ambos, por lo que enseguida empezo a vivir en ese lugar junto con el bebe a quien llamo Arturo. - Mami
James la escucho llegar y hablarle, pero estaba tan molesto que busco ignorarla para seguir hablando con Charlotte. - Te repito, es peligroso que el niño este aquí contigo podría hacerse daño. - … - la pelirroja le dedico una mirada de molestia a James porque la estaba ignorando, por lo que dejo escapar un suspiro y enfocó su vista en esa mujer y en el mocoso, justo en eso noto algo extraño en el brazo derecho de ese niño porque vio que por un momento en que se alzó la manga de su camisa se podía ver una marca de nacimiento, la cual era similar a… en eso parpadeó asustada, pero ya no pudo verificar eso poque la camisa se movió y volvió a cubrir esa zona del brazo del niño. - Buenos días señora Elizabeth – le saludó Charlotte por cortesía, pero al ver que ella no le contesto solo arqueo la ceja ante ese comportamiento tan infantil e igual sintió lastima por ella porque veía que ese castaño la estaba ignorando apropósito. - Oye te estoy diciendo que ya no quiero ver a ese niño aquí
Por su parte James regreso a su oficina, aunque su mente estaba distraída pensando en todo lo que habia descubierto ese día y no lograba concentrarse en su trabajo.- Si sigues así solo se te juntara el trabajo y al rato estarás llorando – escuchó que una voz cerca de él, la cual se notaba cansada y ligeramente molesta.- Tch… es que no puedo concentrarme – confesó el castaño, alzando la mirada para ver a su mejor amigo y asistente a su lado.- A ver ¿dime que te pasa? – interrogó aburrido el pelinegro.- Es por lo de las cafeterías.- Ah cierto, bueno creo que si debes preocuparte – indicó frunciendo ligeramente el ceño.- ¿Por qué?- Míralo tú mismo – dijo pasándole las carpetas de la información que encontró – si recuerdas, me pediste que lo investigue y aquí tienes todo.- ¿Todo? vaya que rápido eres Ángel… te felicit… o… ¿qué significa esto? – interrogó furioso al ver que habia muchos espacios en blanco en esos reportes y de hecho estaban incompletos.- Pues es todo lo que existe
Después de pasar esa cena con ellos, James empezo a sentir que ese vacío que sentía se llenaba poco a poco, porque fue tomando como rutina el pasar temprano a la cafetería a comprar su café y su sándwich antes de ir a la oficina e igual sentía un extraño sentimiento que lo motivaba a convivir más con el pequeño Arturo.Al día siguiente, al llegar a la oficina, Ángel le confirmo sus sospechas sobre las acciones de Elizabet con respecto a la casa de Amelia, por lo cual James ahora estaba realmente furioso al ver todo el daño a esa propiedad… y si estaba furioso con solo las fotos, no sabía que podría hacer si miraba en persona ese desastre.- ¿Qué quieres hacer con esto? – le preguntó el pelinegro.- Por ahora nada – le ordenó dejando notar la frustración en su voz.- ¿Qué? pero…- Si llego y les digo esto ahora a mis padres, tristemente ellos no me van a creer porque Elizabeth los tiene en la palma de su mano.- ¿Entonces? ¿la dejaras salirse con la suya?- No, voy a reunir toda la evi