Capítulo 4: Problemas

James la escucho llegar y hablarle, pero estaba tan molesto que busco ignorarla para seguir hablando con Charlotte.

- Te repito, es peligroso que el niño este aquí contigo podría hacerse daño.

- … - la pelirroja le dedico una mirada de molestia a James porque la estaba ignorando, por lo que dejo escapar un suspiro y enfocó su vista en esa mujer y en el mocoso, justo en eso noto algo extraño en el brazo derecho de ese niño porque vio que por un momento en que se alzó la manga de su camisa se podía ver una marca de nacimiento, la cual era similar a… en eso parpadeó asustada, pero ya no pudo verificar eso poque la camisa se movió y volvió a cubrir esa zona del brazo del niño.

- Buenos días señora Elizabeth – le saludó Charlotte por cortesía, pero al ver que ella no le contesto solo arqueo la ceja ante ese comportamiento tan infantil e igual sintió lastima por ella porque veía que ese castaño la estaba ignorando apropósito.

- Oye te estoy diciendo que ya no quiero ver a ese niño aquí en el local, es peligroso – repitió James frunciendo el ceño.

- Y como le digo, no hay problema porque mi hijo sabe comportarse y estar en un lugar apartado mientras mamá trabaja – explicó ella bajando a su pequeño, quien se fue a sentar a su mesita y ahora tomo su cubo de bloques de construcción.

- ¿Qué lugar?

- Si gusta asomarse, puede ver donde está en estos momentos – declaró ella.

James hizo una mueca y busco inclinarse un poco en el mostrador para ver que el pequeño castaño se miraba divertido armando una torre de cubos en una mesa alejada de todas las máquinas y de hecho era un lugar que estaba escondido de la vista de los clientes, por lo cual se podía decir que estaba en un lugar estratégico para estar a salvo y poder estar con ella sin estorbarla.

- Aun así, yo no creo que sea bueno que el niño este aquí contigo…

Elizabeth estaba furiosa, James a propósito la estaba ignorando y eso era algo que no toleraría, menos en frente de esa empleada.

- James, mi amor… - le volvió a llamar Elizabeth, quien ya se miraba molesta.

- No me digas así – le corrigió James frunciendo ligeramente el ceño.

- … - la pelirroja le dedico una mirada de molestia porque la corrigió delante de esa empleada a la cual miro a ver con el ceño frunció – James no me corrijas frente a esta empleada.

- Pues tú… - estaba por quejarse el castaño.

- Ejem… - en eso ambos miraron a ver a la pelinegra – sus peleas maritales podrían hacerla en otro lugar porque me espantan a los clientes.

- Ella no es…

- Tu cállate y no te metas, igualada – dijo furiosa Elizabeth.

- … - Charlotte solo arqueo una ceja mientras cruzaba sus brazos.

- Oye tu… ¿cómo te llamas? – le preguntó el castaño.

- Charlotte.

- Bien, mañana regreso para hablar contigo sobre el local y su mantenimiento.

- Bien, ya que igual deseo hablar de eso con usted.

- Pero James, yo soy…

- Y ya por la tarde quiero hablar contigo – le dijo James a Elizabeth pasando a su lado para caminar hacia la puerta.

- ¿A qué horas vendrá mañana? – preguntó la pelinegra.

- Mañana regreso como a esta hora para hablar del local y el departamento – dijo abriendo la puerta para salir del local, dejando a Elizabeth atrás.

- Am… jefa ¿le sirvo lo de siempre? – preguntó Charlotte al ver que ella seguía en el local, aunque parecía estar en shock.

- … - Elizabeth le miro a ver con odio antes de salir corriendo detrás de James.

- Eso fue raro ¿verdad hijo? – opinó Charlotte dejando escapar un suspiro mirando de reojo a su pequeño.

- Mia mami – dijo Arturo, quien no había prestado atención en su entorno y estaba mostrándole que siguiendo el manual construyo un barco con los bloques de construcción.

Por su parte, Elizabeth estaba furiosa, ya que odiaba esa situacion… ya que se suponía que para esas alturas James ya debería haber olvidado a su ex… pero parecía que seguía obsesionado con su recuerdo e igual se suponía que ya se habia olvidado de esas pequeñas tiendas de té porque estaba ocupado en otras cosas de la empresa.

Por esa misma razón ella busco hablar con los padres de James para que le ayudaran a convencerlo de que la dejaran a ella ver el manejo de esas pequeñas franquicias, que realmente no generaban mucho dinero y solo fueron creadas porque la difunta esposa de James deseaba empezar un negocio propio.

Claro que ella realmente solo se aseguraría de llevar a esas tiendas a la quiebra y buscar desaparecerlas por completo porque deseaba borrar de la faz de la tierra toda prueba o recuerdo de esa mujer, porque ella se convertiría en la nueva esposa de James Griffith y todo lo que no tuviera que ver con ella, estorbaba.

Su plan habia marchado bien y en verdad él se habia olvidado de esos locales y así estuvo por varios años, pero que los haya recordado de repente era sospechoso…

Tal vez este recuerdo repentino era culpa de alguno de esos estúpidos contadores de la empresa, el cual se puso a revisar las cuentas de los locales y notaron el mal manejo de las mismas.

Por eso mismo ella se encargaría de despedir a ese alguien y hacer que se arrepintiera de por vida por haberse metido en sus asuntos, porque justo esa mañana ella tenía su cita mensual en la estética y ahora debida aguantar el gran problema de volver a pedir una cita.

Lo que, si debía darle un bono extra a su sirvienta personal, porque ella logro avisarle a tiempo y así evito que James se relacionara con esa mujer y ese mocoso… el cual con esa marca le daba muy mala espina, pero por ahora buscaría arreglar rápidamente el problema con James.

Al salir del local empezo a buscarlo con la mirada y lo encontró a unos pasos de su auto y justo en esos momentos estaba hablando por teléfono con alguien ya que a veces él fruncia el ceño al hablar.

- James yo… - le habló al ver que termino la llamada.

- ¿Qué quieres Elizabeth?

- Si sabes que no debes tratarme así frente a una empleada – se quejó ella cruzándose de brazos.

- Es un milagro que puedas decir que tienes una empleada, porque los demás locales están cerrados – le reclamó.

- Mi amor, esa no es mi culpa yo no… yo no sabía…

- ¿En serio? no se supone que me ayudarías a cuidar esos locales.

- Y lo hice, pero no puedo controlar a la gente incompetente que ha trabajado en esos lugares.

- Espero que me estes diciendo la verdad Elizabeth.

- No tengo porque mentirte.

- Ya lo veremos, en un rato te espero en la empresa para hacerte una auditoria.

- ¡Que! pero amor eso no es…

- Si es necesario, porque de las 4 tiendas solo UNA está abierta y, de hecho, cada mes te pasaba dinero para el mantenimiento de todas.

- Amor… - empezó a decir, pero en eso se asustó al ver que este se acercó y le dedicaba una mirada gélida mientras la sujetaba de sus brazos.

- Te he dicho que no me llames así porque no somos nada y espero que la razón por la que los locales están cerrados no sea poque deseas destruir el legado de mi Amelia.

- ¡Ella ya está muerta!

- Te veo en un rato – dijo furioso James alejándose de golpe de su lado para subirse a su auto y alejarse del lugar.

Elizabeth estaba furiosa, porque todos los avances que habia logrado en esos tortuosos 5 años habían desaparecido de forma repentina y de nuevo habia regresado a no ser nada para él… en eso miro hacia atrás el local.

- Todo es tu culpa ¡estúpida! ni muerta me dejas en paz – se quejó molesta, rechinando los dientes y apretando los puños.

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