Después de pasar esa cena con ellos, James empezo a sentir que ese vacío que sentía se llenaba poco a poco, porque fue tomando como rutina el pasar temprano a la cafetería a comprar su café y su sándwich antes de ir a la oficina e igual sentía un extraño sentimiento que lo motivaba a convivir más con el pequeño Arturo.Al día siguiente, al llegar a la oficina, Ángel le confirmo sus sospechas sobre las acciones de Elizabet con respecto a la casa de Amelia, por lo cual James ahora estaba realmente furioso al ver todo el daño a esa propiedad… y si estaba furioso con solo las fotos, no sabía que podría hacer si miraba en persona ese desastre.- ¿Qué quieres hacer con esto? – le preguntó el pelinegro.- Por ahora nada – le ordenó dejando notar la frustración en su voz.- ¿Qué? pero…- Si llego y les digo esto ahora a mis padres, tristemente ellos no me van a creer porque Elizabeth los tiene en la palma de su mano.- ¿Entonces? ¿la dejaras salirse con la suya?- No, voy a reunir toda la evi
Elizabeth tomo ambas fotos mirándolas con detenimiento y analizando los rasgos de los 3, llegando a la obvia conclusión que ese niño era el maldito bastardito de la maldita de Amelia, por lo cual ahora tenía miles de preguntar, pero busco calmarse.- No… esto no… no puede ser… ese mocoso debería estar muerto… porque…Ella se empezaba a sentir ansiosa, porque ese niño podría representar un gran obstáculo en sus planes por lo que debía hacer algo a la voz de YA.No podía dejar que James descubriera esa verdad y que convirtiera a ese niño en el heredero de la fortuna de la familia… o en su defecto tendría que compartirlo con ese niño si es que lograba volverse la nueva señora Griffith.En eso su vista se fijó en una vieja foto de cuando James y ella estaban en la escuela secundaria… si ese debió ser el perfecto inicio de su historia de amor, pero no fue así porque en esas fechas él conoció a esa maldita mujer patética, la cual se atrevió a robarle lo que era suyo.- Debo deshacerme de es
Los intrusos no eran ladrones comunes, de hecho, esas “personas” seguían las instrucciones de un cliente importante, quien los contrato para llevar a cabo esa sencilla misión y para asegurar que todo saliera perfecto les dio los planos del lugar y hasta fotos de donde estaba ubicado cada objeto para que hubiera problemas.La misión era fácil: solo debían ingresar a esa cafetería, asesinar a la mujer y al niño que vivían en ese lugar, si quería podrían robarse lo que encontraran de valor, pero debían montar una escena, para que cuando encontraran los cadáveres pareciera que fue un robo que se descontroló.Ingresar al lugar fue sencillo, ya que las ventanas eran antiguas y fue fácil romperlas, por lo cual comenzaron bien y habían aprendido de memoria los planos que les dieron así que era fácil moverse en la oscuridad… o eso fue lo que pensaron, ya que todo empezo a salir mal cuando uno de ellos se tropezó y se lastimándose la barbilla al golpearse contra algo metálico y pesado.Con eso,
- MALDICION… IDIOTAS – gritaba furiosa Elizabeth porque hace unas horas habia recibido una llamada desagradable, donde le informaban que el plan fallo y de hecho los ladrones estaban en prisión… por suerte todo se realizó de una forma tan meticulosa que nadie la podría relacionar con lo sucedido. Realmente no le molestaba el fracaso… lo que la tenía furiosa era ese video que le enviaron donde se podía ver a un James angustiado por la seguridad de esa empleada y del mocoso. - Oh no… no voy a volver a vivir esto una segunda vez – declaró con odio mirando su reflejo a través del espejo de su cómoda, a la vez que trataba de calmarse, pero la rabia que sentía era mayor. En eso abrió los cajones de ese mueble de golpe y empezo a revolver el contenido de estos hasta sacar esa vieja foto, la cual estaba algo rota y con rayones de bolígrafos, en la foto se podía aprecia a una joven de cabello negro largo y de unos ojos de color esmeralda. - ¡Te odio! NI MUERTA ME DEJAS EN PAZ – gritó furio
A la mañana siguiente Charlotte se dio el lujo de levantarse un poco tarde, porque no tendría que abrir el local por lo que paso. - Ah… - ella ahogo un bostezo para prender la televisión para escuchar las noticias en lo que preparaba el desayuno. - Buenos días mami – saludó Arturo acercándose a darle un beso. - Buenos días, anda ve a lavarte en lo que sirvo. - ¿Hoy no café? - No, porque hoy vamos a arreglar el lugar y a pintarlo. - ¿Pintar? – preguntó emocionado. - Si – le dijo ella riendo al ver la gran emoción de su hijo. De esta manera desayunaron y salieron de casa para ir a comprar lo que necesitarían para decorar la cafetería o ese era el plan, ya que al salir del local se encontraron con un chico pelinegro, quien les estaba esperándolos en la calle. - Buenos días, am… ¿Charlotte? – les saludó al ver que salían del local. - Si ¿Quién tu? – preguntó Arturo buscando aparentar ser fuerte para proteger a su mami. - Hijo, tranquilo no lo recuerdas – mencionó Charlotte – er
Al reconocer el paisaje que se reflejaba por las ventanas del auto, James se enojó un poco y miro a ver a Elizabeth. - ¿Con cena especial te referías a ir a ver a mis padres? – preguntó un poco molesto, ya que ahora notaba cuales eran los planes de ella. - ¿Qué? ah… es verdad – habló mirando por la ventana - hehe creo que el chofer se confundió, pero ya que estamos aquí… - dijo buscando sonar lo más inocente posible. - … - el castaño solo dejo escapar un suspiro e hizo una mueca para demostrar su malestar y busco alejar un poco a la pelirroja de su cuerpo. - Amor no te enojes – dijo ella al ver lo que hizo, pero apenas el auto se detuvo el castaño se bajó del auto dejándola atrás – tch… James avanzo y vio que sus padres ya les esperaban. - Hijo no seas grosero y ayuda a Eli a bajar – le regañó su madre. - Ella puede bajar sola – declaró pasando a un lado de ellos para ingresar a la casa. - ¡James! – le reclamó su padre, frunciendo el ceño y golpeando el suelo con fuerza con su
Era un nuevo día y James estaba en la oficina mirando lo pendientes del día junto con Ángel, aunque a veces se distraía al recordar lo de la foto.- Oye Ángel – le llamó mientras se recostaba en su asiento y dejaba escapar un suspiro.- Dime.- ¿Ese sujeto tiene alguna pista real del paradero de mi hijo? – preguntó frunciendo el ceño, ya que estaba leyendo el reporte del supuesto investigador profesional que contrato.- Aun nada, ya vez que la investigación nos llevó hasta la enfermera que fue comprada de forma anónima por un hombre para robárselo… pero luego encontramos a esa mujer asesinada en su casa y con ello murieron las pistas, porque hasta la familia de ella desapareció de forma misteriosa.- Tch… aún sigue estancado y ya han pasado 5 años, bueno más bien ya casi vamos para 6 y aun no tengo una pista real de lo que paso ese maldito día.- Eso parece – mencionó el pelinegro haciendo una mueca - ¿qué quieres hacer?- Despídelo y buscaba a otro investigador, pero al nuevo lo amen
Charlotte cerró la puerta y fue a abrazar a su pequeño que estaba asustado, tal vez se excedió un poco con sus comentario y actitud, pero la simple palabra “bastardo” era suficiente para hacerla enfurecer… porque siempre habia escuchado esa palabra cuando la gente se refería a ella, pero realmente solo era una forma despectiva porque ella tenía una madre y un padre. Aunque ese odio se reforzo más, por el simple hecho de que su padre jamás la defendió y le entrego el lugar de “hijo legítimo” a su propio bastardo e igual se atrevió a robarle todo lo que le correspondía a ella. - Mami… - Arturo estaba preocupado porque vio que ella estaba triste. - Tranquilo hijo, mami está bien y la señora loca ya se fue – dijo ella abrazando a su pequeño y mimándolo. Después de un rato y que las emociones se calmaran, ellos salieron para hacer las compras, donde recobraron su buen ánimo paseando por el parque y después pasaron a saludar al dueño de la panadería para hacer los encargos habituales ya