De forma paralela a lo que estaba ocurriendo en el hospital, en otra parte de la ciudad… más específico en una mansion algo pequeña, habia una hermosa joven pelinegra de 18 años, quien se estaba limpiando sus lágrimas mientras recogía sus pocas pertenecías de su habitación y las guardaba en una maleta vieja.
Justo en eso tocaron la puerta por lo que busco esconder su maleta improvisada debajo de su cama, para ir a abrir las puertas.
- ¿Papá? – preguntó al llegar a la puerta y empezar a abrirla - ah… eres tú – dijo molesta al ver que era su hermanastro, por lo que sin miramientos busco cerrar la puerta y azotarla en su cara.
- Aw… la imbécil está llorando – se burló sosteniendo la puerta y empujándola con fuerza para impedir que fuera cerrada y volver a abrirla.
- ¿Qué quieres? lárgate de aquí William.
- ¿O qué? ¿vas a gritar? porque te recuerdo que aquí nadie te quiere – indicó empleando un tono malicioso en su voz.
- … - ella apretó con fuerza los puños y frunció el ceño, porque él decía la verdad.
- Que lindo, la niñita quiere llorar.
- Sal de mi cuarto.
- Esto es un ático no un cuarto – se burló mirando con asco el lugar, el cual se notaba algo desgastado y viejo.
- Sera que estoy aquí porque tú me robaste mi cuarto, aunque sabes me sorprendió que te gustara el color rosa en las paredes – dijo ella buscando hacer enojar.
- Descuida apenas tome tu cuarto ese horrendo color de niña llorona desapareció, porque yo SI tengo una madre que me ame.
- … - ella apretó los puños con fuerza y frunció el ceño.
- Jaja que lindo… la estúpida y huérfana de Charlotte quiere llorar porque nadie la ama y… - sus palabras fueron cortadas porque la pelinegra ya no lo aguantaba ni deseaba escucharlo, por lo que lo empujo con todas sus fuerzas para sacarlo de su cuarto.
Por la fuerza él se golpeó contra la pared, pero a ella no le importo eso porque al verlo en el suelo solo cerró la puerta y busco bloquear la puerta por si deseaba seguir haciendo su drama, porque ya conocía la rutina y era una forma de vida que odiaba, porque era un inferno creado por su padre, su madrastra y William.
Ella habia vivido constantemente en las sombras aguantando los abusos y humillaciones porque ese lugar era la casa donde vivió con su madre, pero ahora que su padre le dijo que no estaría contemplada como la heredera de la familia… ya no existía motivo alguno para seguir en ese lugar y soportar esa horrible vida, por lo que regreso a terminar de preparar su maleta y cuando estuvo lista se colgó la mochila detrás de sus hombros y busco salir por la ventana apoyada de las enredaderas que cubrían las paredes del hogar.
Con cuidado salió de esa casa que por poco tiempo pudo llamar hogar hasta que su madre falleció y con eso paso a ser su infierno.
- Descuida mamá, prometo que volveré y les hará pagar por todo esto – le declaró al viento antes de girarse y empezar a alejarse de esa casa.
Mientras comenzaba su recorrido por las calles sin rumbo fijo, empezo a pensar que debía hacer y agradecía que hace unos meses habia pasado su dinero a una cuenta independiente, por lo que tenía algo para poder sobrevivir en lo que buscaba un empleo para empezar a organizarse, ya que ahora debía asumir los gastos básicos de vivir como una persona independiente, empezando por pensar si compraba una casa, un departamento o rentaba e igual si o si debía buscar ya un empleo, preguntándose que tipo, porque le urgía uno donde ganara bien dinero para empezar a ahorrar y otras cosas.
- Veamos creo que hoy puedo buscar un motel para pasar la noche y…
- Buaa…
Justo en eso se detuvo de golpe porque empezo a escuchar el leve llanto de un bebe y al mirar a todos lados noto que el sonido provenía del callejón que tenía enfrente, con cuidado fue a ver qué pasaba teniendo la precaución de ver a todos lados por si no habia algo sospechoso y al llegar al lugar donde estaba el contenedor de basura el llanto se hacía más fuerte.
- Buaa… buaa…
- ¿Dónde estás…? - empezó a preguntar y en eso noto que el llanto venia de una caja que estaba escondida bajo unas bolsas de basura, por lo que al mover las cosas se sorprendió de encontrar de verdad a un bebe en ese lugar… aunque realmente la palabra sorprendió se quedaba corta porque en esos momentos sentía era una mezcla de: alivio, sorpresa, enojo, indignación y tristeza.
Con cuidado saco al menor de esa caja y lo abrazo, alegrándose de notar que no estaba frio y se miraba sano.
- Ya shh… no llores precioso – dijo ella arrullando y asombrándose al ver los hermosos ojos de color verde del pequeño – ven vamos a buscar algo para que comas.
El pequeño empezo a calmarse al sentir el calor de esa chica, provocando que ella sonriera mientras se encaminaban a una tienda para comprar una mamila, formula y agua para prepararle algo de leche al bebe, donde el menor apenas sintió la mamila cerca de sus labios abrió su boca para empezar a beber ese líquido.
- Jeje sí que tenías hambre ¿eh? – dijo ella acomodando los cabellos del menor - oye ¿y de donde eres pequeño?
- … - el menor solo parpadeo mientras disfrutaba de ese delicioso líquido.
Charlotte hizo una mueca al ver eso, era un bebe muy pequeño y por alguna razón le enojaba saber que lo habían dejado escondido entre la basura, en eso miro analíticamente al pequeño notando que las ropas eran de esa boutique de gente rica… es decir, que a lo mejor alguien se robó a ese lindo bebe.
- Ahora que termines iremos con la policía para que ellos te ayuden, porque creo que alguien debe estar sufriendo por tu ausencia.
- Ah… - el pequeño soltó la mamila y empezo a balbucear sonriendo y moviendo sus manitas.
Ella lo movió con cuidado y le saco el aire para acomodar sus cosas y con ello empezar a andar para buscar una caseta de policías o alguna patrulla.
Después de caminar unos 10 minutos llego a una caseta de policías, por lo que sonrió y justo cuando estaba por ingresar escucho que habia alguien charlando con el oficial de turno así que busco esperar a que terminaran, pero las actitudes de ambos le hicieron sospechar por lo que se escondió mientras escuchaba la plática de ellos.
- ¿Entonces así quedamos? – preguntó esa persona.
- Si ya entendí, si alguien aparece con un bebe con mameluco de color azul pastel con rayas blancas y una sábana de color verde, lo arrestare enseguida y te notificare para que vengas a recogerlos – declaró divertido el oficial.
- Aunque igual si tú deseas matarlos, mi jefe te dará un bono extra por tu excelente trabajo.
- Eso dependerá si cuando pase no está mi superior, pero creo que si aparece ten por seguro que los matare y te enviare la foto.
- Excelente, porque ese niño no debió haber nacido.
- Comprendo y cuente conmigo – dijo el oficial recibiendo un fajo de billetes en el momento que estrecho la mano con esa persona.
- Bien, espero no nos falles – declaró esa persona saliendo del lugar.
Charlotte estaba temblando en esos momentos, porque habían descrito las ropas que tenía el pequeño que ella estaba cargando en esos momentos.
Con cuidado busco alejarse del lugar y corrió al supermercado para comprar un nuevo conjunto de ropas para el bebe y sin dudarlo fue al baño del lugar para cambiarle sus ropas al pequeño, dejando “olvidadas” las que el llevaba y así alejarse de ese lugar, ya que lo primero que pensó fue cambiarlo para que no lo reconocieran mientras buscaba un lugar para pasar la noche y estar seguros, que estar andando por las calles.
Por suerte encontró un lugar donde pasar la noche y cuando se encerró en la habitación de ese hotel dejo escapar un suspiro mientras acostaba al pequeño en la cama.
- Bueno bebe ahora seremos tú y yo.
- Ah… - el menor empezo a bostezar y cerrar sus ojitos.
- Sabes tal vez me quede sin familia, pero a partir de ahora tú serás mi familia – dijo sonriendo al ver que este ya estaba dormido – tranquilo Arturo, ya no estás solo porque seré tu mami y juntos buscaremos ser felices.
Desde esa cruel noche que marco el destino de 3 personas, ya habían pasado 5 años y justo en esos momentos podíamos ver a una Charlotte de ya 23 años estar colocando un letrero de madera en la calle, en el cual se anunciaba el menú del día y las bebidas que ofrecía en su local. Ya que después de pensar bien las cosas y los planes que seguiría para su nueva vida, empezo a buscar un trabajo en las calles cercanas al motel donde se quedaba e igual en los anuncios de los diarios. Tras pasar un mes de búsqueda se encontró con el anuncio de una tienda donde se vendía esos famosos tes con burbujas, el cual buscaba empleada de tiempo completo y lo mejor de todo es que ese local contaba con un pequeño departamento en la planta superior… lo cual era justo lo que necesitaba ella, así que al pedir la entrevista y pedir que también le rentaran el local, llego a un acuerdo justo y logro obtener ambos, por lo que enseguida empezo a vivir en ese lugar junto con el bebe a quien llamo Arturo. - Mami
James la escucho llegar y hablarle, pero estaba tan molesto que busco ignorarla para seguir hablando con Charlotte. - Te repito, es peligroso que el niño este aquí contigo podría hacerse daño. - … - la pelirroja le dedico una mirada de molestia a James porque la estaba ignorando, por lo que dejo escapar un suspiro y enfocó su vista en esa mujer y en el mocoso, justo en eso noto algo extraño en el brazo derecho de ese niño porque vio que por un momento en que se alzó la manga de su camisa se podía ver una marca de nacimiento, la cual era similar a… en eso parpadeó asustada, pero ya no pudo verificar eso poque la camisa se movió y volvió a cubrir esa zona del brazo del niño. - Buenos días señora Elizabeth – le saludó Charlotte por cortesía, pero al ver que ella no le contesto solo arqueo la ceja ante ese comportamiento tan infantil e igual sintió lastima por ella porque veía que ese castaño la estaba ignorando apropósito. - Oye te estoy diciendo que ya no quiero ver a ese niño aquí
Por su parte James regreso a su oficina, aunque su mente estaba distraída pensando en todo lo que habia descubierto ese día y no lograba concentrarse en su trabajo.- Si sigues así solo se te juntara el trabajo y al rato estarás llorando – escuchó que una voz cerca de él, la cual se notaba cansada y ligeramente molesta.- Tch… es que no puedo concentrarme – confesó el castaño, alzando la mirada para ver a su mejor amigo y asistente a su lado.- A ver ¿dime que te pasa? – interrogó aburrido el pelinegro.- Es por lo de las cafeterías.- Ah cierto, bueno creo que si debes preocuparte – indicó frunciendo ligeramente el ceño.- ¿Por qué?- Míralo tú mismo – dijo pasándole las carpetas de la información que encontró – si recuerdas, me pediste que lo investigue y aquí tienes todo.- ¿Todo? vaya que rápido eres Ángel… te felicit… o… ¿qué significa esto? – interrogó furioso al ver que habia muchos espacios en blanco en esos reportes y de hecho estaban incompletos.- Pues es todo lo que existe
Después de pasar esa cena con ellos, James empezo a sentir que ese vacío que sentía se llenaba poco a poco, porque fue tomando como rutina el pasar temprano a la cafetería a comprar su café y su sándwich antes de ir a la oficina e igual sentía un extraño sentimiento que lo motivaba a convivir más con el pequeño Arturo.Al día siguiente, al llegar a la oficina, Ángel le confirmo sus sospechas sobre las acciones de Elizabet con respecto a la casa de Amelia, por lo cual James ahora estaba realmente furioso al ver todo el daño a esa propiedad… y si estaba furioso con solo las fotos, no sabía que podría hacer si miraba en persona ese desastre.- ¿Qué quieres hacer con esto? – le preguntó el pelinegro.- Por ahora nada – le ordenó dejando notar la frustración en su voz.- ¿Qué? pero…- Si llego y les digo esto ahora a mis padres, tristemente ellos no me van a creer porque Elizabeth los tiene en la palma de su mano.- ¿Entonces? ¿la dejaras salirse con la suya?- No, voy a reunir toda la evi
Elizabeth tomo ambas fotos mirándolas con detenimiento y analizando los rasgos de los 3, llegando a la obvia conclusión que ese niño era el maldito bastardito de la maldita de Amelia, por lo cual ahora tenía miles de preguntar, pero busco calmarse.- No… esto no… no puede ser… ese mocoso debería estar muerto… porque…Ella se empezaba a sentir ansiosa, porque ese niño podría representar un gran obstáculo en sus planes por lo que debía hacer algo a la voz de YA.No podía dejar que James descubriera esa verdad y que convirtiera a ese niño en el heredero de la fortuna de la familia… o en su defecto tendría que compartirlo con ese niño si es que lograba volverse la nueva señora Griffith.En eso su vista se fijó en una vieja foto de cuando James y ella estaban en la escuela secundaria… si ese debió ser el perfecto inicio de su historia de amor, pero no fue así porque en esas fechas él conoció a esa maldita mujer patética, la cual se atrevió a robarle lo que era suyo.- Debo deshacerme de es
Los intrusos no eran ladrones comunes, de hecho, esas “personas” seguían las instrucciones de un cliente importante, quien los contrato para llevar a cabo esa sencilla misión y para asegurar que todo saliera perfecto les dio los planos del lugar y hasta fotos de donde estaba ubicado cada objeto para que hubiera problemas.La misión era fácil: solo debían ingresar a esa cafetería, asesinar a la mujer y al niño que vivían en ese lugar, si quería podrían robarse lo que encontraran de valor, pero debían montar una escena, para que cuando encontraran los cadáveres pareciera que fue un robo que se descontroló.Ingresar al lugar fue sencillo, ya que las ventanas eran antiguas y fue fácil romperlas, por lo cual comenzaron bien y habían aprendido de memoria los planos que les dieron así que era fácil moverse en la oscuridad… o eso fue lo que pensaron, ya que todo empezo a salir mal cuando uno de ellos se tropezó y se lastimándose la barbilla al golpearse contra algo metálico y pesado.Con eso,
- MALDICION… IDIOTAS – gritaba furiosa Elizabeth porque hace unas horas habia recibido una llamada desagradable, donde le informaban que el plan fallo y de hecho los ladrones estaban en prisión… por suerte todo se realizó de una forma tan meticulosa que nadie la podría relacionar con lo sucedido. Realmente no le molestaba el fracaso… lo que la tenía furiosa era ese video que le enviaron donde se podía ver a un James angustiado por la seguridad de esa empleada y del mocoso. - Oh no… no voy a volver a vivir esto una segunda vez – declaró con odio mirando su reflejo a través del espejo de su cómoda, a la vez que trataba de calmarse, pero la rabia que sentía era mayor. En eso abrió los cajones de ese mueble de golpe y empezo a revolver el contenido de estos hasta sacar esa vieja foto, la cual estaba algo rota y con rayones de bolígrafos, en la foto se podía aprecia a una joven de cabello negro largo y de unos ojos de color esmeralda. - ¡Te odio! NI MUERTA ME DEJAS EN PAZ – gritó furio
A la mañana siguiente Charlotte se dio el lujo de levantarse un poco tarde, porque no tendría que abrir el local por lo que paso. - Ah… - ella ahogo un bostezo para prender la televisión para escuchar las noticias en lo que preparaba el desayuno. - Buenos días mami – saludó Arturo acercándose a darle un beso. - Buenos días, anda ve a lavarte en lo que sirvo. - ¿Hoy no café? - No, porque hoy vamos a arreglar el lugar y a pintarlo. - ¿Pintar? – preguntó emocionado. - Si – le dijo ella riendo al ver la gran emoción de su hijo. De esta manera desayunaron y salieron de casa para ir a comprar lo que necesitarían para decorar la cafetería o ese era el plan, ya que al salir del local se encontraron con un chico pelinegro, quien les estaba esperándolos en la calle. - Buenos días, am… ¿Charlotte? – les saludó al ver que salían del local. - Si ¿Quién tu? – preguntó Arturo buscando aparentar ser fuerte para proteger a su mami. - Hijo, tranquilo no lo recuerdas – mencionó Charlotte – er