Lo reconocí inmediatamente. Supongo que nuestra relación era así de cercana. Con Edson dividiendo la atención del más feo, los tres contra los que nos enfrentábamos solo se acercaban lentamente. Suponía que a la espera de más instrucciones. Los fenómenos habían golpeado la pared y utilizado los trozos más grandes como escudos de nuestras balas, así que estábamos, de alguna forma, en un punto muerto porque cambiaron de estrategia y ahora solo esperaban a que nuestras balas se terminaran. Los tres lobos que habíamos salvado aun se encontraban como una barrera entre las cosas y nosotras, pero eso podría no ser nada debido a que se encontraban heridos. De hecho podía ver una gran herida en el lomo de uno de ellos. -¿Cuántas? - Pregunté en voz baja. -Cuatro. - Dijo Sara entendiendo que me refería a cuántas balas le quedaban. A mí me quedaban seis. Uno de ellos dió un paso más cerca y los otros lo siguieron. Sara disparó a su pierna y se quedaron quietos de nuevo. -Tres. M****a.
Edson se acercó y me abrazó estrechamente mientras acariciaba mi cabeza. -Lo has hecho increíble. - Murmuró. - Sin ti aquí, seguramente hubiéramos muerto. Gracias. Yo asentí, pero mi cuerpo no dejó de temblar. M****a, por supuesto que había estado aterrada al ver más de un perro zombie. Después de todo, yo no tenía garras para protegerme. Cerré los ojos para tratar de calmarme. -Una mordida de un cachorro duele mucho. ¿Una mordida de esas cosas? Ni siquiera quiero pensarlo. - Murmuré en su pecho. -Un excelente punto, mi valiente Jo. - Dijo Sin dejar de acariciar mi cabeza. - No lo averiguemos. Parece peligroso. Una involuntaria sonrisa vino a mis labios. Me permití un minuto entero en sus brazos antes de suspirar y alejarme un poco. -No. - Dijo apretando su agarre. - Yo también estaba asustado, dame un minuto más. Yo regresé sumisamente a su pecho y enterré mi nariz ahí. -No pareces asustado. -Aterrado. Me has quitado unos veinte años de vida, pero ya hablaremos después so
-Cuando me dijeron que estabas atando al cerdo en la cocina, no me imaginaba esto. - Dije entre divertida y curiosa. - ¿Podrías enseñarme a hacer ese nudo?Me había detenido brevemente en la puerta para darle los termos a uno de los lobos y luego preguntar en dónde estaba mi amiga.Él recibió los termos con desconfianza pero solo le dije que preguntara a su Alfa al respecto.-El secreto está en los detalles. Te lo mostraré más tarde, si quieres. - Dijo Sara poniéndole un trapo en la boca a un tipo gordo con lágrimas en los ojos. -¿No lo tenías que matar?El tipo abrió ampliamente los ojos y negó con la cabeza violentamente.-Si, pero luego tendría que mover el cadáver y eso es agotador. Además, empezaría a apestar en poco tiempo y hacer un hoyo en la tierra requiere mucha energía... un segundo, ¿Crees que los lobos podrían ayudar con eso?-Creo que harían una hoguera, no un hoyo. - Dije negando con la cabeza y ella se mostró interesada.Yo cambié de tema mientras ella metía al tipo e
Edson. La observé marchar. Parecía cansada y me sentí culpable por ello. Cerré los ojos y suspiré. Luego maldije en voz baja. Quizá era porque lo que había pasado con los Bersakers aún estaba en mi mente, pero sentía que el aroma de Lizzie era más jodidamente fuerte que esta mañana. Mis sentidos se habían agudizado desde el momento en que la vi parada con dos armas en las manos mirando a la muerte de frente y aparentemente sin miedo. Desde ahí su aroma no hacía otra cosa que envolver mi cabeza... y causarme una enorme erección que en estos momentos no era bienvenida. Mejor no acercarme a ella. Aún no definíamos qué pasaba con esta relación (porque mentiríamos si dijéramos que aquí no pasaba nada) así que el hecho de que me acerque a ella con una erección podría asustarle. O gustarle. M****a. Respirar no ayudaba ya que todo su olor se encontraba por la cocina burlándose de mí. Era por esta misma razón por la que preferí ser yo el que condujera hasta aquí; si ponía mi
Lizzie. No bromeo al decir que esto no parecía una mansión. Esto era más bien un jodido hotel en forma horizontal. Habían un montón de cuartos con baño propio, pero me decidí por uno que tenía un pequeño jacuzzi. Después de todo, me lo había ganado. Después de explorar el armario de la habitación, me decidí por una sencilla bata que me cubría la mayor parte del cuerpo y luego me dirigí hacia el baño. La venda que había puesto Edson esa mañana en mi brazo ahora resultaba inservible ya que había absorbido algo de sangre y yo di un respingo mental. La descarté descuidadamente en un rincón el vendaje y observé mi herida. Se veía mal. Parecía como si me hubieran arrancado un trozo de carne y luego juntado muy mal las orillas de la piel. Me encogí de hombros. Al menos ya no sangraba y ya no dolía; la piel se sentía un poco tirante, pero nada que no se pudiera ignorar porque no me impedía la funcionalidad. Comencé a llenar el jacuzzi. Tardaría un rato, así que me desnudé y to
Desperté en algún punto de la noche. Me encontraba cálida y, por extraño que pareciera, me encontraba más tranquila. Llorar la muerte de un ser querido era una cosa, aceptar que se había ido... era más complejo. Durante mi último año había estado enfocada en encontrar a mi familia, así que ahora no tenía nada más. Buscar venganza contra los "humanos" era una posibilidad, pero ahora estaba realmente segura de que mi venganza era contra una especie de la que ni siquiera las criaturas fantásticas tenían conocimiento. David contra un Goliat zombie. Y algo me decía que mi venganza se sentiría vacía. Así que la verdadera pregunta era... ¿Y ahora qué? Me acurruqué más profundamente en el calor y un gruñido me detuvo en seco. De pronto recordé que Edson se había quedado conmigo en la cama. Levanté la cara lentamente y entré en pánico. -¿Edson? ¿Estás bien? ¿Cómo te ayudo? El hombre se encontraba cubierto en sudor, con los ojos fuertemente cerrados y grandes colmillos parti
- Sé que es repentino. De hecho, quería hablar contigo en otro momento sobre tener una cita. Ya sabes, tú y yo en algún restaurante de moda sin preocuparnos por las cosas de mi mundo. Parpadeé encantada. -¿Salir? -Si. Como sabes, mi madre es humana así que sé la importancia de tomar en cuenta nuestras diferencias culturales, como por ejemplo, preguntar amablemente si quieres tener una cita conmigo y ser un caballero al respecto. ¿Ahora mismo? Mataría por solo verte desnuda. Vaya. Solo... vaya. -¿Qué pasa si no... sigues tus instintos en la luna llena? - Susurré. Él se apartó solo un par de centímetros y yo dejé caer mis manos. -Más allá de un horrible dolor de bolas, sobreviviré. - Dijo mirando brevemente hacia el techo. - Estoy un poco más calmado, así que aún puedes patearme de aquí. -Si te pateo, ¿Aún querrás esa cita? -Querré esa cita aunque me grites que soy un jodido pervertido y arrojes cosas en mi dirección, aunque apreciaría que no me dispararas porque lo
Con una última mirada a mi cuerpo, comenzó a levantarse de la cama y se dirigió hacia el armario. Lo abrió y se puso la primer cosa que encontró antes de dirigirse a la salida. Yo estaba confusa hasta que recordé lo que había dicho sobre cerrar los ojos. -Lo... ¡Lo siento! - Grité tratando de levantarme de la cama y fallando miserablemente. ¿Qué había pasado con mis piernas? ¿Por qué no dejaban de temblar? Él se detuvo dándome la espalda. -Te dije las reglas, Lizzie. Todo o nada, ¿Recuerdas? -Lo hago, lo siento. Quizá sonaba un poco necesitada pero ¿Qué más daba? Por alguna razón el hecho de que se fuera después de hacerme sentir así... me sabía mal. No se sentía correcto. Había dicho que tendría un enorme dolor de bolas si no completábamos el acto... pero también habló sobre poder hacerlo con cualquier persona. ¿Y si salía de aquí y encontraba a alguien más? Algo dentro de mi pecho dolió con ese pensamiento, así que lo arrojé al fondo de mi mente mientras miraba su es