Hayden estacionó su coche junto al mío en el estacionamiento del edificio donde vivía. Él me ayudó a sacar la bolsa y me siguió hasta el ascensor. Yo lo miré de reojo, y él tenía una sonrisa tonta en los labios.
— No me voy a acostar contigo, puedes ser mi nieto — le dije.Él dejó de sonreír y me miró.— ¿Por qué piensas que me quiero acostar contigo? — me preguntó.Quise golpearme por decir tremenda estupidez.— No lo sé, actúas raro y eso me confunde — le dije con honestidad.Hayden sonrió de medio lado.— No quiero ser la sugar mami de nadie — le dije.Hayden empezó a reír. Ahora me sentía aún más estúpida. Dios, ¿por qué decía tantas estupideces?— ¿Puedes detenerte? — le pregunté molesta.Él dejó de reír y me miró a los ojos.— Lo siento — se disculpó mientras me daba una sonrisa.El ascensor abrió las puertas en mi piso y yo salí. Caminé hasta mi apartamento sin mirar atrás. Una de mis vecinas me miró y me saludó, después miró sobre mi hombro y sonrió.— Es mi sobrino — le mentí.Ella me miró poco convencida pero no dijo nada. Yo agarré la mano de Hayden y lo metí rápidamente; no quería que más personas lo vieran y pensaran que yo era una pervertida.— ¿Tu sobrino? —me preguntó con diversión.— Ella se estaba haciendo ideas raras — le dije.Yo le quité las bolsas y fui a la cocina; puse todo en la encimera y empecé a sacar las botellas y los bocadillos que había comprado para picar.— ¿Cómo sabes lo que ella estaba pensando? — me preguntó.Yo respiré profundo y me di la vuelta para verle. Había cometido un enorme error al traerlo a mi casa. ¿Qué carajos me estaba pasando? Me estaba comportando como una idiota.— Soy abogada, tengo que saber lo que el oponente está pensando — le dije.Él asintió con la cabeza.— ¿Qué estoy pensando? — me preguntó con seriedad.Yo lo observé por un largo momento y mi mente quedó en blanco.— Que soy una loca menopáusica que piensa que le gustas — le dije con una pequeña sonrisa.Él se acercó a mí, metió su mano entre mi brazo y la puso en mi cintura, después me acercó a él, pegándome en su cuerpo.— Acertaste en lo último — me dijo.Él acercó su rostro lentamente al mío; las pupilas de sus ojos azules se empezaron a dilatar con cada centímetro que se acercaba. Yo tragué en seco. ¡Esto no estaba pasando!Yo cerré los ojos y sentí cómo sus labios tibios se posaron en los míos. Senti su mojada lengua abriéndose paso en mis labios, pero yo apreté más mi boca.— Abre los ojos — me pidió.Yo abrí los ojos y lo miré. Él tenía una expresión de erotismo que jamás había visto en ningún hombre. Hayden me besó, y esta vez aprovechó mi descuido para meter su lengua en lo más profundo de mi boca. Yo jadeé mientras sentía sus manos apretar mi trasero. Él me elevó un poco, dejándome en puntillas; de esa manera, podía sentir su enorme bulto presionar mi pelvis. En un momento de lucidez, lo aparté y le di una bofetada.— ¡Pero qué te pasa, puedo ser tu madre! — le grité.Él se veía tan confundido como yo.— Lo siento — me dijo.Él se acarició la mejilla y después me sonrió.— Me gustas, y sé que te voy a conquistar — me dijo.Yo parpadeé un par de veces. ¿Acaso él estaba loco? ¿O la loca era yo?Hayden se dio la vuelta y salió de mi apartamento, dejándome con un torbellino de emociones. Saqué una botella de vino y la abrí; le di un buen trago. Tal vez todo había sido producto de mi imaginación.Dejé la botella en la encimera de la cocina, me saqué los tacos y los tiré a un lado. Esto que me había pasado era muy loco; se supone que estas cosas no pasan en la vida real, y menos a mujeres comunes como yo.Busqué mi celular y le marqué a Grace; ella era la única que podía ayudarme con esto.— ¿Hola? — contestó.Podía escuchar jadeos y ruidos extraños.— Dime que no estás follando con nadie, por favor — le pedí.Ella soltó una sonrisita.— Te dije que estaré para ti en cualquier momento. ¡Ah! ¿qué pasó? — me preguntó.Yo me quedé en silencio por un momento.— No es nada, pásala bien — le dije y le colgué.Agarré la botella y me fui a la habitación. Yo no necesitaba a nadie más esta noche. Estaba yo, mis chuches y alcohol; eso era lo único que necesitaba por el momento. Iba a olvidar lo que había pasado hace unos minutos; tal vez él solo estaba urgido y yo, por ser mayor, él creyó que le abriría las piernas de inmediato.Le di un trago largo a la botella, me senté en la cama y miré distraídamente la puerta de mi habitación. Siendo sincera, hace mucho que no me besaban de la manera tan caliente y apasionada como lo había hecho él. Me acosté en la cama y metí mi mano dentro de mi pantalón. Yo estaba pensando de más simplemente porque necesitaba sexo.Saludé a los otros empleados en el bufete de abogados, donde era socia. Fui a mi oficina y puse en el escritorio algunos documentos que tenía que revisar. — Buenos días — me saludó Lily. Ella venía con un ramo de lirios rojos en las manos. Lo puso en mi escritorio y me sonrió. — Son para ti — me dijo con emoción en la voz. Saqué la pequeña tarjeta que estaba entre los lirios y leí: "Te conquistaré. Att: H". — ¿Quién es "H"? — me preguntó. La miré mal y ella salió de mi oficina de inmediato. Dejé a un lado la tarjeta y me dispuse a trabajar. Mi celular sonó y lo contesté de inmediato. — ¿Te han gustado las flores? — me preguntó. Miré la pantalla de mi teléfono y fruncí el ceño. ¿Cómo diablos tenía mi número? — ¿Quieres almorzar conmigo? — me preguntó. No sabía qué decir. ¿Cómo podía este chico estresarme tanto? — Estoy ocupada. Te pido que no me envíes flores y no me llames otra vez — le dije. Hayden se rió. — ¿Estás nerviosa? — me preguntó. Casi me atraganto, pero respir
Espere a que mi hermana y el bastardo del cucaracho se fueran para voltear a ver a Hayden, que tenía una dulce y traviesa sonrisa en los labios.— Hagamos un trato — le propuse.Él se cruzó de brazos y asintió con la cabeza.— Te doy el mes, pero tú tienes que fingir ser mi pareja. Si en un mes no me conquistas, seguiremos con esto hasta que mi hermana se case, seremos buenos amigos y la pasaremos bien — le dije.Hayden se rascó un poco su nariz.— Me parece bien, pero sé que te conquistaré, soy un encanto — me dijo mientras sonreía y me guiñaba un ojo.Solte todo el aire que tenía en los pulmones y mis hombros cayeron, yo misma me había metido en la boca del lobo por ser “madura” y no pasar por una desgraciada con mi hermana.— Ese tipo es desagradable, ¿cómo puede tu hermana querer casarse con él? — me preguntó.— Necesito un trago — dije.Me di la vuelta y empecé a caminar hacia la carretera, iría a un bar, me tomaría un par de tragos y si estaba de suerte encontraría a alguien con
Hayden detuvo el coche frente a unas enormes rejas; uno de los guardias que estaban enfrente se acercó a nosotros.— Señor Bennett — le saludó.El tipo hizo una señal con la mano al otro, y este abrió las rejas. Yo miré a Hayden, ¿qué clase de persona era él en verdad?— ¿Qué carajos eres? — le pregunté.Hayden sonrió pero no volteó a verme.— Soy un humano que tiene un padre muy rico — me contó.Saqué mi celular y busqué su apellido en Google; una cantidad de resultados aparecieron: "El magnate petrolero Alexander Bennett ha adquirido una importante empresa, convirtiéndose en uno de los hombres más adinerados del mundo."— No me jodas, ¿tú eres hijo de Alexander Bennett? — pregunté sorprendida.Él asintió lentamente.— Déjame adivinar, aquí hay un enorme avión y me llevarás a otro país — le dije.Hayden volteó a verme y se rió.— Eso es muy película romántica — me dijo.Yo puse los ojos en blanco de inmediato.— ¿Entonces qué hacemos aquí? — le pregunté.Hayden detuvo el coche, se ba
Llegamos a su apartamento, y ella abrió la puerta. Yo entré inmediatamente, ella me quedó mirando y después sonrió. — Soy mujer de palabra, no te iba a dejar en la calle — me dijo. Yo me encogí de hombros; todo podía pasar con ella, así que era mejor estar prevenido. — Quédate aquí, me pondré cómoda — me dijo. Yo asentí con la cabeza. Ella desapareció en su habitación, y yo me quedé mirando y husmeando el lugar. En un estante había una foto, me acerqué y la observé. Era una Kat mucho más joven, parecía estar en el campus de alguna universidad y se veía hermosa. Con ella estaba otra chica, una castaña con enormes lentes, se veía como la típica a nerd.— ¿Qué haces? — preguntó ella espantándome. Yo me di la vuelta y la quedé viendo; ella estaba vestida con una pijama que le quedaba enorme. — Son como las tres de la tarde — le recordé. Ella se encogió de hombros y fue a la cocina. — Me gusta estar cómoda mientras me embriago y veo películas románticas — me dijo. Ella sacó una bo
Me desperté de golpe mientras sentía cómo mi respiración se estaba cortando. Kat estaba prácticamente tirada sobre mi pecho, y la pierna de Grace estaba en mi abdomen, presionando mientras ella abrazaba con fuerza mi pierna. Yo aparté un poco a Kat y traté de bajar la pierna de Grace. Kat levanto un poco la cabeza y abrió los ojos, me quedó mirando; yo sonreí un poco. Ella tenía el cabello alborotado, y su cara de recién levantada era tan preciosa. — ¿Dormiste bien? — le pregunté. Ella entrecerró los ojos y se volvió a acostar en mi pecho. Yo miré al techo y puse mala cara; estaba viviendo el sueño de todos los hombres, pero de una mala manera. — Los latidos de tu corazón son relajantes — me dijo Kat con la voz adormilada. Yo sonreí satisfecho por lo que me había dicho; iba por muy buen camino. — Kat, me duele la cabeza — se quejó Grace. Kat se apartó de mi pecho y se sentó en la cama; me miró y después a su amiga, que aún estaba prendida a mi pierna. — Te bebiste dos botellas d
Mientras trabajaba, no dejaba de pensar en lo que me había dicho Grace. Tal vez podría probar un poco, total a nadie le estaré haciendo daño. Me mordí el labio inferior y saqué mi celular del bolso. Busqué su número y me quedé allí mirándolo por un momento, indecisa sobre si marcarle o no.— Qué difícil es esto — me dije a mí misma.Respiré profundamente, cerré los ojos por un momento, los abrí y volví a mirar su número. Le di al botón de llamar y esperé hasta que él contestó. Me quedé en silencio por un momento; ya me estaba arrepintiendo y ni siquiera le había propuesto nada.— ¿Kat? — me llamó.— ¿Hola, cómo estás? — le respondí.Me quedé en silencio otra vez. No tenía la valentía para hablar sobre el tema; me estaba haciendo un lío por prestarle atención a Grace.— ¿Estás bien? — me preguntó.— ¿Quieres almorzar conmigo? — le pregunté.Ahora él fue quien se quedó en silencio.— ¿De verdad? — me preguntó.Estuve a nada de colgar, pero respiré hondo y me tranquilicé. Tenía treinta y
En horas de la tarde, fui a visitar a Grace a su trabajo. Necesitaba quejarme con alguien de lo que había pasado el día de hoy con Hayden. Sabía que ella saldria con algún comentario fuera de lugar y me hará reír.— ¿sidra o cianuro? — me preguntó Grace.Sonreí y me senté frente a ella.— Le propuse follar y me dijo que no —le dije.Grace abrió la boca de par en par y después frunció el entrecejo.— Pensé que le gustabas —me dijo.Asentí con la cabeza.— Él quiere que tengamos una especie de no relación. Es que no lo entiendo —le dije.Grace se veía aún más confundida que yo.— ¿O sea cómo? —me preguntó.— Quiere que salgamos, y si en algún punto de nuestra no relación queremos follar, lo haremos, pero él no quiere tener solo sexo. Quiere que haya como sentimientos o algo así —le dije.Grace se cruzó de brazos.— Qué raro es ese chico —me dijo.Asentí con la cabeza de inmediato.— ¡Exacto! Es demasiado raro —dije.Grace se encogió de hombros.— Pudo darte la follada de tu vida, y con
Grace y yo fuimos a abrir la puerta, y al hacerlo, quedé como tonta mirándolo. Hayden vestía un traje de color negro que lo hacía ver aún más guapo; le quedaba tan bien que parecía hecho a medida. ¿Había algo que a este chico no le quedara bien?— ¡Qué guapa te ves! — me dijo con una sonrisa.¿Guapa yo? ¿Acaso no se había visto él en un espejo? Él entró a mi apartamento, Grace lo saludó y después se fue.— Me gusta el vestido, te queda perfecto — me dijo mientras me comía con la mirada, él me hacía sentir tan sexy.— Es de Grace — admití.Hayden se acercó más a mí, acarició mi mejilla y bajó hasta llegar a mis labios. Hayden pasó su dedo por mi labio inferior y después se miró el dedo.— No se quita — dijo.Yo arrugué el entrecejo sin comprender lo que me había dicho, pero él tampoco me dio tiempo de pensar, ya que agarró la parte de atrás de mi cabeza y me estampó un beso en los labios. Yo abracé su cuello e intensifiqué más el beso. Las manos de Hayden se apoderaron de mi trasero; é