Me acosté sobre el pecho de Hayden y lo miré por un largo rato; él tenía los ojos cerrados, se veía relajado y feliz.— Te amo — le dije.Hayden lentamente abrió los ojos y me miró.— Pensé que estabas dormido — le dije.Él me apretó más a su pecho y empezó a darme besos en la cabeza.— Vuelve a decirlo, por favor. Me encanta cómo suena — me pidió.Yo levanté la vista y lo miré.— Te amo, te amo, te amo — le dije repetidas veces.Hayden agarró mi rostro y me dio un beso rápido, después me miró sonriente.— No lo hice con ella — me dijo.Yo puse la barbilla en su pecho y lo observé por un largo rato.— Te lo juro — me dijo.Le di un beso en el pecho y después asentí con la cabeza.— Te creo. Yo tampoco tuve nada con Matteo. Creo que él malinterpretó mi comportamiento, pero te juro que jamás hice nada con él. Ese beso fue un error, ni siquiera se lo pedí — le dije.Me gustaba esto de aclarar las cosas; creo que en una relación, lo más importante es la confianza, así que desde hoy le con
El viaje en coche se fue alargando cada vez más. Yo miré a Hayden, quien estaba concentrado en el camino. Luego, miré la hora, y eran las tres de la madrugada. Me removí en el asiento, ya que estaba algo incómoda, teníamos varias horas en carretera.— ¿A dónde vamos? — le pregunté por enésima vez.Hayden no me miró, solo se encogió de hombros. Quería golpearlo con mi zapato, pero ni eso me había permitido traer.— Al fin del mundo — me contestó con una sonrisa.Hice una mueca de disgusto, pero me sentía muy somnolienta como para empezar una discusión con él, así que hice silencio.— Te va a encantar el lugar, estaremos solos los dos. Ya me he encargado de todo, así que no te preocupes — me dijo.Asentí con la cabeza lentamente.— Más te vale, porque esto que me hiciste no te lo voy a perdonar tan fácil. ¿Cómo pudiste sacarme de casa sin zapatos y en pijama? — lo regañé.Hayden volteó a verme y empezó a reír. Yo miré a otro lado para que no viera que también estaba sonriendo; de las co
Hayden estacionó frente a una hermosa cabaña. Yo lo quedé mirando y él solo me sonrió. Luego, agarró mi mano, donde me había puesto el anillo, y la besó.— Que este sea el primero de muchas escapadas juntos — me dijo.Hayden salió del coche y después me abrió la puerta, ayudándome a bajar.— ¿Jona sabe de esto? — le pregunté.Jona era muy estricto en cuanto al trabajo, y no me gustaría que él se distrajera por mi culpa.— Tengo cinco días de vacaciones, así que pienso disfrutarlos todos contigo — me dijo.Él empezó a quitarse la ropa, y yo empecé a mirar de un lado a otro.— ¿Qué haces? Vístete — le ordené.Hayden hizo caso omiso a mi orden y siguió desvistiéndose hasta quedar completamente desnudo.— Solo estamos nosotros dos, así que podemos hacer lo que sea — me dijo.Se acercó a mí, me sacó la cazadora y después empezó a quitarme la pijama.— Nos va a ver alguien, y no quiero que me conozcan el trasero. Con lo que pasó ese día en el coche fue más que suficiente — le dije.Hayden n
El viaje de vuelta fue mortificante; yo no quería regresar. Quería quedarme a solas con él y hacer el amor donde quisiéramos. Quería tenerlo solo para mí, verlo andar desnudo por toda la casa mientras sonríe.— ¿En qué piensas? Estás sonrojada — me dijo Hayden mientras conducía.Yo miré mi anillo de compromiso y sonreí. Siempre soñé con un anillo de ensueño, con una enorme piedra. Creía que entre más costosa la joya, más amor sentía la otra parte. Pero ahora, viendo este anillo de plástico color rojo, todas esas estúpidas ideas terminaron en la basura. No cambiaría por nada este anillo, ya que significaba todo el amor que nos sentíamos; era simplemente perfecto.— ¿Kat? — me llamó Hayden.Dejé de ver mi anillo y volví a mirarlo.— Pienso en ti desnudo — le dije.Hayden empezó a reír.— Si quieres, puedo desnudarme ahora — me propuso.Aunque muy tentadora la propuesta, negué con la cabeza. Si un policía nos detenía y se daba cuenta de Hayden desnudo, íbamos a tener problemas, y la verd
La noche llegó, y yo estaba mordiéndome las uñas por el nerviosismo. Miré el reloj otra vez y respiré profundo. Se supone que Hayden debió haber llegado hace media hora. ¿Y si ella le dijo y él ahora no quiere saber nada de mí? Me rasqué la cabeza con desesperación y empecé a caminar en círculos en la cocina; los nervios me estaban matando.— Por favor, ven rápido — le supliqué a la nada.Escuché la puerta abrirse. Salí de la cocina rápidamente; Hayden estaba entrando. Yo corrí hacia él y lo abracé con fuerza.— ¿Qué pasa? — me preguntó.Yo me alejé de él y empecé a llorar.— Te juro que no lo sabía — le empecé a decir.Hayden agarró mi rostro entre sus manos y me miró aterrorizado.— ¿Qué pasa? — volvió a preguntarme.Yo seguí llorando. No sabía ni siquiera cómo empezar a decirle lo que había sucedido.— Kat, cálmate por favor — me pidió.Yo respiré profundo y asentí con la cabeza.— Lo siento — me disculpé.— Te creo, pero no estoy entendiendo nada — me dijo.Yo me separé de él y lo
Jona se acercó a mí, me miró y me dio un par de golpes en la espalda. Yo lo miré y sonreí un poco; estos días había estado algo distraído. Ana me llamó y, gritando, me contó que Kat se le había metido por los ojos a Carlo, que no le importó que él tuviera una familia, y que yo estaba loco si seguía con ella. Mi padre también me llamó para exigirme que la dejara.— ¿Pasa algo? — me preguntó Jona.Yo lo miré y le sonreí un poco.— Problemas que no faltan — le contesté.Jona me quedó mirando; él me conocía muy bien.— Papá quiere que deje a Kat, de hecho, me lo ha exigido, y tengo miedo de que nos quite el patrocinio. Sé cuánto has trabajado por esto, no quiero dañarte, pero tampoco puedo dejarla, la amo — le dije.Jona asintió con la cabeza.— Entonces lucha por ella, tu madre me ha llamado y me ha contado algo, pero dudo que sea la verdad. Kat no parece de ese tipo — me dijo.— No lo es; de hecho, ella fue la primera en contármelo, y le creo. Tú, más que nadie, sabes cómo es Carlo. Él
Me senté en la cama y comencé a marcarle a Hayden; ya era casi medianoche y él aún no había llegado.— ¿Dónde estás? — le pregunté con preocupación.— En la cocina — me contestó.Me levanté de inmediato y salí de la habitación; era extraño que no hubiera escuchado la puerta abrirse. Cuando llegué a la cocina, lo vi poniéndose un paño en la cara.— ¿Qué te pasó? — le pregunté con preocupación.Me acerqué a él y le quité el paño; tenía un enorme golpe en el pómulo.— Me peleé con Carlo, pero él quedó peor que yo — me contó con una sonrisa.Con cuidado, presioné el paño en su rostro magullado.— No debiste pelear con él — le regañé.Hayden me atrajo a él y me dio un beso en la frente.— Se lo merecía — me dijo.Lo miré a los ojos.— ¿Qué dijeron tus padres? — le pregunté.Hayden se encogió de hombros.— Creo que ya no tengo padres. Ellos lo prefieren a él, así que se queden con él — me dijo.Me separé de él, puse el paño en la encimera y crucé los brazos.— Deja de hablar así. Ellos son
En los días siguientes, otros dos patrocinadores se fueron, Jona no sabía qué hacer, se veía tan estresado, y Hayden, aunque me sonreía y decía que todo estaba bien, se podía notar lo impotente que estaba con todo lo que estaba pasando.— ¿Y si lo dejamos? — le pregunté una noche en la que él me contaba que iba a vender su apartamento.— ¿Estás loca? Esto solo es una fase, pronto saldremos de esto — me dijo con una sonrisa.— Es que por mí está pasando todo esto, y no quiero que me odies — le dije.Hayden se acercó a mí y me abrazó con fuerza.— Solo necesito tu apoyo. Sé mi faro, Kat, y te prometo que llegaré a la meta — me dijo.Me separé y lo miré a los ojos.— Solo quiero que seas feliz. Yo... te amo, y no aguantaría verte infeliz — le dije.Hayden me volvió a abrazar y besó repetidamente mi cabeza.— Tonta, jamás te odiaría. Eres el amor de mi vida, así que saca esas locas ideas de tu cabeza — me dijo.Lo abracé de vuelta, sintiéndome como una inútil. Si tan solo pudiera hacer al