Al entrar al restaurante y sentarnos en una de las mesas, el tal Matteo empezó a platicar con Kat, dejándome de lado. Yo solo los observaba como un imbécil. No soy celoso, pero esta situación era incómoda y lo que más me molestaba era que Kat no había sido capaz de decirle que nosotros estábamos saliendo. Eso sí que me dolió.— ¿No crees que es linda? — me preguntó Kat, mostrándome la foto de una niña de unos diez años.Yo le sonreí forzadamente y asentí con la cabeza. Kat le devolvió el celular a Matteo y siguió hablando con él, ignorando mi presencia.— ¿Y a qué te dedicas, chico? — me preguntó.Yo le quedé mirando. Podía ver lo imbécil que era. Sabía que me diría algo para querer hacerme inferior. Conocía a los idiotas como él.— Soy piloto de carreras — le dije con orgullo.Él empezó a reír y me miró con pesar.— ¿Y si eso no funciona, qué harás después? ¿Trabajar haciendo hamburguesas? — me preguntó.Yo no miré a Kat. Sabía que ella me daría esa mirada que me pedía que me calmara
Me desperté con el olor a huevos fritos y café. Me estiré en la cama y luego me levanté, me puse el pijama y salí de la habitación hasta la cocina, donde estaba Hayden, con el torso desnudo y los jeans colgando de sus caderas. Él volteó a verme y sonrió, se acercó a mí y me dio un dulce beso en los labios. — Espero que te guste la comida saludable — bromeó. Lo abracé por la espalda y apoyé mi cabeza en su enorme y musculosa espalda. — ¿Dormiste bien? — le pregunté. Hayden separó mis manos de su pecho y se dio la vuelta. Me observó por un momento que pareció eterno; sus ojos azules brillaban con ternura. — Me encanta dormir contigo, me siento tan relajado — me dijo. Se inclinó y rozó sus labios en los míos. Envolví los brazos en su cuello y lo acerqué más; me encantaba besarle, sus labios siempre se sentían suaves y deseosos. — Ven conmigo hoy — me pidió sobre mis labios. Me aparté de él y lo miré a los ojos. — ¿A dónde? — le pregunté. Hayden me acercó otra vez a su pecho y me
Una semana después.Hayden se quedó en mi apartamento, creo que eso ya se estaba haciendo costumbre para el, nuestra relación se estaba volviendo un poco demasiado hogareña, y yo no podía pedirle que se fuera, porque me encantaba dormir entre sus fuertes brazos, se sentía cálido y de alguna manera tan especial.— Creo que hoy no podré quedarme a dormir — Me dijo mientras me preparaba el desayuno.Yo me puse a su lado y lo mire.— ¿pasa algo? — Le pregunté.El nego con la cabeza de inmediato.— Jona quiere que entrene con un nuevo coche y eso me tomara todo el día y parte de la noche, así que no creo que pueda venir — Me dijo.Yo asentí con la cabeza, comprendía completamente, pero me haría mucha falta.— Es tu trabajo, no pasa nada — Le dije con una sonrisa.El se inclinó y me dio un beso en los labios.— Te compraré algo rico mañana que venga — Me prometió.Yo asentí con la cabeza, sabiendo que si lo traería, eso me gustaba de el, siempre cumplía su palabra.[...]Mi trabajo termino
Los días transcurrieron pacíficamente en mi trabajo. Matteo me miraba, pero no se acercaba a mí, lo cual me estaba molestando un poco. Éramos adultos y colegas; un simple beso no podía dañar la amistad que ya habíamos construido. Lo vi ir a la cocina del lugar y rápidamente fui tras él.— ¿Me vas a ignorar siempre? — le pregunté. Matteo volteó a verme y se encogió de hombros.— Pensé que te sentirías incómoda después de lo que pasó — me dijo. Empecé a reír.— Fue solo un beso, relájate — le dije. Matteo sonrió también y me entregó una taza de café.— ¿Aún quieres que te acompañe este sábado? — me preguntó. Asentí de inmediato; mi madre lo estaría esperando con ansias.— Por supuesto, creo que si voy sola me correrá a la calle — le dije en tono de broma.— Iré y llevaré a Andrea, no para de hablar de eso — me dijo. Asentí con la cabeza y le di un sorbo al café. El sábado, mi madre se pondrá muy feliz de tenerlos en casa, y eso la ayudará en su proceso.— Nos vemos allí entonces — le di
Llegué al lugar donde se iba a realizar la carrera a la hora que Jona me había indicado. Venir un poco más tarde era una ofensa para él, así que todos en el equipo nos tomábamos el tema de la puntualidad muy en serio.Las personas ya estaban llegando, y eso era impresionante, ya que faltaban varias horas antes de que la carrera empezara.— ¿Y Kat? — Me preguntó Nora.Yo la miré y luego le sonreí un poco. Ella no estaba de acuerdo con mi relación, me decía que pronto me iban a romper el corazón, pero ella no conocía a Kat como lo hacía yo, así que no le prestaba mucha atención.— Está en casa de su madre — Le respondí.— Qué excusa más horrible para no acompañarte — Me dijo.Nora se veía muy enfadada.— Es importante, mucho más que esta carrera — Le aclaré.Yo sabía por lo que su madre estaba pasando y sería egoísta de mi parte apartarla.— Eres un tonto, y cuando ella te deje por otro, no vengas a que te consuele — Me advirtió.Yo me acerqué a Nora y la abracé con fuerza; ella me apart
Me aparté de Matteo y lo miré mal; él solo sonreía como si nada hubiera pasado, y eso me enfadaba aún más. Le había pedido que no volviera a hacerlo, y había tomado mis palabras como si no fueran nada.— No vuelvas a acercarte a mí — le advertí con enojo.— Lo siento — me dijo con una sonrisa.Yo me di la vuelta sin responderle nada y me alejé. No quería saber nada de él por ahora. Entré al edificio y subí al ascensor, esperé hasta que se abrió y caminé hasta mi apartamento.— Kat — me llamaron.Yo me di la vuelta de inmediato; Hayden estaba allí de pie, mirándome de manera extraña.— ¿Por qué? — me preguntó.Yo lo miré y entonces supe lo que él me estaba tratando de decir.— No es lo que piensas — le aclaré.Hayden empezó a llorar; se pasó ambas manos por el rostro con desesperación.— Te juro que no es lo que piensas. Déjame explicarte, por favor — le supliqué.Sentía cómo estaba entrando en desesperación y no sabía qué hacer o decir para que él dejara de llorar.— Si no me querías,
Caminé por las calles buscando algún bar donde embriagarme; tal vez de esa manera me dolería menos la traición de Kat. Quería borrarla de mi mente, olvidar lo que sentía. Entré al primer bar que vi y fui a la barra. Me senté allí y pedí un trago, lo bebí apenas me lo entregaron, así que pedí uno más.— Solo existen dos tipos de personas que beben de esa manera, los que han perdido a un familiar o, a los que les han roto el corazón — me dijo una voz femenina.Levanté la vista y era una chica la que estaba atendiendo la barra.— La segunda — le contesté.Ella me dio otro, y yo volví a beberlo de un trago.— No vale la pena, mañana te sentirás peor — me dijo.— Pero como mi trabajo es vender alcohol — continuó y llenó mi vaso con más alcohol.Me reí por su comentario.— Deben venir muchas personas con el corazón roto a este lugar — le dije.Ella asintió con la cabeza.— Por eso me encanta San Valentín — me dijo.Me reí un poco más y la miré más detenidamente. Tenía el cabello pintado de
Debbie se apartó de mí y me quedó mirando, ahora yo tenía muchísima vergüenza por lo que había pasado, me sentia como un niño por la estupidez que habia hecho con Kat.— Lamento haberte involucrado en esto — le dije.Ella sonrió y se encogio de hombros.— no te preocupes, fue divertido, la cara que ella puso fue epica — me dijo.Yo agache la cabeza con verguenza, esto fue demasiado, y no quiero justificarme, pero queria hacerla sentir como me sentia yo.— Y lamento haberte vomitado — le dije para combiar de tema.Ayer había estado tan borracho que no podía ni sostenerme en pie, y Debbie me ayudó a salir del bar. Pero mi mente estaba tan afectada por el alcohol que se me olvidó por completo mi dirección y, creo que hasta mi nombre, así que ella me trajo a su casa, y apenas llegamos, la vomité por completo, volviéndonos un completo desastre.— Tu ropa ya está limpia — me dijo.Yo asentí con la cabeza. Sentía mucha vergüenza por lo que había pasado. Definitivamente, esta era la primera y