Tania Ware había optado por una camisa blanca y un pantalón tiro alto de color Vino tinto, sus cabellos estaba recogido adelante con unos pequeños ganchos.
Era la primera entrevista en mucho tiempo y esperaba que fuera positiva.
— Solo ora mi niña, esta si es la oportunidad, además tu hermano tiene buenos contactos — dijo su madre al verla salir totalmente asustada.
— Amén mamá, no sé, siento que está vez si quedaré — le dijo esta y tomando las llaves de su carro, se marchó.
Su hermano había decidido cambiar su trabajo cerca de casa, ya no grababa ahí en su habitación.
Tomó la autopista, estaba algo asustada, era su única oportunidad para hacer que su carrera volviera a surgir, estaba nerviosa de cómo iba a manejar todo, no sabía ni por dónde comenzar.
— ¿Que tan malgeniado es? — le preguntó a Michel, su hermano, sabía por los medios que Hans era un poco problemático y está era la única oportunidad para sacar su carrera adelante.
— Del uno al diez, diría que es un veinte —le contestó este, haciendo que Tania se quedara un poco desalentada.
— Espero que esta vez no sea tan complicado, espero quedar, Dios, ayúdame — decía en voz alta, mientras iba manejando hasta ahí.
Puso un poco de música, quizás eso le calmara un poco, el sonido de un poco de salsa se hizo presente en su carro, tenía a todo volumen, cuando Marc Anthony comenzó a entonar flor pálida, el semáforo estaba por cambiar y justo cuando ella iba a pasar, un carro se atraviesa rayando le la parte delantera de una de las luces.
Tania no se esperó y bajo a pelear, nadie raya a su preciado carro y salía ileso.
— ¡Sal de ahí, maldito cobarde! — le dijo mientras veía que las personas dentro de aquel lujoso coche no se inmutaban para salir la rabia era grande, habían cometido una infracción, le habían rayado su bebé y pare a colmo no eran capaces de hablar o dar la cara, el enojo era monumental.
Esa mañana había pasado por un café y había pedido uno con doble crema y un poco cargado;
Lo vertió encima del visor, haciendo que uno de los hombres saliera.
— ¿Está loca, sabes lo que cuesta este carro? — le dijo el chico, era bastante alto y arrogante para su gusto.
— ¡Me importa muy poco cuanto cueste, me vale, me acaban de dañar mi carro y eso sí que no lo permito! — dijo realmente molesta.
— ¡No compares! — le dijo este totalmente indignado, el otro hombre que estaba dentro del vehículo le llamó y el joven se acercó.
— Ten, esto repara los daños y por favor, cuando pases ten cuidado de toparte con un coche de estos —le dijo y sin esperar a que esta contestara algo, se marchó. Tania estaba realmente molesta, jamás se había imaginado tener que lidiar con alguien tan cínico o con seriedad tomo los billetes y sonrió un poco, la cantidad ayudaría a repararlo y quedaría algo en sus bolsillos, sabía que no había sido culpable de lo que había pasado, que no les dejaría con la picardía de que se fueran sin pagar si ellos habían sido los culpables de pasarse antes de tiempo y de dañar su carro.
Sin más, siguió su camino, había perdido una gran cantidad de tiempo en aquella conciliación y su cita con su futuro jefe estaba un poco retrasada, no quería dar una mala impresión llegando tarde, así que apresuró la carrera, no si notar que la policía le seguía.
— ¡Noo, Dios ayúdame, ¡ahora no! — dijo mientras se aparcaba nuevamente y esperaba al agente.
— Buenos días, señorita — dijo él en modo de saludo, este parecía haber tenido una gran discusión, pues su rostro estaba bastante molesto.
— Buenos días, señor agente, cuénteme — dijo ella totalmente asustada, no quería una multa ahora.
— Ud. acaba de rebasar los límites de tránsito, así que es pertinente hacerle un comparendo por ello — le dijo y esta se quedó totalmente bloqueada.
— ¿Me ha escuchado, señorita? — le preguntó él preocupado por cómo se veía, estaba pálida.
— Sí, señor agente, perdóneme, he estado tan preocupada con una entrevista, un hombre chocó mi coche y ahora soy yo la que está a punto de perder su única fuente de ingreso, ¿me puede dejar ir? — le preguntó y este se negó.
— ¡Por favor, ayúdeme! — le dijo este y se quedó pensando, se veía bastante preocupada y parecía estar a punto de llorar.
Este al verla, algo en su interior se removió y se aceptó, la dejo marchar sin aquella multa.
Miró su reloj nuevamente, llevaba casi media hora de retraso y esperaba que aún la atendieran.
Tocó el timbre después que la dejase pasar en portería, estaba rezando para que no la devolvieran, había dejado su preciso coche en el lugar donde le habían indicado.
La puerta se abrió y una mujer bastante seria la guio hasta el despacho, ahí, había más chicas, a ella ya la habían llamado desde hace una media hora, tocó la puerta y pidió una nueva entrevista.
Esta vio que la mujer que estaba adentro la había colocado en una lista.
Tania estaba esperando, eran casi diez chicas además de ella, esta vez la habían dejado de última, habían entrevistado a cada una de las jóvenes, cuando escucho su nombre, el nerviosismo le invadió.
— Buenos días, ¿cómo están? — su voz salía bastante incomoda, estaba muy nerviosa, no sabía que podía esperar.
— No te contrataré, solo te deje ahí para que entiendas de que no puedes llegar tarde a una entrevista importante, que le quede como una lección a usted — le respondió un hombre bastante molesto, era joven, su expresión mostraba molestia.
— ¡No me haga eso, no sabe todo lo que me ha pasado hoy! — le dijo y este la miró fijamente, Tania sintió algo en su cuerpo cuando esté la observó de tal manera, tan amenazante.
— ¿Lavar un carro de lujo con una malteada? — le preguntó ofuscado, le había reconocido desde que la había visto irrumpir en la sala.
— Déjeme explicarle y pues no me parece justo que se deje llevar por eso, la entrevista es otra situación, así que deje le muestro mi trabajo y decide — le respondió, estaba molesta y más cuando no había sido la culpable.
— No la contrataré — le dijo de una vez, Tania estaba sorprendida, no había mirado ni siquiera su currículo y ya le estaba quitando la oportunidad.
— ¿Perdón? — preguntó ella totalmente molesta.
— Cómo ya le he dicho, se puede retirar, es mejor que lo sepa desde ya y no guarde ninguna esperanza de trabajar conmigo — le dijo, desde afuera se escuchaba como estos dos hablaban bastante fuerte.
— No entiendo por qué lo hace, usted y la otra persona que iba en el coche se metieron en mi paso, rayaron a mi bomboshell, me trataron pésimamente, ¿yo soy la culpable de su error? — le preguntó, estaba esperando una respuesta concreta, pero este no pensaba dársela.
— No me interesa darle una explicación, ya se le pagaron los daños — le contestó con cara de aburrimiento, odiaba las mujeres problemáticas y esta parecía ser una.
— Lana, ¿qué pasa ahí adentro? — preguntó uno de sus entrenadores, se le conocía como Rusoll, este era el encargado principal de su recuperación.— No lo sé, la chica ha entrado y han comenzado a pelear por algo, no sé exactamente por qué — contestó la secretaria totalmente sorprendida por lo que estaba escuchando, el entrenador también espero, no había dudas de que la chica tenía razón.— ¿Pasa algo Hans? — interrumpió, haciendo que su pupilo lo mirara realmente mal.— Solo le he indicado a la señora, que no está calificada para trabajar conmigo, su currículo no cumple con lo mínimo para poder hacerlo — le dijo con total seriedad, conocía a su entrenador y sabía que esto iba a ser más largo de lo que creía.— Un hombre tan grande y mintiendo, señor, déjeme decirle, que él joven no ha dejado ni siquiera que yo le pase mi experiencia, este no me ha hecho una entrevista como tal, está peleando como un niño pequeño, porqué antes de llegar aquí, me ha atropellado con su coche carísimo y s
Hans lancer le había llamado, no quería volver a pasar por alguno de sus dramas de niño pequeño, había tenido clientes complicados en su corta experiencia laboral, pero ninguno como este.— Conteste su teléfono — le escribió por WhatsApp, Tania estaba ofendida por cómo le había tratado, ¿por qué debía responderle?— No tengo intención de tener una conversación con una persona con ese nivel de patanería.— No se ponga con estupideces, le voy a dar la oportunidad para que trabaje conmigo, mi entrenador me ha dicho que eres buena y he decidido incluirte en mi equipo — le dijo, sabía que la joven iba a complicarse, pero estaba seguro de que aceptaría, por lo que había escuchado, esta había perdido muchas oportunidades por su antiguo jefe, le había declarado una guerra sin fin y por lo visto, estaba ganando.— No quiero trabajar para usted — le dijo esta al oírlo hablar con tanta prepotencia.— Creo que es una buena oportunidad para usted, así que debería aceptar — insistió.— No me intere
La lista era algo excesiva para Hans.— ¿Quieres que haga todo esto, solo por tu trabajo aquí? — le preguntó incrédulo por todo lo que esté estaba leyendo.— Solo será una vez cada quince días — le dijo ella y este soltó una carcajada, aquello era inaudito.— Haber, te leo lo que tú misma has escrito.Mejorar el trato con sus empleados.Decir buenos días y buenas noches, siempre.Dar clases a chicos una vez cada quince días.Respetar mi espacio, u a habitación lejos de él.Nada de llamar a medianoche, no soy asistente.Acatar mis indicaciones al pie de la letra.Una multa de mil dólares cada vez que incumpla lo pactado.Nada de alcohol, incluidas las cervezas.Nada de comida que no sea la adecuada para mejorar.Clases de natación dos veces y un viaje al lugar que yo decida cada mes.¿Qué hará usted con esos mil dólares? — le dijo cada vez más indignado.— Les daría mejor uso que el que usted les da, esas son mis condiciones, de usted depende si las acepta o no, irán anexadas a nuestro
Tania estaba sorprendida por lo que había pasado la noche anterior, era algo con lo que no contaba, comenzar su primer día de trabajo.— Levántate — le dijo nada más entrar a aquella habitación, había pasado la noche más incómoda por su culpa y ahí estaba él, con su mirada perdida y con una resaca monumental.— Aún no — sentenció, estaba molesto de que esta apenas comenzar y ya le estaba dañando su vida.— ¡No me jodas! — le dijo mientras veía como abría las ventanas y dejaba que el sol saliera con todo su poder.— ¡No me importa cómo me vas a tratar, te levantas y ya! — le contestó fuertemente, sabía que lidiar con él iba a ser algo bastante importante.— No — contestó tajantemente.— Lo harás o comenzaremos con el pie izquierdo, mil dólares menos — le contestó y este se molestó.No tenía más que hacer, que levantarse, sabía que con ella no podía lidiar, era algo imposible, jamás había escuchado a alguien así.Esperó un momento afuera, no le apetecía tampoco tener que verlo sin ropa,
Un nuevo día y un reto mayor al anterior, Tania no sabía exactamente cómo comenzar, las terapias iban poco a poco, pero necesitaba saber cómo iba a funcionar este sí le pedía un esfuerzo mayor.— Necesito que seas más fuerte, meteré un poco más de presión, quiero que sepas que no lo hago por odiosidad, es necesario — le dijo esta al ver su cara de molestia, no quería sentir dolor, era algo que no le gustaba. — Esta bien, pero no me gusta el dolor y lo sabes, pensé que esta se recuperará mucho más fácil — le contestó él y ella se molestó. — ¿Como pretendes mejorar?, tienen un puro contrato a punto de volverse en una demanda, espero que comprendas cómo funciona esto, deja de ser un cobarde y asume que debes esforzarte — le dijo y este se molestó, no le gustaba que algún trabajador le hablara de tal manera.— ¡Acuérdate que yo soy el que te pagó! — le contestó.— Me importa muy poco que seas tú, me contrataste para que mejoraras, si vas a dañar esto, acuérdate que deberás pagar una mult
La comida parecía estar bastante buena, no sabía exactamente cómo iba a ser todo entre ellos, pero ojalá que, aunque sea una comida fuese algo que pudiesen disfrutar en tranquilidad.— ¿Eres la niña de papá? Por lo visto parece que sí, no quería escuchar la conversación entre ustedes, pero desafortunadamente lo hice — le dijo este con una mirada de burla.— No sé si lo sea, pero hemos tenido una relación cercana desde siempre, no sé si tú eres así con los tuyos, pero yo con los míos sí — le dijo, aquella pregunta era algo que siempre le hacían, sabía que la relación con ellos era demasiado cercana, pero los amaba y no esperaba cambiarla, los amaba y sabía que siempre estarían para ella.— No creo que sea necesario estar con los padres por mucho tiempo, ellos tienes su vida y yo la mía, ya está — dijo con un poco de seriedad, no le gustaba hablar de ellos, pero sabía que él había sido el que había direccional aquella conversación hasta ese punto, así que no tenía mucho que reprochar.—
Vivir al límite había implicado que Hans perdiera la conciencia de su carrera, en el último año, este se había limitado a vivir al límite, no entendía realmente porqué lo hacía, si tenía una carrera buena, está lo estaba esperando con los brazos abiertos.— ¿Preparado Romeo? — Tania había decidido interrumpir su día de amor con aquella modelito de revista, era bastante guapa, pero todo quedaba tan solo en eso, porque no tenía nada más que ofrecer.Esa mañana habían tenido una diferencia, ella al llegar a la cocina, tuvo que escuchar como la mujer trataba mal a una de las cocineras, solo por el simple hecho de no usar sal marina del himalaya y usar una normal.— No tienes razón alguna de tratarla así — fueron aquellas palabras que desataron un caos, está en forma histérica había pedido a Hans que corriera a las dos, este sabía que no podía hacerlo, así que se negó, desatando la furia de la modelo.— Ya voy — le respondió en cuanto vio que esta le había interrumpido nuevamente, solo vio
No sabía que la naturaleza podía llegar a interesarle de tal manera, había conocido múltiples lugares, desde sitios realmente lujosos, hasta unos donde la naturaleza era realmente cuidada, no sabía exactamente qué pensar con la saluda que planteaba Tania.— ¿Hz pensado en que esto podría partirme en dos? — le dijo mientras está le pasaba las.— Tiene que dejar de ser tan dramático, he visto que desde hace mucho usted debería estar usándolas, la silla de ruedas, lo único que hace es acolitar su pereza, es necesario que ponga a sus pies a trabajar, no veo lo complicado en eso — le dijo esta mientras le hacía nuevamente tomarla en sus manos, sabía que se excusaba en las ruedas de la silla para no tener que esforzarse mucho.Los dos enfermeros que este tenía le acompañaban, los había contratado su equipo, así que se los aguantaba.— Debemos tener un poco de cuidado, no es que este del todo sano, señorita — le dijo aquel joven del accidente, no quería sentir molestia en su corazón, pero aq