— El típico cuento de la bella y la bestia, quizás en este caso para los medios la bestia sea yo — susurro Tania, mientras acomodaba su almohada, Hans ya se había ido a casa, pero todo lo acontecido la tenía pensativa, quizás una ducha fría la hiciese olvidar el tema. En el espejo del baño miró su reflejo, es que realmente no veía nada mal en el, le gustaba lo que estaba viendo, su silueta se le hacía linda, sus piernas eran grandes y bastante tonificadas, su rostro también le gustaba, e invertía un buen de dinero para que su piel estuviese perfecta.Habían días en las que se miraba y comenzaba a reafirmar su cariño hacia sí misma, es que era bastante difícil lidiar con todo lo que escuchaba en las redes, habían comenzado a escribirle múltiples clínicas estéticas ofreciendole infinidades de procedimientos para que dejara aquellos kilos de más.— ¿Qué haces? — preguntó la madre de Tania, ese domingo le había notado realmente preocupada, la veía todo el tiempo en el teléfono y estaba e
“Es que no debemos ser perfectos, nadie lo es, incluso entre las mujeres más bellas hay cosas que estas desearían cambiar, no tengo dudas y pruebas muchas” Recordó a la abu, aquellas palabras siempre eran tema de discusión cada que llegaba de la escuela después de un encuentro infortunio con sus compañeras, la primera vez que había sido consciente de su peso fue a los 10 años. Era una mañana en la que debían hacer algo de atletismo en clase del señor Lazaro, debían aprender cada deporte que este quería que trabajaran, estaba claro que no era la mejor corriendo, pero aquella prueba le gustaba, amaba correr. — ¡Mira cómo se mueve su cuerpo, su panza parece que tiene vida propia! —grito Analiz, una de las niñas más hermosas del salón, cabello rubio, ojos verdes y un cuerpo delgado, herencia de padres gimnastas olímpicos, creería que iba al gimnasio desde que había nacido, era más que obvio, era la primera vez que todo el grupo se burlaba de su cuerpo y le había dolido demasiado, creer
La polilla luna, tiene una de las metamorfosis más maravillosas de la naturaleza, un tiempo en que, en varias fases, tienen que sufrir distintos cambios, todo para convertirse en una obra de arte alada, que vive una sola semana y poco más, codiciada y admirada por muchos por su belleza.Así pasa en la existencia del ser humano, tiene etapas en las que cambiar en necesario, la transformación tanto física, como espiritual, como aquella polilla que deja un legado con su simple existencia tan efímera, así es nuestra vida.... — ¡Amiga! Ya me estaba preocupando de que no llegaras — dijo Jane al verle en el corredor.— No me perdería el último día, ¡jamás! — respondió.La despedida era breve, la última clase, un momento emotivo entre ellos y cada uno a su nueva vida, se verían en la ceremonia y ahí acabaría todo.Después de eso, debía llegar a su trabajo, le estaban esperando para firmar el nuevo contrato, donde estaría a sus servicios por aproximadamente dos años, estaba demasiado feliz, s
Hans no recordaba donde estaba, había pasado unas horas desde que había salido volando por la pista, no recordaba nada más.— ¿Que hago aquí? — dijo cuando despertó.Su madre estaba ahí frente a él, su rostro cansado le preocupo un poco, sus hermanas corrieron a su lado, estas estaban igual que Lya, lloraron al saber que había vuelto.— Hijo, no te preocupes, llamaré al médico — dijo entre lágrimas, este no entendía en lo absoluto y frunciendo el ceño se quedó ahí, miró a las enfermeras correr, todas lo comenzaban a analizar.— ¡Suéltenme! — dijo él, estaba nervioso y no quería que lo tocarán, sin medir su fuerza, quito a una de las chicas que intentaba revisar su brazo.— ¡Déjenme! — grito, asustando a todas las mujeres en la habitación.El doctor llegó enseguida y con un temple igual de fuerte lo calmó.— Tuviste un accidente y estás aquí por eso — le dijo, estaba teniendo un poco de tacto, habían pasado casi un mes desde que había caído en coma.— ¿Llevó un mes aquí? — preguntó tot
Tania Ware había optado por una camisa blanca y un pantalón tiro alto de color Vino tinto, sus cabellos estaba recogido adelante con unos pequeños ganchos.Era la primera entrevista en mucho tiempo y esperaba que fuera positiva.— Solo ora mi niña, esta si es la oportunidad, además tu hermano tiene buenos contactos — dijo su madre al verla salir totalmente asustada.— Amén mamá, no sé, siento que está vez si quedaré — le dijo esta y tomando las llaves de su carro, se marchó.Su hermano había decidido cambiar su trabajo cerca de casa, ya no grababa ahí en su habitación.Tomó la autopista, estaba algo asustada, era su única oportunidad para hacer que su carrera volviera a surgir, estaba nerviosa de cómo iba a manejar todo, no sabía ni por dónde comenzar.— ¿Que tan malgeniado es? — le preguntó a Michel, su hermano, sabía por los medios que Hans era un poco problemático y está era la única oportunidad para sacar su carrera adelante.— Del uno al diez, diría que es un veinte —le contestó
— Lana, ¿qué pasa ahí adentro? — preguntó uno de sus entrenadores, se le conocía como Rusoll, este era el encargado principal de su recuperación.— No lo sé, la chica ha entrado y han comenzado a pelear por algo, no sé exactamente por qué — contestó la secretaria totalmente sorprendida por lo que estaba escuchando, el entrenador también espero, no había dudas de que la chica tenía razón.— ¿Pasa algo Hans? — interrumpió, haciendo que su pupilo lo mirara realmente mal.— Solo le he indicado a la señora, que no está calificada para trabajar conmigo, su currículo no cumple con lo mínimo para poder hacerlo — le dijo con total seriedad, conocía a su entrenador y sabía que esto iba a ser más largo de lo que creía.— Un hombre tan grande y mintiendo, señor, déjeme decirle, que él joven no ha dejado ni siquiera que yo le pase mi experiencia, este no me ha hecho una entrevista como tal, está peleando como un niño pequeño, porqué antes de llegar aquí, me ha atropellado con su coche carísimo y s
Hans lancer le había llamado, no quería volver a pasar por alguno de sus dramas de niño pequeño, había tenido clientes complicados en su corta experiencia laboral, pero ninguno como este.— Conteste su teléfono — le escribió por WhatsApp, Tania estaba ofendida por cómo le había tratado, ¿por qué debía responderle?— No tengo intención de tener una conversación con una persona con ese nivel de patanería.— No se ponga con estupideces, le voy a dar la oportunidad para que trabaje conmigo, mi entrenador me ha dicho que eres buena y he decidido incluirte en mi equipo — le dijo, sabía que la joven iba a complicarse, pero estaba seguro de que aceptaría, por lo que había escuchado, esta había perdido muchas oportunidades por su antiguo jefe, le había declarado una guerra sin fin y por lo visto, estaba ganando.— No quiero trabajar para usted — le dijo esta al oírlo hablar con tanta prepotencia.— Creo que es una buena oportunidad para usted, así que debería aceptar — insistió.— No me intere
La lista era algo excesiva para Hans.— ¿Quieres que haga todo esto, solo por tu trabajo aquí? — le preguntó incrédulo por todo lo que esté estaba leyendo.— Solo será una vez cada quince días — le dijo ella y este soltó una carcajada, aquello era inaudito.— Haber, te leo lo que tú misma has escrito.Mejorar el trato con sus empleados.Decir buenos días y buenas noches, siempre.Dar clases a chicos una vez cada quince días.Respetar mi espacio, u a habitación lejos de él.Nada de llamar a medianoche, no soy asistente.Acatar mis indicaciones al pie de la letra.Una multa de mil dólares cada vez que incumpla lo pactado.Nada de alcohol, incluidas las cervezas.Nada de comida que no sea la adecuada para mejorar.Clases de natación dos veces y un viaje al lugar que yo decida cada mes.¿Qué hará usted con esos mil dólares? — le dijo cada vez más indignado.— Les daría mejor uso que el que usted les da, esas son mis condiciones, de usted depende si las acepta o no, irán anexadas a nuestro