Michael observó a Sophie recorriendo con la mirada el cuerpo a medio vestir de su esposa, maldiciendo internamente por lo inoportuna que había sido Hanna, pero el deber lo llamaba y podía dejar lo que estaba haciendo para después.—Descansa, Sophie. No te preocupes por esto —dijo Michael, tras dejar un beso en la frente de la joven y apartarse de la cama Sophie, se apoyó en sus antebrazos para incorporarse mientras lo veía arreglarse la ropa.—Michael, por favor, no le hagas daño a ese hombre.Michael levantó la mirada para fijarla en la de su esposa a la vez que se abrochaba el cinturón y esbozó una sonrisa, estaba celoso pero no pensaba demostrarlo. ¿Cómo se atrevía a defender a otro hombre? Uno que casi le había costado la vida de su esposa y futuros hijos.— Haré lo necesario, como siempre he hecho — respondió Michael con una seriedad que no dejaba lugar a dudas — Deberías preocuparte por no volver a caer enferma y por nuestros hijos, y no meterte en mis asuntos.Terminó de aco
— No nos dirá nada… Mátalo — dijo Michael fastidiado acercándose al hombre y apagando el cigarrillo en su pecho.Hanna observó al hombre atado y herido. Al escuchar la orden de Michael, su sonrisa se ensanchó ligeramente, una sonrisa que reflejaba no placer, sino una aceptación fría de la realidad de su mundo.—Claro, Michael —respondió con una voz impasible.Hanna dejó el cuchillo que había usado para torturarlo y sacó otro bien afilado de su chaqueta. La hoja del cuchillo reflejaba la luz tenue de la sala. Se acercó al hombre atado pasándose el cuchillo de una mano a otra —Lo siento, pero no puedes quedarte aquí —dijo en un susurro.El hombre atado apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de que Hanna hiciera su movimiento. Con una eficiencia precisa, lo degolló terminando con su vida en un instante.Las cadenas retumbaron por toda la sala aguantando el cuerpo inerte, mientras la sangre manaba de la herida mortal que acababan de hacerle.Michael observó la escena sin inmutarse. E
La revelación del embarazo de Sophie dejó a Thomas conmocionado y confundido. Se levantó del sillón, caminando de un lado a otro de la habitación en un intento de procesar la noticia. Después de unos momentos, se detuvo y se volvió hacia Sophie más molesto que preocupado, celoso, rabioso él había respetado a su novia hasta el matrimonio después de ser novios desde el instituto y ese cabrón le había robado el derecho que le pertenecía.Tener para él la virginidad de su novia.—¿Ese cabrón se atrevió a violarte? —preguntó Thomas lleno de ira — Lo mataré, voy a matarlo ahora mismo. Daniel me dijo que tuviéramos paciencia, que elaboraríamos un plan, pero ese monstruo te forzó y te embarazó...Sophie, viendo la reacción de Thomas y temiendo lo que pudiera hacer, se levantó rápidamente y lo agarró del brazo para detenerlo.—Thomas, no, él no me forzó. Las cosas... simplemente sucedieron —explicó con voz temblorosa— Yo creí que habías muerto, y en ese momento, él no me parecía tan malo.Th
Tras los eventos en las mazmorras, Michael regresó a su habitación. Se dirigió directamente a la ducha, buscando deshacerse de cualquier rastro de sangre del hombre que acababan de matar. La ducha caliente no logró calmar su malestar, pero al menos limpió su cuerpo de la sangre que lo había salpicado, a veces todo eso era necesario, lo sabía.Al salir de la ducha y caminar hacia la cama, se encontró con que esta estaba vacía. Estaba cansado de dormir solo, a pesar de tener una esposa, apenas convivían, cada uno dormían en un lugar distinto.Decidió que era hora de cambiar eso, salió de su habitación y caminó hacia la habitación de Sophie. Sin encender la luz, para no despertarla, se deslizó bajo las sábanas, buscando el calor de su esposa. Pero sus manos encontraron solo un espacio vacío donde debería estar ella. Encendió la luz y confirmó sus sospechas: Sophie no estaba allí. "Otra vez se ha escapado".Michael se vistió rápidamente refunfuñando, no dejaba de pensar en dónde pod
Michael respiró aliviado al escuchar el grito de Hanna, estaba cerca. El sonido de sus pasos resonaba en los pasillos mientras se acercaba rápidamente al lugar de donde provenía la voz de Hanna.Michael irrumpió en la sala con su tan habitual aura de hombre poderoso, Sophie siempre se sentía intimidada y a la vez impresionada, incluso excitada por eso, pero en ese instante ni siquiera se fijó, pasó a segundo plano, le daba más miedo la forma en que Hanna la observaba.—¿Dónde estabas, Sophie? —preguntó Michael, esforzándose por mantener la calma—. ¿Por qué te escondiste así?Sophie se levantó lentamente, luchando por mantener la compostura.—Necesitaba tiempo para pensar, Michael —explicó, su voz temblorosa—. Estaba caminando por la casa, me apoyé en una pared y de repente me encontré en unos pasillos extraños. Luego llegué a esta sala y me quedé dormida.—¿Tiempo para pensar? —repitió Michael, su incredulidad evidente—. ¿Te das cuenta del caos que has causado? ¡Todo el personal te h
Michael no podía creer lo que acababa de escuchar¿Su esposa se atrevía a soñar con ese médico mientras dormía a su lado?Los celos se apoderaron de él y sacó la muralla de cojines que le había permitido hacer entre ellos ¿Poner distancia para que? ¿Para soñar con ese hombre, para traicionarlo?Si no podía ir a sus sueños a evitar que continuara pensando en él, la despertaría, en ese instante era incapaz de razonar solo estaba pensando en lo que sea que su mujer fantaseaba.—Sophie, ¿qué... qué estás diciendo? —preguntó Michael con la voz ronca por el sueño. Se inclinó hacia ella y le acarició el rostro tratando de despertarla.Sophie seguía atrapada en su pesadilla y murmurando palabras incoherentes nombrando nuevamente al médico, haciendo que él perdiera la poca cordura que le quedaba —Sophie, despierta. Es solo un sueño —dijo, mientras la sacudía.Finalmente, Sophie abrió los ojos dándose cuenta de que estaba en su habitación, a pesar de estar a oscuras, reconocía las sombras que
Sophie se ocultaba escuchando la conversación entre Laura y Michael un dolor punzante se instaló en su pecho por las palabras de esa mujer, casi le costaba respirar.“¿Por qué me duele tanto esto si él es un asesino?” Se preguntaba Sophie, con una sensación horrible recorriéndole el cuerpo. Sabía que debía deshacerse de cualquier sentimiento hacia ese hombre y planificar su huida lo antes posible.Permaneció en silencio, su corazón latía desbocado, tanto que tuvo que llevarse la mano al pecho como si así pudiera calmarse mientras aguardaba la respuesta de Michael. Observó cómo dejaba su taza de café a un lado y se preparaba para hablar. Sin embargo, antes de que pudiera pronunciar una sola palabra, el mayordomo se acercó discretamente a ellos.— Señor, disculpe la interrupción, pero el señor Robert requiere su presencia.Michael se levantó de su asiento, listo para seguir al mayordomo. Mientras tanto, Sophie aprovechó la oportunidad para marcharse rápidamente de su escondite, busca
Emma entró en la habitación de Sophie con una sonrisa burlona en su rostro. — Acabo de ver a la mujer esa, Laura irse de la mansión, bastante disgustada —comentó, casi riéndose — Dudo que realmente sea la amante de Michael.Sophie cerró el diario de su madre con un suspiro y lo guardó en el cajón de su mesita de noche. Luego, se sentó para prestar atención a Emma.—¿Estás segura de eso? —preguntó, aunque en el fondo sabía todo lo que había visto y escuchado de ellos y no tenía dudas.—Vi cómo Michael la trataba, y no parecía nada amable —añadió Emma, observando la reacción de Sophie.—No me importa. Michael podría tener mil amantes y me daría igual —respondió Sophie, intentando ocultar su verdadero sentir.Emma la miraba con sospecha, sabía que no era cierto, conocía a su amiga y podía ver qué en realidad ese hombre le importaba.— ¿Por qué no dejas de luchar por lo que sientes e intentas ser feliz con Michael? Van a tener dos bebés y al fin y al cabo es tu esposo.— Emma, tú eres l