Capítulo 583
Esa misma noche, Luis voló de urgencia a Bariloche.

Cuando llegó a la villa, las luces aún estaban encendidas. Desde el jardín hasta el vestíbulo y en el gran salón, había decoraciones luminosas en forma de estrellas por todas partes.

Dulcinea aún no se había acostado, estaba decorando la casa, vestida con un camisón blanco y descalza, concentrada en colgar adornos en el árbol de Navidad.

A pesar de haber dado a luz a Leonardo, aún conservaba su aire de inocencia.

Luis llegó tan prisa.

Incluso llevaba aún el aroma del perfume de Sylvia, pero al ver a Dulcinea, su corazón dio un vuelco incontrolable.

Por un momento, se sintió como si volviera al pasado.

Cuando Dulcinea, a sus 22 años, se había chocado accidentalmente contra él en una multitud, y, como un conejito asustado, había caído en su trampa fácilmente.

Hasta que la vio en la bicicleta de ese tal Leandro, no se dio cuenta de que ella estaba descontenta con su matrimonio. La castigó y dejó a Leandro con las manos inutilizadas… Dulc
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