Capítulo 536
En ese instante, una enfermera se aproximó para retirarle el goteo, comentando con suavidad:

—Señora Fernández, el suero que le administramos era un suplemento nutricional. Cuando salga del hospital, asegúrese de mantener una alimentación adecuada; parece que está desnutrida.

Ana se sintió avergonzada.

La desnutrición no era algo de lo que enorgullecerse en estos días; apenas musitó un «gracias» antes de que la enfermera se retirara con una sonrisa.

Ana se puso de pie y se dispuso a marcharse, pero aún así expresó su gratitud a Mario por su ayuda. Dudó un instante antes de preguntarle:

—¿Nos conocemos?

Mario no respondió de inmediato.

Después de un breve silencio, dijo con suavidad:

—Solo nos cruzamos en el camino.

Ana experimentó un alivio momentáneo, aunque una sensación de pérdida se apoderó de ella al mismo tiempo. No podía explicar por qué se sentía así…

Antes de salir, se detuvo en el baño.

Se observó en el espejo, contemplando su vientre plano. Aunque su piel era suave, aún se v
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