Capítulo 542
Él fue tan directo y decidido que Ana comenzó a sentir que lo había malinterpretado.

Antes de que pudiera decir algo, Mario no le permitió continuar.

Se recostó cómodamente en su silla y dijo con indiferencia:

—¡No es necesario que expliques! Si no quieres este trabajo, simplemente vete... Necesito descansar.

Era duro y sin sentimientos.

Fue entonces cuando Ana se dio cuenta de que estaba pisando el territorio de su empresa, y el hombre frente a ella era el presidente del Grupo Lewis, con control sobre miles de personas, no el joven que la había tocado cariñosamente en el hotel.

No le quedaba más remedio que irse.

Ana abrió la puerta y salió. Al salir afuera, sintió que la opresión disminuía un poco…

Ella no sabía que, dentro de la habitación, Mario seguía mirando la puerta con los ojos húmedos.

Afuera, el director llegó y se quejó con Ana:

—¡Has desperdiciado una oportunidad tan buena! ¿Sabes lo difícil que es conseguir trabajo ahora? ¿Sabes cuántas chicas jóvenes quieren aprender de
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