Capítulo 533
¡No quería ni necesitaba a nadie más!

Mario permaneció sentado durante mucho tiempo, hasta que finalmente regresó a casa al atardecer.

El Rolls-Royce negro se deslizó lentamente por la puerta negra tallada, y cuando el auto se detuvo, el cielo ya estaba oscureciendo, con solo un tenue resplandor en el horizonte.

Mario apagó el motor, abrió la puerta del auto y salió.

Emma salió corriendo de la casa y abrazó suavemente su pierna, llamándolo «papá».

En ese instante, el corazón de Mario tembló.

Los recuerdos del pasado volvieron a él con fuerza, como la escena que solía describirle a Ana:

«Cuando vuelva a casa del trabajo, nuestra niña vendrá corriendo y me abrazará, llamándome papá. En ese momento, me inclinaré hacia ella y susurraré: Ana, ¿por qué no nos das una hija?»

Los rasgos de Emma eran tan parecidos a los de Ana, tan vivos y reales frente a él.

¡Pero Ana ya no estaba!

Mario observó en silencio a Emma durante un largo instante. La niña, con su aguda percepción infantil, tal vez
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP