Capítulo 443
El lujoso restaurante, el jarrón francés azul, candelabros de plata…

Mirando el periódico por largo tiempo, su celular vibra de repente con un WhatsApp de un desconocido:

[¡Hola, compañera Romero! Me llamo Leandro Carrasco y me gustaría conocerte, ¿puedo?]

Ella leyó esa línea una y otra vez.

De repente, quiso saber qué se sentía ser verdaderamente amada y, como impulsada por una fuerza desconocida, presionó [Aceptar].

Tres días más tarde, la empleada de la mansión le comunicó a Luis que la señora Fernández había comenzado a regresar a casa en autobús después de sus clases. Con un tono que sugería algo más, dijo:

—Parece que la señora está de excelente humor últimamente.

Luis, con indiferencia, contestó:

—¡Entendido!

Después de colgar, se inclinó hacia el intercomunicador y presionó el botón:

—Catalina, ven por favor.

No pasó mucho antes de que Catalina, siempre atractiva, apareciera en la puerta.

—¿Me necesitaba, señora Fernández?

Luis, recostado en su silla y pasando la mano por
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo