Llegamos al final de esta hermosa historia de amor, esperando que haya sido de su agrado, muy pronto un nuevo título para ustedes. Bendiciones y seguimos adelante.
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Los sueños siempre se acaban, son esas burbujas en medio de la realidad tan frágil que se rompen con facilidad.Dafne en ese momento veía a su burbuja perfecta hacer explosión delante de sus ojos.—Estás embarazada, tienes dos meses de embarazo.Esas palabras golpearon su rostro con fuerza y al doctor le comentó:—No puedo estar embarazada, tengo una carrera… Seré modelo, acabo de ganar un concurso de belleza…—vio el desconcierto del doctor—es que…El doctor le dijo pacientemente:—Eres joven y la vida te dio una responsabilidad, tus sueños pueden continuar a pesar de todo.Mentira, los sueños murieron en ese momento, caminó de vuelta al auto y pensó en Casandra Gables, la promotora que la había descubierto en ese concurso de belleza, sus palabras flotaban en su mente:—Querida, tienes todo lo necesario para triunfar en el modelaje.Para ella una recién reina de belleza salida de un pueblo del que no era necesario mencionar. Su mayor logro era conseguir esa banda y la corona que respl
Había logrado subsistir con su hijo, le costó, trabajó de muchas cosas, incluso de cajera en un comisariato, hasta que le salió una oportunidad en un bufete de abogados de renombre. Ella era recepcionista y le iba muy bien, al menos en esos dos años que tenía laborando para la firma no tenía quejas, tonteaba con uno de los abogados asociados, Alberto Coronado. Esa era su tercera cita con él, tenía su propio código sobre citas: a la tercera se decían cosas más personales y si te vuelve a llamar eso era solo la corroboración de que lo flechaste sin importar nada. La cena era por demás espléndida y el vino de delicioso sabor, entonces comenzaron a charlar sobre cosas importantes. —¿Te gusta el pescado en siete hiervas? Le encantaba que le hiciesen preguntas sobre lo que deseaba: —Me encantaría. Se acomodó el cabello negro ensortijado y bien cuidado, entonces lo miró a los ojos, hizo la conexión como una señal a invitarlo a abrirse: —¿Cómo estuvo tu día? —Regular, muchos problemas
El tráfico estaba fatal esa mañana, justo tenía su primera entrevista con su jefe, miró una forma de salir del atolladero y se metió por una calle alterna; sin embargo, un tipo tuvo la misma idea, su auto era un convertible del año y prácticamente se cruzó frente al suyo y ¡zas! Chocaron. —Oiga—se acercó, no lo veía bien—me chocó. Él se rio y dijo descaradamente: —No nena, tú me chocaste a mí. —Te cruzaste en mi camino, era mi giro y tú te metiste arbitrariamente. Lauren había tenido un mal día con su departamento destrozado por la loca de su ex. —¿Decías muñeca? Se las traía con un galán de medio pelo y le dijo: —Oye galán, me debes la reparación. —¿Tienes seguro? —Claro. —Entonces solucionado. Solo eso. Ella consultó su reloj y maldijo subiendo a su auto, el sujeto seguía dentro del suyo obstruyéndole el paso. —Oiga, algunos tenemos vidas que vivir. Lauren enarcó una ceja, como si le importara la vida de los demás. La mujer pitó varias veces, criatura molesta, pensó él
Estaba muda, la había sorprendido y él insistió en preguntar: —¿Hablaba con su novio? Reaccionó. —¿Novio?—rio nerviosa—no tengo novio, es un familiar mío, solo eso. —¿Sucede algo? —No… —¿Está segura de que no nos conocemos? Esa m*****a pregunta y ella sin poder responderle: Claro, tal vez seas el padre de mi hijo. Entonces balbuceó: —Yo… No, para nada… —Ok, deseo que vaya al curso para que pueda aprender todo. Su corazón retumbaba en su interior, no sabía cómo iba a salir de esa situación, es más, no tenía ni idea de qué hacer ante esa situación, jamás pensó que el hombre de esa noche ahora fuera su jefe, ¿y si se acordaba de ella? Dios mío, no podía dejar que eso pase y necesitaba el empleo, era para tirarse a llorar en esos momentos. El pequeño Bruno miraba la comida que su madre le había dejado, era carne, ensalada y arroz, no le gustaba, él deseaba otra cosa, pero tenía prohibido usar la cocina, otra cosa era el microondas. Le dijo a su niñera: —Hable con mi mami y di
—¿Has estado en Grecia?—No…—¿Australia?—No, no he viajado mucho.—Entonces me equivoqué.El corazón de Dafne se aquietó y respiró aliviada y él comentó:—Siento que te conozco, pero no recuerdo de donde.—Mi rostro es común…Lauren la miró de soslayo y no tenía un rostro común, era bella, muy bella, como una preciosa muñeca.Llegaron al restaurante Ícaro, tenía el monograma del sol y la M en medio.—Montessori Ícaro es un restaurante que se caracteriza por sus entradas con platillos netamente italianos con un toque asiático, además de sus postres.Le seguía el paso y todos lo saludaban con respeto y él asentía:—Cuidamos de todos los detalles—señaló las luces.Hermosos candelabros clásicos iluminaban en el entorno, era un restaurante en donde la imagen de Ícaro cerca del sol se podía sentir, además de detalles de dorado en las paredes.Los menús eran tan elegantes y tenían el monograma de la familia en alto relieve y con letras doradas, Dafne pasó su mano sobre él y Lauren se acerc
Estaba junto a él que estaba herido en el hombro, los gritos de la mujer retumbaban en todo el salón maldiciendo la vida de Lauren a los cuatro vientos, mientras los comensales estaban impresionados con lo pasado. Llamaron a una ambulancia y lo llevaron de emergencia al hospital.—Todo va a salir bien—repetía ella nerviosa.¡Santo Dios! No podía creer lo que había pasado, cuando llegaron al hospital lo trasladaron hacia emergencias y a ella la detuvieron.—¿Es usted familiar?Ni lo pensó y dijo de pronto:—Soy su novia.Le dieron pase y no podía imaginar lo que esa respuesta iba a causar, le dijeron que iban a realizarle estudios y ella daba vueltas en la sala de espera.La familia Montessori se movilizaLa noticia impactó al círculo Montessori que fueron inmediatamente al hospital para tener razones de Lauren y cuando llegaron…—Dígame algo sobre mi hermano, Lauren Montessori.—El señor Montessori está siendo intervenido en estos momentos para sacarle la bala.—¿Quién autorizó eso?—
Julia trabajaba una masa, sentía que eso la relajaba, el aroma a canela se extendía por toda la cocina, mientras tarareaba una vieja canción de su tierra, entonces esbozó una sonrisa, le dio ganas de bailar, siempre le daba ganas de bailar al ritmo de la música de su tierra, tantos recuerdos se agolpaban en su interior. Jean Carlo entró con una cesta de hierbas. —Es una mañana muy calurosa, como las mañanas en Saluzzo. —Hermosas mañanas en Saluzzo, Dio bendiga a Saluzzo—decía ella rociando un poco de harina—hace tiempo que no vamos por allá. —Certo, pero todo funciona de maravilla en la villa, en tutto lado. Entonces Julia pensó en Lauren: —Me preocupa nuestro figlio… Esa vida que tiene tan llena de excesos, las mujeres queriendo su cabeza… —Approvo a quella ragazza. —Yo también… Pero tu hijo siempre lo arruina todo. —Esta vez no… La mujer entonces dejó todo de lado y llamó a su hija: —Livana, ¿has hablado con Lauren? —Mamá, el mundo no gira en torno a Lauren. Ella se eno