Perdon por el atraso.
EL CUMPLEAÑOS DE LA ABUELA. Al día siguiente, ninguno de los dos fue a la empresa, cuando April estaba preparándose, Marcelo ya estaba vestido con ropa informal, llevaba jeans y camiseta, que para su mala suerte resaltaba sus trabajados brazos y su definido abdomen. Ella se perdió en sus propias fantasías y recobro el sentido cuando él se aclaró la garganta. ―¿Estás lista? ―Sí, pero ¿A dónde vamos? ―ella no podía quitarle los ojos de encima y esto emociono secretamente a Marcelo. ―¿Me veo bien? Ella entendió de que estaba siendo demasiado evidente y bajo la cabeza avergonzada. ―Responde ―insistió él ―¿Te gusta lo que ves? ―Sí, se ve… bien. ―Genial ―sonrió y agarro las llaves del auto ―Pasaremos el día juntos, hoy es la fiesta de cumpleaños de mi abuela y es la oportunidad perfecta para que conozcas a mi familia. ―¿Hoy? ―ella se puso nerviosa, aunque en el contrato decía que era parte del acuerdo, no olvidaba la clara advertencia de Vivían el día anterior. ―Sí, pero no te p
NO ERES UN MANCINIApril aspiro profundo y se preguntó si él estaría satisfecho con ella, o al menos le importaría. Por un momento le divirtió las palabras de la mujer, si supiera la verdadera inclinación de Marcelo, seguramente no se hubiera esforzado tanto.Él estaba leyendo una revista cuando escucho los pasos y levanto la cabeza. Su corazón se detuvo por un segundo y sus ojos no podían apartarse de la chica que estaba delante de él. Si la primera vez lo había dejado sin palabras, esta vez, lo dejo sin cordura. Era la mujer más hermosa que había visto en toda su vida. Y él había visto muchas, pero ninguna lo trastoco como lo estaba haciendo April en ese momento.―Te lo dije ―susurro la mujer detrás de April con una sonrisa. Y ella sonrió levemente, mientras su corazón latía emocionado, por alguna razón quería gustarle.Marcelo siguió mirándola y se puso de pie lentamente, camino hacia ella y se detuvo.―¿Verdad que está impactante? ―pregunto Malena.―Sí, esta noche tendré que vigila
NO ERES UN MANCINI (II)La abuela se apartó de su nieto y le dio una mirada desaprobatoria a su hijo.―Ovidio, espero no me arruines la fiesta.―Únicamente estoy diciendo la verdad, madre. ―su mirada hostil se clavó en Marcelo ―Él no es parte de esta familia.―Tienes razón, tío ―Marcelo dio un paso adelante y se detuvo frente a él ―Pero te guste o no, llevo el apellido Mancini, lo cual me hace parte de esta familia.Los labios de Ovidio se apretaron en una fina línea y sus manos se volvieron puños.―No sé qué demonios pensaba mi hermano cuando te adopto, pero maldigo el día en que lo hizo. No has hecho más que darnos vergüenza, Marcelo. Tú un …―¡Suficiente! ―la anciana golpeo el suelo con su bastón, camino hacia su hijo y sin previo aviso lo abofeteo ―No tienes ningún derecho a humillar a Marcelo. Te gusté o no es mi nieto, lo vi crecer y lo amo.El hombre tuvo que tragarse su insatisfacción, luego miro a April quien se mantuvo en silencio y soltó una risita burlona.―Veo que te casas
ELLA ME GUSTA.―¿Owens? Tú… ¿Qué haces aquí?El hombre caminó con una sonrisa y las manos en los bolsillos, a su paso la mayoría no podía quitarle los ojos de encima.―Soy amigo de la familia, la abuela me invito.―Oh, es cierto. Olvide que eres amigo de Marcelo, qué tonta ―April bajo la cabeza avergonzada, pero Owens saco su mano y sostuvo su barbilla con suavidad.―¿Qué te he dicho sobre llamarte tonta? ―su y su toque eran demasiado suaves e íntimos a ojos de todos. April fue consciente de esto y se apartó.―Creo que no deberías hacer eso ―susurro.―Sí, entiendo, no hay que avergonzar al gran Marcelo Mancini.―No, es que… ―ella suspiró ―No quiero causar una mala impresión, falsa o no, soy su esposa.―Está bien, lo entiendo. ―volvió a meter las manos en los bolsillos y luego le dio una mirada aprobatoria ―¿Ya te dije que te ves hermosa? Incluso un hombre como Marcelo babearía por ti y lo digo en serio.Su cumplido la sonrojo.―Gracias.[…]Mientras tanto en el estudio…―¿Así qué te ca
ME GUSTAS.Marcelo caminó en su dirección y su rostro era de pocos amigos, cuando estuvo lo suficientemente cerca, escucho parte de su conversación, frunció el ceño y tragó saliva. Celos posesivos e irracionales recorrieron todo su interior. «¿Estaba celoso? ¿Él? ¿Cuándo se habían tornado las cosas así?» Quería arrancarle esa cara de orgullo y satisfacción a su amigo.—Gracias —le dijo ella a Owens.El hombre le sonreía como estúpido mientras le daba lo que parecía ser, un dulce en la boca. «¿Primero, rosas y ahora dulces?»Apretó los labios y justo cuando se estaba acercando, derramó intencionalmente la copa sobre Owens.—Perdón, creo que bebí demasiado — se disculpó hipócritamente y luego le hizo señas a uno de los empleados —Ricardo, acompaña a mi amigo a limpiarse, si es necesario, prestarle algo de la ropa que dejó aquí.Owens, que estaba al tanto de que no había sido un accidente, lo miró fijamente.—No te preocupes, no hará falta. — dijo entre dientes.—Bien, entonces si me di
EL CARÁCTER DE LA SEÑORA MANCINI.Todos alrededor estaban mirando y los murmullos no se hicieron esperar, incluso sacaron sus teléfonos y empezaron a sacar fotografías. La abuela, que estaba charlando y riendo no muy lejos, miro esta escena con una bonita sonrisa en los labios.Owens, que estaba junto a Vivían, miro a las dos personas que se besaban sin expresión en su rostro, se dio la vuelta para irse, pero Vivían lo persiguió y lo detuvo para reclamarle.―¿Dejarás que él te gane? ¡¿No lucharás por ella?! ―en ese momento las sienes de Owens palpitaban sin cesar y cerro los ojos tratando de controlarse, ya había sido suficiente con lo que vio, como para que también tuviera que soportar a Vivían. ―¡No puedes dejar que estén juntos!Él la miro inexpresivamente.―Si estás tan preocupada, ¿Por qué no haces tú algo? ―se giró para irse ―Deja de joderme, Vivían.La chica apretó las manos y se burló.―¿De nuevo vas a hacerte el de la vista gorda? ¿Permitirás que Marcelo te arrebate todo aque
SALVÁNDOLA.Dentro del agua, las dos seguían forcejeando, sin embargo, había que reconocer que la ventaja la llevaba Vivían.―¡Eres una zorra, dices ser la esposa de Marcelo, pero dejas que otro te coquetee! ―Vivían, hundió la cabeza de April bajo el agua y está lucho por respirar.Al ver que se estaba quedando sin aire, April pellizco con fuerza el brazo de Vivían y esta se quejó de dolor y la soltó.―¡Ah! ¡Perra!April que no iba a seguir haciendo un espectáculo, nado con dificultad hacia la escalera, pero Vivían no planeaba dejarla ir, la jalo por el cabello que ahora estaba vuelto un desastre.―¡No tan rápido! ―grito al tiempo que la cabeza de April se echaba hacia atrás ―No te voy a dejar ir hasta que resolvamos esto.Todos los invitados se agruparon alrededor de la piscina, sus bocas se abrían y cerraban sin poder creer lo que veían. Uno de los empleados se apresuró a ir en busca de Marcelo.―¡¿Qué es lo que te pasa?! ¡¿Cuál es tu maldito problema?! ―April estaba cansada de su a
CUIDANDO DE ELLAMarcelo llevó a April al asiento trasero del auto, ella aún tenía los ojos cerrados, sin embargo, dijo suavemente.―Lo lamento…Marcelo le entregó una pequeña toalla y comenzó a secar su cabello, luego encendió la calefacción.―No tienes por qué disculparte, en todo caso… soy yo, quien debería hacerlo. Te traje aquí y…April abrió los ojos, tomó la toalla y preguntó vacilante.―Tu prima… Ella… ¿Está enamorada de ti?―No creo que sea amor, Vivían ha sido mimada desde pequeña, solo es una pequeña obsesión. Pero considero que hoy fue demasiado lejos ―sus ojos se entrecerraron ―Aunque tengo la leve impresión de que no actuó sola.―¿Qué quieres decir?―Ella y Owens conversaban, no me asombraría que juntos planearan esto. Así el que quedaría como el héroe y yo…―No, espera un momento. ―lo interrumpió ―Owens, no es ese tipo de persona.―¿Cómo lo sabes? Dijiste que apenas y se conocen, en cambio, yo lo conozco desde pequeño, sé de lo que es capaz. ―Marcelo hablaba con rabia c