Faltan dos.
DORMIR EN LA MISMA CAMA April bajó las escaleras y salió casi corriendo al jardín, se detuvo frente a los rosales y cerró los ojos buscando calmarse. «Respira, April, respira» Su corazón aún latía con fuerza y en su lengua todavía estaba el sabor de Marcelo, se llevó los dedos a los labios y se los acarició. Gimió y su mente, revivió el beso que acababa de darle. Y cualquiera que la viera la tildaría de loca, menos mal que cuando escucho su nombre, vio a una pequeñita de ojos marrones y cabello oscuro. ―¿Tía, April? ¿Qué estás haciendo? Abrió los ojos y busco la pequeña voz, de repente miro hacia abajo y la sonrisa tierna de Serafina la recibió. ―Eh… ¡Nada, nada! ―Pero estabas haciendo sonidos raros ―dijo la niña con inocencia ―¿Te duele algo? Los ojos de April se abrieron como platos y se agachó y miró a la pequeña. ―¡No! No, cariño, estoy bien ―miro a su alrededor ―¿Dónde está tu mamá? ―Está con papá en el estudio, cuando está con él ―Serafina se inclinó a su oído ― no le g
UN TRAJE DE BAÑO PROBLEMÁTICO. ―¡No, me niego! No está sucediendo ―April se cruzó de brazos y miró la pequeña tela que Elizabeth levantó en el aire. ―No seas tonta, te vas a ver genial. Además, tienes un cuerpo de infarto, ¿Por qué no hacer sufrir un poco a Marcelo? ―dijo Elizabeth levantando las cejas con picardía. ―Es que… nunca me he puesto uno de eso, y tampoco sé nadar, puedo verlos desde la orilla. Elizabeth suspiró y la agarró de los hombros, la colocó frente al espejo y encontró su mirada. ―Tienes que aprender a confiar más en ti y a aceptar la belleza que Dios te dio, toma ―le entrego el traje de baño de dos piezas y la instó a ir al baño ―Pruébatelo. April se dio la vuelta resignada y no le quedó más remedio que ponerse el dichoso traje de baño. Minutos después salió y Elizabeth aplaudió emocionada. ―Marcelo va a babear, te lo aseguro. Esto solo logró que April tuviera menos deseos de ir, ya era suficiente con tener que estar medio desnuda delante de todos. Camino hac
LA LLEGADA DE OWENS ―¿Qué hace este imbécil aquí? ―dijo Marcelo en cuanto vio a Owens conversando con animadamente con la abuela. Por otro lado, April se puso un tanto nerviosa, después de todo él había venido por ella. Ahora se lamentaba de haberlo invitado. Marcelo condujo la moto más cerca del muelle y la apago, ayudo a su esposa a subir al muelle y busco demasiado rápido el vestido que traía puesto hace un momento. ―Póntelo ―gruño. Ella simplemente obedeció en silencio. ―¡Marcelo, ragazzo! ¿Mira quién vino a visitarnos? ―la abuela condujo a Owens hacia ellos. ―¿Cómo supiste que estábamos aquí? ¿Nos estás espiando o qué? ―Owens comprendió el mensaje implícito, pero sonrió inocentemente y sus ojos buscaron a April. ―Fui a la mansión, Greta me dijo que estaban aquí ―se metió la mano en el bolsillo y agrego con una sonrisa divertida ―Hace mucho que no vengo a su casa en Miami Beach, pero si te estoy causando problemas, entonces me iré. La anciana pudo sentir la tensión entre los
CENA ROMÁNTICA Cuando April abrió los ojos supo que estaba en problemas, lo supo cuando se dio cuenta de que tenía la cabeza apoyada en el pecho de su marido, mientras él la rodeaba con su pierna. Ella cerró los ojos y sintió las mejillas arder e intentó ignorar la reacción de su cuerpo y que la polla de Marceo se sintiera enorme apretada contra su vientre. «Ya sabía que estaba bueno. Pero, no necesitaba comprobar que estaba tan bien dotado. No necesito alejarme de él» Se apartó rápidamente de su abrazo y salió de la cama. Miro un segundo, antes de cruzar el baño, y afortunadamente él no se había despertado. «Menos mal sigue durmiendo, porque si me hubiera visto, estoy segura de que hubiera sido capaz de leer todos los pensamientos cochinos que pasan por mi mente» Con lentitud cerró la puerta del baño, y abrió la llave para echarse un poco de agua y refrescarse la cara y eliminar los pensamientos lujuriosos que empeñaban su cerebro. Nunca en su vida había sentido una pizca de dese
NOCHE PARA DOS. La luna brillaba en todo su esplendor mientras, Marcelo y April esperaban las bebidas. A último minuto, él había cambiado de opinión, a pesar de que Layton lo había hecho con las mejores intenciones, de verdad quería tener una cena romántica con su esposa y bueno, también una noche de pasión. April por su parte, estaba maravillada, que iba a imaginar ella que Marcelo la traería a un yate privado, prepararía una cena con velas y que tendrías al mar como acompañante. Era demasiado para alguien que solo buscaba quedar como el marido ideal. ―¿Te gusta? ―le pregunto sacándola de sus pensamientos. ―¡Oh, sí! Todo… es… romántico ―ella balbuceó un poco nerviosa y para colmo se puso más nerviosa cuando él la miró como si fuera todo su mundo. ―Te ves muy hermosa esta noche ―dijo con voz suave. April sonrió tímidamente y bajo la mirada. ―Gracias… tú también estás muy guapo. El camarero llegó a la mesa y les presento el menú. Marcelo eligió los platos para ambos. Mientras es
NOCHE PARA DOS (II)Antes de que ella pudiera reaccionar, Marcelo la llevaba en sus brazos y caminaba hacia el dormitorio. Cuando llegó la dejó en la enorme cama y comenzó a desabrochar su camisa, mientras se inclinaba para besarla. Beso suavemente sus labios, su frente, sus cejas, mejillas y luego se movió dulcemente hasta morder el lóbulo de su oreja.April estaba nerviosa y no podía moverse, así que tartamudeo.―Marce… Marcelo… ¿No crees que… vamos muy rápido?Él levantó la cabeza para revelar su mirada ardiente, y respondió con encanto y una leve sonrisa.―¿Rápido? Hemos estado casados por más de un mes y hasta hoy no hemos consumado nuestro matrimonio, cielo ―dijo mientras se quitaba por completo la camisa y revelaba su fuerte pecho, hecho para pecar, luego se inclinó para continuar besándola.Su cálido aliento bailaba en la suave piel de April y como resultado, su corazón latía cada vez más fuerte y su respiración se volvió más caótica.Ella estaba muy nerviosa, no sabía dónde po
UN DULCE DESPERTAR. Al día siguiente, April despertó en los brazos de Marcelo, tenia todo el cuerpo débil y sí, adolorido. «Todo es su culpa, anoche…» Cuando recordó la noche anterior, su cara se sonrojó sin que pudiera evitarlo, pero su corazón latía como si hubiera ganado un boleto de lotería. Marcelo era mucho más que un premio, significaba su felicidad, y ella no podía creer que todo esto estuviera sucediendo. Miró a su esposo que aún parecía dormido, tenía los labios curvos como en una especie de sonrisa y ella adivinó porque, el hombre parecía haberse desatado, se convirtió en un animal insaciable. Se levantó lentamente con temor a despertarlo. Tomó su camisa que estaba en el suelo y se la puso, y cuando se dio la vuelta se encontró con Marcelo sonriéndole. Por un momento, perdió el habla, le sonrió y dijo. ―Bu… buenos días… El hombre se irguió y la sábana se deslizó descubriendo su escultura pecho, April trago un poco y trato de no mirar allí, por alguna razón, su cosa nu
UNA PEQUEÑA LUNA DE MIEL NEW YORK ―¿Por qué me da esta información? ―Garret miró a la persona frente a él con curiosidad ―¿Qué pretende que haga? Los ojos de la otra persona se entrecerraron, sonrió a medias y bebió su café. ―Te gusta el dinero, ¿verdad? Garret apretó los labios y ahora más que nunca esta persona le pareció peligrosa. ―¿Por qué no va el grano? En pocas palabras, ¿me está pidiendo que destruya el matrimonio de mi hermana? ―Sí. ―dijo tranquilamente ―Hazlo y obtendrás mucho dinero. Garret lo pensó por un momento. Cuando esta persona lo llamó y lo citó aquí diciéndole que tenía información sobre April, creyó que quizás había tenido un accidente, pero para su buena suerte, le habían dado un pase a su futuro. Sin embargo, se quedó de piedra cuando vio quién era el marido de su hermana. «Marcelo Mancini» repitió el nombre en su cabeza y de repente un claro recuerdo se apoderó de su mente. Recordó al chico que era su compañero de cuarto, cabello oscuro y ojos café.