Victoria se despertó sobresaltada, con el corazón latiendo a mil por hora. Un sudor frío cubría su cuerpo y su respiración era agitada. De repente, un escalofrío recorrió su cuerpo.Se giró bruscamente, pero no vio a nadie. Sus ojos recorrieron la habitación, buscando la fuente de su inquietud. Y entonces, lo vio.Una sombra oscura se movía en la esquina de la habitación, entre las sombras que creaba la luz de la luna. Se movía con una rapidez casi imperceptible. Intentó gritar, pero ningún sonido salió de su garganta.Victoria se quedó paralizada por el terror. No podía creer lo que estaba viendo.La sombra se acercó a ella, cada vez más y más cerca. Podía sentir su presencia, una energía oscura y fría que la rodeaba. Algo que parecía querer alcanzarla y ella no podía hacer nada para evitarlo.Cerró los ojos con fuerza, esperando lo peor. En un arrebato infantil, se cubrió la cabeza con la sábana y se encogió en la cama, como si una simple sábana pudiera protegerla.Cuando abrió los
Victoria se llevó la mano a la tripa poniéndola sobre la de él y buscando el contacto visual con el padre de su hijo. Una sonrisa adornaba sus labios mientras lo observaba perdida en la felicidad del rostro de Erwan al notar moverse al bebé.— Me lo estás poniendo muy difícil Erwan, quiero ser buena hermana, pero me cuesta tanto ignorar lo que siento por ti. Victoria llevó la mano a la mejilla de Erwan acunándola, llevaban tanto tiempo sin poder estar un rato a solas, Erwan parecía muy ocupado con la Bratva y evitando que Slavik tomara el poder de esta.—No quiero que seas buena hermana — le respondió él viéndola a los ojos — quiero que seas mi Odette, quien está en espera de un pequeño cisne, que este Rothbart querrá mucho.Los labios de Erwan se deslizaron por el cuello de ella, y su mano en su vientre se deslizó por la curva de su cintura hasta su trasero pegándola a él, subiendo la falda de su pijama y así poder tocar su piel. — Prométeme que no te pondrás en riesgo en tu guerra
Slavik llegó de madrugada a la mansión Ivanov donde residía junto a Alexa. No podía quitarse de la cabeza a Victoria dormida, había tomado la costumbre de ir a verla cada noche, observarla dormir, era tan parecida a Anna, estaba obsesionado con la idea de no pasar un solo día sin verla, sin estar cerca de ella. Pero cuando llegaba a la casa debía disimular y hacer ver que realmente amaba a Alexa, lo necesitaba para conseguir sus objetivos, alcanzar el poder dentro de la Bratva y arrebatarle a Victoria a los Volkov, tal y como años atrás hizo con Anna, era suya, le pertenecía y odiaba cada día que estaba bajo ese techo, pero está vez no sería un fugitivo, está vez lo haría impunemente, protegido por los líderes de la mafia del país. En cuanto entró en la mansión caminó en dirección al dormitorio que compartía junto a su futura esposa, pero antes de llegar, la luz de la salita se abrió llamando la atención de Slavik y haciendo que él entrara encontrándose a Alexa observándolo muy ser
— Odio estar encerrada en este lugar — decía Tatiana caminando de lado a lado de la habitación.— Es lo mejor para ti — aseguró Victoria acariciándose la tripa, ya muy prominente, por encima de la tela del vestido. Victoria mantenía la cabeza apoyada sobre el abdomen de Pavel, los dos estaban tumbados en la cama de Tatiana viéndola desesperarse, parecía un tigre enjaulado.— Siento decir esto, porque tu esposo no es santo de mi devoción, pero en tu estado no es bueno que salgas de este lugar— secundo Pavel también — además ese tipo, ya sabes todas las cosas que hizo.— ¿Creéis que mi madre me pondría en peligro?— preguntó Tatiana girándose de repente y enfrentándolos — es mi madre, y no sé hasta qué punto podemos creer lo que nos cuenta Sergey, por lo que sé él también estaba enamorado de Anna, es retorcido, era su sobrina.Se dejó caer en la cama junto a su hermana y el amigo de ella y miró al techo soltando un suspiro.— Odio, no poder ver a mi madre, sé que no se porta bien con to
— No puedo casarme sin mi hija, me niego — aseguró Alexa, molesta de que todos los intentos de hablar o contactar con su hija de cualquier modo hubieran sido en vano, ni siquiera respondía a su teléfono móvil.— No te preocupes Alexa, Tatiana estará en nuestra boda, ya lo tengo todo preparado para ir por ella.Slavik ya había preparado una distracción para los Volkov y ese tipo americano que se había casado con Victoria, su Victoria, la joven a la que había estado observando cada noche viendo cómo su vientre crecía, vigilando su sueño, porque estaba convencido de que ella era una segunda oportunidad que la vida le daba para ser feliz.—Por si te preguntas por qué te amo, es por este tipo de cosas que haces por mí— le dijo Alexa a su futuro esposo tomando su rostro entre sus manos.Slavik se obligó a sonreír ante el gesto tierno de su futura esposa antes de llevar sus manos hasta la de ella, y así poder alejarse de su toque.—Lo sé, también yo lo hago — le era difícil cada vez más deci
Tatiana y su madre se encontraban en un rincón apartado, abrazadas con fuerza después de tanto tiempo separadas. Las emociones eran intensas, y ambas se aferraban la una a la otra.Alexa, radiante con su vestido de novia, brillaba como la luna llena. Su belleza natural se veía acentuada por el diseño elegante y sofisticado del traje. Tatiana no pudo evitar admirarla, fascinada por cada detalle del atuendo.— Estás preciosa, mamá — dijo con voz emocionada, sin poder ocultar su preocupación —. Pero, ¿estás segura de esto? ¿Casarte con ese hombre...?Alexa, como si no hubiera escuchado la pregunta, respondió con una sonrisa radiante:— Tú también tienes un vestido preparado, mi amor. No podía casarme sin mi hija a mi lado.Ella sonrió feliz por ver feliz a su madre, estaba segura de que no era tonta, se lo había demostrado durante toda su vida, es más, si alguien debía preocuparse al casarse con Alexa ese era el tal Slavik y aquello hasta Tatiana lo sabía.— ¿Hay un vestido para mí? — pr
Un dolor punzante en la cabeza despertó a Victoria. Un sabor dulzón y penetrante, tan nauseabundo que le revolvía el estómago, inundaba sus fosas nasales. Mantenía los ojos cerrados, temiendo que al abrirlos el mundo a su alrededor diera vueltas. Pero era necesario. Debía ser fuerte. Con una profunda inhalación, se atrevió a abrirlos, siendo cegada momentáneamente por la intensa luz de la lámpara del techo.—¿Dónde estoy? —susurró para sí misma, sin esperar respuesta de nadie.—¿Qué bueno que ya has despertado?Una voz desconocida, a la vez familiar, la saludó. Victoria levantó su antebrazo para protegerse de la luz y enfocó su mirada en la figura que se encontraba frente a ella.—Perdona por ser tan desconsiderado y haberte traído así a la fuerza —dijo la voz, con un tono de disculpa.La luz de la lámpara se atenuó ligeramente, permitiéndole ver con mayor claridad. Un grito ahogado escapó de sus labios mientras se cubría la boca con ambas manos. Frente a ella, con una sonrisa burlona
Las melodías de violines inundaban el salón de la mansión Ivanov, donde una multitud de invitados celebraba la boda de Slavik Petrov y Alexa Ivanov. La novia se encontraba tan absorta en disfrutar de su día y presumir ante sus invitados que ignoraba la mirada furtiva que Slavik dirigía hacia la puerta.En el interior del novio, sin embargo, bullía un plan. No podía disfrutar de su boda sabiendo que Victoria, la mujer que había secuestrado, se encontraba cautiva en un escondite que él mismo había preparado para ella. Las preguntas que ella le formularía atormentaban su mente, sobre todo después de las revelaciones que le había hecho a través del folder que le entregó.En ese momento, lo único que le importaba era Ella, tan igual a Anna, tan necesitada de ayuda y de que él la salvara como un día lo estuvo Anna. Ella era el centro de su universo, la razón por la que estaba dispuesto a arriesgarlo todo, haría lo que fuera necesario.Aprovechando un breve descanso en el baile, Slavik se es