— No puedo casarme sin mi hija, me niego — aseguró Alexa, molesta de que todos los intentos de hablar o contactar con su hija de cualquier modo hubieran sido en vano, ni siquiera respondía a su teléfono móvil.— No te preocupes Alexa, Tatiana estará en nuestra boda, ya lo tengo todo preparado para ir por ella.Slavik ya había preparado una distracción para los Volkov y ese tipo americano que se había casado con Victoria, su Victoria, la joven a la que había estado observando cada noche viendo cómo su vientre crecía, vigilando su sueño, porque estaba convencido de que ella era una segunda oportunidad que la vida le daba para ser feliz.—Por si te preguntas por qué te amo, es por este tipo de cosas que haces por mí— le dijo Alexa a su futuro esposo tomando su rostro entre sus manos.Slavik se obligó a sonreír ante el gesto tierno de su futura esposa antes de llevar sus manos hasta la de ella, y así poder alejarse de su toque.—Lo sé, también yo lo hago — le era difícil cada vez más deci
Tatiana y su madre se encontraban en un rincón apartado, abrazadas con fuerza después de tanto tiempo separadas. Las emociones eran intensas, y ambas se aferraban la una a la otra.Alexa, radiante con su vestido de novia, brillaba como la luna llena. Su belleza natural se veía acentuada por el diseño elegante y sofisticado del traje. Tatiana no pudo evitar admirarla, fascinada por cada detalle del atuendo.— Estás preciosa, mamá — dijo con voz emocionada, sin poder ocultar su preocupación —. Pero, ¿estás segura de esto? ¿Casarte con ese hombre...?Alexa, como si no hubiera escuchado la pregunta, respondió con una sonrisa radiante:— Tú también tienes un vestido preparado, mi amor. No podía casarme sin mi hija a mi lado.Ella sonrió feliz por ver feliz a su madre, estaba segura de que no era tonta, se lo había demostrado durante toda su vida, es más, si alguien debía preocuparse al casarse con Alexa ese era el tal Slavik y aquello hasta Tatiana lo sabía.— ¿Hay un vestido para mí? — pr
Un dolor punzante en la cabeza despertó a Victoria. Un sabor dulzón y penetrante, tan nauseabundo que le revolvía el estómago, inundaba sus fosas nasales. Mantenía los ojos cerrados, temiendo que al abrirlos el mundo a su alrededor diera vueltas. Pero era necesario. Debía ser fuerte. Con una profunda inhalación, se atrevió a abrirlos, siendo cegada momentáneamente por la intensa luz de la lámpara del techo.—¿Dónde estoy? —susurró para sí misma, sin esperar respuesta de nadie.—¿Qué bueno que ya has despertado?Una voz desconocida, a la vez familiar, la saludó. Victoria levantó su antebrazo para protegerse de la luz y enfocó su mirada en la figura que se encontraba frente a ella.—Perdona por ser tan desconsiderado y haberte traído así a la fuerza —dijo la voz, con un tono de disculpa.La luz de la lámpara se atenuó ligeramente, permitiéndole ver con mayor claridad. Un grito ahogado escapó de sus labios mientras se cubría la boca con ambas manos. Frente a ella, con una sonrisa burlona
Las melodías de violines inundaban el salón de la mansión Ivanov, donde una multitud de invitados celebraba la boda de Slavik Petrov y Alexa Ivanov. La novia se encontraba tan absorta en disfrutar de su día y presumir ante sus invitados que ignoraba la mirada furtiva que Slavik dirigía hacia la puerta.En el interior del novio, sin embargo, bullía un plan. No podía disfrutar de su boda sabiendo que Victoria, la mujer que había secuestrado, se encontraba cautiva en un escondite que él mismo había preparado para ella. Las preguntas que ella le formularía atormentaban su mente, sobre todo después de las revelaciones que le había hecho a través del folder que le entregó.En ese momento, lo único que le importaba era Ella, tan igual a Anna, tan necesitada de ayuda y de que él la salvara como un día lo estuvo Anna. Ella era el centro de su universo, la razón por la que estaba dispuesto a arriesgarlo todo, haría lo que fuera necesario.Aprovechando un breve descanso en el baile, Slavik se es
—¿Mi hermana? Ella, debe estar en su cama descansando…— habló de inmediato Tatiana, conteniendo el llanto tratando de zafarse del agarre de Erwan, jamás lo había visto tan furioso, tan lleno de odio contra ella.—Erwan déjala le haces daño a la mujer que lleva a tu hijo — gritó Alexa al ver a su hija siendo tratada de esa forma.—¡Será mejor que se calle!— le ordenó Erwan a Alexa apuntándole directamente con su arma, haciendo que Tatiana, llorara todavía más.—Por favor Erwan déjame estar con mi madre.— suplicó Tatiana.—Eres mi esposa y estarás donde yo quiera que estés — le respondió Erwan a Tatiana tan cerca de su rostro que ella se estremeció al sentir su aliento cálido en su oído. Antes soñaba con que le hablara al oído y la hiciera estremecer de placer. En ese momento, más que un momento erótico entre una parejas de esposos, era la escena de un depredador sobre su presa.—Entonces por favor vámonos, deja de apuntarle a mi madre— suplicó de nuevo Tatiana.Solo tras escucharla de
Sergey observó cómo Erwan salía de la habitación agradeciendo en silencio que se marchara, ya que su paciencia estaba al límite y estaba a punto de lanzarse sobre él y partirle esa cara que por un instante se le hizo tan arrogante. Una vez solos, se giró hacia Tatiana. Sus pasos, ahora más calmados, lo llevaron hasta ella. Sin decir una palabra, la rodeó con sus brazos, ofreciéndole la protección que sabía que necesitaba. Pudo sentirla aferrarse a él con fuerza y él la ciñó más a su cuerpo deslizando la nariz por su cuello, inhalando su aroma y llevando una mano a su vientre permitiéndose tocarlo por primera vez desde que descubrió que era su sobrina. — Nadie va a hacerte daño mientras yo esté aquí, me escuchas — la tomó de su delicado mentón y la hizo mirarlo y supo al instante que se había equivocado porque en cuántos sus ojos se clavaron en los de ella fue incapaz de resistirse a esos labios que llevaba meses evitando y añorando. Al principio fue suave con cierto miedo apen
—¿A dónde vas tan deprisa, Erwan? —preguntó Spike, alarmado por la expresión de su primo y la rapidez con la que caminaba por la mansión.Ni siquiera se molestó en responder y se dirigió a su auto, seguido de cerca por Spike que a duras penas llegó para sentarse en el asiento de la acompañante justo antes de que su primo arrancara el coche. Por la forma en la que Erwan iba conduciendo, Spike supo que todo aquello tenía que ver con Víctoria. Haciendo que se pusiera serio. No solo tenía que cuidarle las espaldas a su primo, también ayudarlo a recuperarla antes de que perdiera el control por completo.Para sorpresa de Spike, el destino final fue un hospital. Sin tiempo para preguntas, Erwan bajó del auto y se dirigió a la entrada sin tan siquiera esperarlo, estaba cegad de una forma que Spike no llegaba a comprender, comi si tuviera un objetivo fijado y no hubiera nada más que eso.En la mente de Erwan solo existía Victoria. Rezaba por su bienestar, por su salud. No podía soportar la id
Victoria, pálida y aun recuperándose del parto, observaba a Erwan con cierta tristeza. Ella simplemente no podía aclarar sus dudas. Suspiró profundamente y se dejó caer en la cama, mirando al techo sin saber cómo afrontar la conversación que se avecinaba.—En realidad, no lo sé —respondió Victoria, algo dubitativa, intentando forzarse a saber qué había sucedido, pero sin lograrlo—. Solo recuerdo llegar al hospital con dolor y que todo sucedió muy rápido. Poco después, ya tenía a Odette en mis brazos.Erwan se acercó a ella, preocupado, y tomó su mano como si así pudiera darle algún tipo de soporte moral, mostrándole que estaba a su lado para protegerla.—Vicky, por favor, trata de recordar —le suplicó—. Es importante que lo hagas. ¿Te amenazó él de algún modo? ¿Por eso tienes miedo de decir la verdad?—No, Erwan, de verdad no recuerdo nada.En ese momento, el doctor irrumpió en la habitación con una sonrisa en el rostro.—Tanto la madre como la hija se encuentran bien —afirmó—. Mañana