Capítulo 606
—Olvídalo, no quiero escuchar más.

Con solo verla, supe que José le había dicho cosas hirientes. Repetirlo sería demasiado doloroso.

—Bebe un poco de sopa.

Olaia tomó el tazón y, al verme tomar la medicina, me preguntó: —¿Qué te pasa?

—Nada —Le conté sobre mi visita al hospital y mi encuentro con Ignacio—. No puedo controlarlo, así que tendré que tomar medicamentos.

—Te dije que iba al extranjero a ver cómo estaban las cosas, pero tú no quisiste. Hasta te uniste a Mateo para que José me lastimara —Olaia me dio un golpecito en la frente.

—Realmente solo me preocupaba por tu seguridad. Si Mateo puede verse atrapado, ¿tú no? —Me disculpé.

—Nunca había visto a Mateo ceder.

—Lo que dices es extremo. Si alguien lo amenazara, no dudaría ni un segundo en rendirse —Olaia estaba en desacuerdo.

—Incluso podría hacerlo arrodillarse.

No sabía qué más decir.

—Lo hago por tu bien.

—Sí, tienes razón. Él haría cualquier cosa por mí, pero ahora solo me preocupa él. Si vas, también me preocuparé por ti y
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