Capítulo 0807
Paula vio a José acercarse a buscarla y no pudo evitar sentirse llena de alegría.

Sin embargo, al notar la frialdad en su expresión, apretó los labios y contuvo la sonrisa.

José solía mostrar un semblante indiferente, y tampoco era especialmente cálido con ella.

Por eso, su intuición le dijo que esa furia contenida en sus ojos tenía que ver con Olaia.

Y, efectivamente, lo primero que preguntó fue: —¿Dónde está Olaia?

Paula casi se echó a reír.

Todo iba según lo planeado.

Olaia y José habían terminado, y ahora ella había desaparecido de su vida.

Perfecto, ¡era maravilloso!

—José, no sé de qué hablas —respondió, fingiendo inocencia.

José rara vez perdía los estribos.

Para él, enfadarse era una pérdida de tiempo.

Siempre prefería resolver los problemas directamente.

Pero esa vez no pudo contener el enojo.

La sola idea de que algo malo le hubiera sucedido a Olaia lo llenaba de una inquietud insoportable.

De repente, agarró a Paula por el cuello y la empujó contra la cabecera de la cama. Co
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