Capítulo 613
¡Bang!

Al mismo tiempo que resonó el grito, se escuchó una explosión.

En un instante, el salón de fiestas se convirtió en un caos total.

Instintivamente, me protegí el abdomen; cuando vi que no podía escapar, caí en un abrazo cálido y familiar.

—¡Mateo!

El olor a quemado invadió mi nariz, y tras otra explosión, la gente comenzó a huir en desbandada.

—¡Dios mío, es ácido sulfúrico!

Los gritos de pánico que surgieron a mi alrededor aumentaron la desesperación.

Todos corrían tan rápido que Mateo y yo apenas podíamos movernos.

Vera, como una loca, no prestaba atención a los demás.

Algunos fueron alcanzados por el ácido, lo que provocó aún más alboroto.

Vi a Vera acercarse hacia mí y, en un momento crítico, Antonio salió de la multitud y logró controlarla, aunque también sufrió quemaduras.

—¿Delia, estás bien?

—Estoy bien, ¡lleva a Mateo al hospital! —Forcé mi mente a mantener la calma.

Mario e Ignacio llegaron rápidamente y subieron a nuestro auto.

Después de llevar a Mateo a la sala de ur
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