Capítulo 429
Yolanda, temiendo que Mateo lo adivinara, cambió rápidamente de tema: —¿Recuerdas qué día es mañana?

—¿Qué día?

—¡Tu cumpleaños!

Yolanda, frustrada, añadió: —¡Qué gran ocasión! Lo ideal sería que pasaras la noche con Delia y la presentaras a tus viejos amigos.

—Bien.

Mateo, sin darle mucha importancia, respondió: —Se me había olvidado. Ya veremos qué pasa.

—¿Qué?

Yolanda dijo directamente: —Yo me encargaré de la reserva y de avisar a la gente. Aprovecha el alcohol para animarte y no dejes pasar esta oportunidad.

Después de colgar la llamada, la criada terminó de limpiar y se fue.

Mateo, con dolor en las piernas, se levantó y, con pasos lentos, entró al baño para recoger el albornoz que había usado Delia.

Tras asegurarse de que estaba seco, lo dobló cuidadosamente y lo colocó en la cabecera de la cama.

Junto a la hucha de conejito que tenía desde hacía veinte años.

La hucha de hace veinte años fue hecha por ella misma.

La de ahora, por ella misma después de veinte años.

Mientras jugab
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