Capítulo 431
—Lola… —dijo Antonio, reprimiendo el deseo que ardía en sus ojos.

—No hagas esto. Como mujer, debes respetarte y quererte a ti misma.

Lola lo miró de manera penetrante: —¿No te gusto?

Hace años, Mateo eligió a seis personas: dos mujeres y cuatro hombres.

La otra mujer estaba en Noruega.

De todos los hombres, la mujer con la que más trataban era ella.

No le sorprendía que él pudiera enamorarse de ella.

Después de la siesta, Dieguito tomó mi celular y llamó a Mateo.

Mateo contestó rápidamente.

—¡Tío, feliz cumpleaños! ¿Estás en la oficina o en casa?

—En casa.

—Entonces, ¿podemos ir esta noche a tu fiesta de cumpleaños?

—Claro.

Mateo parecía de buen humor y aceptó encantado, pero luego, recordando algo, su tono se volvió frío: —¿Y ella?

—¿Qué?

—¿No sabes?

—¡La tía!

Dieguito, como si hiciera un gran favor, me pasó el celular: —Tío, te busca.

Tomé el celular: —¿Qué pasa?

—Delia, hoy…

Se detuvo a mitad de la frase y simplemente dijo: —Nos vemos a las seis en el garaje.

Colgó la llamada sin
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