Capítulo 400
Mario estableció el plazo sin rodeos.

Agradecí y le dije: —Mario, te estoy muy agradecida por el tiempo que vas a dedicarle a mi abuela. Realmente, muchas gracias.

—No tienes por qué agradecérmelo.

Mario señaló a Marc y comentó: —Agradécele a él. Este chico ha estado insistiendo durante casi dos meses. No tenía planes de regresar al país en estos años, pero mi esposa, al ver que él seguía insistiendo, me convenció para venir a ver cómo estaba todo.

Al escuchar esto, miré a Marc con asombro.

Dos meses.

Es decir, antes de que yo regresara a la ciudad de Perla, cuando probablemente ya pensaba que había muerto, él no dejó de preocuparse por la enfermedad de mi abuela.

Me mordí el labio y dije: —Marc, esta vez... de verdad, te agradezco mucho.

—Si quieres agradecerme, ¿por qué no me invitas a comer?

—¿Eh?

Me sorprendió su solicitud.

Luego miré a Mario y sonreí: —Está bien, te invito a ti y a Mario a cenar para que pruebes la comida local de la Ciudad de Porcelana.

Hace dos años, Mateo me ll
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