Capítulo 133
De camino al hospital, me recosté como muerta en el asiento del copiloto, pensando en la expresión dolorida y decaída de Marc antes de irme, y sentía como si alguien me exprimiera limón en el corazón, sintiendo la sensación ácida y amarga insoportable. Pero después de desahogarme toda la emoción reprimida en el pecho durante tanto tiempo, en verdad se había aliviado mucho la opresión sofocante en mi corazón.

Sí, la cosa debía ser como así. Después de todo, el bebé que había perdido era de nosotros dos. ¿Por qué tenía que sufrir todo eso yo sola? Él también debería estar sufriendo, experimentando el dolor juntos.

Enzo conducía con una mano. Estiró la otra para tocarme la frente y me dijo con gesto preocupado:

—Tienes una fiebre bastante grave.

—No es nada grave, solo me resfrié. Con unas inyecciones me pondré bien —le respondí sin mucho interés. Total, ya no hay bebé en mi vientre, si me dio gripe y fiebre, con unas pastillas y inyecciones se solucionaría el problema.

Enzo, para no per
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