26 de mayo de 1973 Tragedia de la familia Thompson David Thompson el padre de Jack y Harry tenía una vida muy bien acomodada en Sídney eran una de las familias más ricas que podían tener su madre amaba las flores siempre estaba muy al pendiente, de ella decía que ellas la escuchaban y le daban cierta forma paz, ya que últimamente no estaba muy bien su familia; por el contrario, su esposo estaba cada vez más angustiado no tenía más dinero para pagarle a la mafia en la cual se había metido gracias a que él se volvió fanático del juego llamado pockar amaba jugarlo aunque poco a poco se estaban quedando sin nada. ― Gloria querida ― dijo Marcela hablándole a la nana de sus hijos. ― ¿Qué se le ofrece, señora? ― preguntaba Gloria un poco confundida. ― Quiero que vayas por mis hijos, están en el colegio y ten este poco de dinero, cómprales un helado o algo, solo no regreses tan pronto a la casa con ellos ― respondió Marcela un poco angustiada, por lo que Gloria lo nota. ― ¿Pasa al
―De que me sirve tener una carrera si estoy en una silla de ruedas — le conteste de mala manera a Carlos. ―No seas dura contigo misma, tienes muchas oportunidades de salir adelante — le conteste mientras me intentaba sacar de mi habitación. ― ¡Cuáles, oportunidades! ¡No te das cuenta! ¡Soy una inválida, no valgo nada! — grité enojada, tenía rabia conmigo misma, sentía que no servía para nada. ―Mariana, que equivocada estas — me dijo mi tío negando con la cabeza. ―Ya déjalo, déjame aquí en el cuarto — conteste de mala manera por lo que me cruzaba de brazos. ―De ninguna manera vendrás conmigo — me responde Carlos, serio. ―No, Carlos — me negaba rotundo salir de esta habitación. ―Si y no acepto un no te demostraré que vales mucha sobrina, no dejaré que te la pases encerrada en cuatro paredes — me dijo Carlos mientras me sonreía cálidamente. ―Está bien, vamos — le contesté algo convencida. ―Anda sobrina — me dijo Carlos mientras jalaba de nuevo mi silla de ruedas bajándome en sus
— Lo siento, no me fije — dije un tanto preocupado al ver que pude haberla lastimado, ella me miraba fijamente, parecía un tanto molesta por lo que yo me disculpaba para que ella no se enojara conmigo. — No te preocupes — contesto el chico que acompañaba a la chica que estaba en silla de ruedas, yo solamente asentí, por lo que me fui corriendo alcanzando a mi hermano Harry, quien estaba viendo la lista contenta. — ¡Jack nos aceptaron! — respondió Harry contento al ver que nos había aceptado. — Dame esos, 5 hermanos — conteste contento al ver que nos había aceptado en esta escuela, al parecer nuestras ojeras habían valido la pena. — Hay que decirle a mamá, no crees — sugirió Harry un tanto feliz por la noticia. — Si hay que festejar, pero esta vez la invitaremos nosotros a cenar — conteste ideando un plan para invitarla a cenar a nuestra mamá. — ¿Qué planeas Jack? — pregunto Harry mientras me miraba fijamente un tanto intrigado. — ¿Y Si cantamos en el restaurante cerca del depar
Abrazamos a mama como solo ella se lo merecía, la amábamos con todo su corazón, juramos prometiendo estudiar para echarle ganas en aquella universidad para sacarla de trabajar y comprarle la casa de sus sueños, cenamos riéndonos besando la mano de nuestra madre horas después llegamos al edificio a Harry lo veía pensativo por lo que me acerque para sacarlo de sus pensamientos. — ¿En qué piensas? — le pregunte en el oído. — Yo sé que todo esto cambiará algún día, le compraremos esa casa que tanto ha soñado, estoy seguro de que lograremos todos nuestros sueños, Jack la sacaremos de trabajar y vivirá como una reina — me dijo Harry en voz bajita, por lo que yo solamente le di una palmada en su hombro. — Harry y yo queremos cantarte mamá — le dije a mama mientras sacaba la guitarra mi arma poderosa, bueno así le decía yo. — ¿A mí? Pero ya paso el día de las madres — contesto confundido mi madre por lo que le sonreímos. — No hace falta que lo sea, queremos cantarte mamá — conteste guiñá
— Si tanto que gusta Londres lárgate — respondió Verónica enfadada.— Vaya no te enseñaron modales, princesa — respondió James de manera sarcástica.— ¡Ya cállate y déjame en paz! — Grito Verónica enojada.— Escúchame bien déjate de tus niñerías, no te metas conmigo porque te va a pesar, eso te lo aseguro — contesto James mientras agarraba con fuerza el brazo de Verónica, por lo que ella se suelta bruscamente de James.— ¿Es amenaza? — pregunto Verónica con burla.— No solo que advierto que conmigo no se juega — contesto James sacudiéndola un poco más para después soltarla del brazo, por lo que ella se sobó el brazo mientras lo miraba furiosa.— Estúpido — respondió Verónica mientras lo miraba con odio, pero en la mirada desafiante esa mirada que a ella le daba mucho miedo.Las clases habían empezado, todos apurados a sacar cuadernos, libros y demás, la escuela era agotadora, pero Jack como Harry tenían que echarle todas las ganas por sacarse la beca para hacer que su mamá no pagara
Por lo que mi hermano no se aguantó el coraje empujando a James quien cayó en un charco de lodo haciendo que los amigos de, él se burlara al igual que yo me estaba riendo sin esperar que la bolita de gente estaba haciendo una rueda por lo que aproveche para decirle a Harry que huyera conmigo. ― Córrele Harry, vámonos de aquí ― le dije a mi hermano por lo que él corre conmigo mientras que los demás huían y en especial un chico que se me hacía conocido, pero no me di la oportunidad de mirarlo, ya que corrimos como nunca. Mientras que Carlos corrió hasta llegar con su hermana, quien lo estaba esperando pacientemente aprovechando para leer un libro. ― Mariana ― hablo Carlos respirando agitadamente. ― Carlos, ¿Dónde estabas? — pregunto mientras dejaba su libro en sus piernas. ―Parando una pelea — contesto Carlos agachándose mientras se sobaba las piernas. ― ¿Quién se peleó? — pregunto con curiosidad Mariana queriendo saber quién se había peleado. ―En la casa que cuento — dijo Carlos
Pagamos el taxi para ir rápidamente al hospital, pues mi mamá estaba inconsciente, al llegar mi hermano Harry salió corriendo del taxi para ir por un doctor hasta que lo encuentra interrumpiéndolo causando el enojo de aquel doctor. — ¿Qué pasa joven? Esto es un hospital — contesto el doctor enojado mientras que Harry intentaba explicarle; por otro lado, el doctor vio que mi hermano estaba desesperado, por lo que su enojo se estaba evaporando. ― Tranquilo, dígame ¿Qué es lo que pasa? ― pregunto el doctor tranquilamente, por lo que Harry empieza a hablar. — Mi madre se desmayó venga conmigo — dijo Harry jalando al doctor del brazo cuando yo había llegado con mi madre en brazos viendo a mi hermano alterado y algo nervioso. — Ella es nuestra mamá, por favor atiéndala — le dije al doctor rogándole con la mirada, él nos mira fijamente, por lo que rápidamente la ingresaron a un cuarto para poderla revisar. — Síganme — nos dijo el doctor mientras lo seguíamos a su consultorio, Harry estab
Veía que aquella chica pedía ayuda para que la ayudaran a subir las escaleras, estaba ir por ella cuando vi aquel sujeto que me molesto cuando estaba en el casillero, esta vez molestando a la chica que estaba en silla de ruedas. — ¿Qué la pobre paralítica no puede subir las escaleras? — hablo James de forma burlona, por lo que ella solamente rodaba los ojos deseando quedarse en casa. — Déjame en paz — contesto aquella chica alejándose torpemente haciendo reír a James. — Vaya lo que faltaba amigos que la universidad tenga paralíticos — dijo James, mientras que él agarró la silla de ruedas para moverla bruscamente, haciendo que la chica gritara. — ¡¡Suéltame!! — dijo la chica comenzando a llorar, por mi parte estaba a punto de irme, no quería meterme en problemas, pero sabía que ella necesitaba de mi ayuda, por lo que corrí hacia ella para ayudarla, me daba rabia que ese tipo maltratara a alguien tan indefenso como ella. — Vamos, solo quiero divertirme un rato — respondió James rié