Al llegar la noche Harry y Verónica se irían de viaje a su luna de miel, por lo que fueron a recoger sus maletas para ir a Francia, el país que querían conocer, ambos estaban felices, al fin después de tanto sufrimiento estaban logrando a ser felices sin que nadie se los impidiera, pero en la fiesta a Jack se le había ocurrido gritar en medio de la fiesta dejando sorprendida a Mariana. ― Atención a todos, tengo un anuncio que hacer ― dijo Jack captando la atención a todos los invitados. Haciendo que Mariana no supiera qué decir, pues ella no sabía qué estaba sucediendo. ― Quiero anunciarles que dentro de 6 meses Mariana, mi prometida y yo nos casaremos, quedan invitados a la boda ― dijo Jack dejando sorprendida a Mariana, todos aplaudían, ella solo se acercó lentamente, por lo que él se agacha para besar a su novia a quien amaba con todo su corazón, pues era un amor que no tenía fin. Ella recordaba cuando la había defendido en su primer día de clases lo caballeroso que fue con ella,
Comenzaron a cenar después de que habían terminado Verónica deja los platos en el lavaplatos, al ir a la mesa con Harry ella se marea haciendo que casi cayera, pero él, la sostuvo entre sus brazos. ― Verónica amor ¿Qué sucede? ― preguntaba Harry un tanto preocupado cargando a su esposa para llevarla a la recámara. ― Todo me da vueltas, no sé qué me pasa, tengo ascos y además muchas náuseas ― hablo Verónica un tanto desconcertada, pero tenía una leve sospecha de que ella tal vez estaba embarazada. ― Tranquila mañana iremos al hospital, necesitamos saber que tienes ― respondió Harry acariciando el cabello de su esposa. ― No, amor, no quiero ir estaré bien ― hablo Verónica rápidamente tenía miedo de ir al médico a raíz de lo que había pasado con Harry que estuvo en coma. ― Verónica sabes que eso no está en discusión, iras al médico ― hablo Harry de vuelta, por lo que a ella no le quedo de otra más que ir al médico a hacerse exámenes. ― Está bien iremos mañana ― hablo Verónica suspi
Te entregas y olvidas tirado en el suelo un verso que hiciste de mí, tú y yo la flor y la fábula, tú y yo el nido de un águila. Tú y yo, una simple fórmula, es una aventura, rozar tu rodilla, estoy acercándome a ti, te entregas y olvidas tirado en el suelo un verso que hiciste de mí. Tú y yo la flor y la fábula, tú y yo el nido de un águila, tú y yo la flor y la fábula, tú y yo el nido de un águila, tu solamente el amor, tu el amor, solo tu el amor. Tu solamente el amor, tu amor, tú solo. Al terminar de cantar todos estaban aplaudiendo la despedida de soltero de Jack, había terminado cantando junto con su hermano Harry para sus fanáticos que estaban ahí, que para ellos fue la mejor despedida de soltero que pudo haber tenido, pero el público aclamaba otra canción, amaban verlos cantar; sin embargo, ellos jamás se negaron al contrario querían hacer felices a sus fans y a las mujeres más importantes de su vida Mariana y Verónica, ― ¿Qué canción querrán que les cantemos?
Por lo que Jack abrazo a Mariana después de dos horas bajaron del avión tomando un taxi yendo rumbo al hotel que habían reservado por llamada telefónica al llegar fueron a la recepción les dio la llave para entrar a la habitación era la suite matrimonial Jack cargo a Mariana llevándola hacia la cama besándose intensamente bajando con suavidad a su cuello besándolo delicadamente desvistiéndose poco a poco haciendo el amor como nunca antes lo habían hecho entregándose en cuerpo y alma en cada Gemido en cada una de sus caricias se susurraban te amo avivando más su pasión y su amor en aquella noche. ― Eres lo mejor que me ha pasado en la vida ― hablo Jack sonriendo tiernamente besando su cuello tan delicadamente. ― Te amo con toda mi alma ― dijo Mariana besando sus mejillas tiernamente, gimiendo al sentir a Logan dentro de ella, acariciando lentamente su cuerpo, por lo que al día siguiente Jack y Mariana salen del hotel paseando un poco por la ciudad de París visitando la torre Eiffel a
26 de mayo de 1973 Tragedia de la familia Thompson David Thompson el padre de Jack y Harry tenía una vida muy bien acomodada en Sídney eran una de las familias más ricas que podían tener su madre amaba las flores siempre estaba muy al pendiente, de ella decía que ellas la escuchaban y le daban cierta forma paz, ya que últimamente no estaba muy bien su familia; por el contrario, su esposo estaba cada vez más angustiado no tenía más dinero para pagarle a la mafia en la cual se había metido gracias a que él se volvió fanático del juego llamado pockar amaba jugarlo aunque poco a poco se estaban quedando sin nada. ― Gloria querida ― dijo Marcela hablándole a la nana de sus hijos. ― ¿Qué se le ofrece, señora? ― preguntaba Gloria un poco confundida. ― Quiero que vayas por mis hijos, están en el colegio y ten este poco de dinero, cómprales un helado o algo, solo no regreses tan pronto a la casa con ellos ― respondió Marcela un poco angustiada, por lo que Gloria lo nota. ― ¿Pasa al
―De que me sirve tener una carrera si estoy en una silla de ruedas — le conteste de mala manera a Carlos. ―No seas dura contigo misma, tienes muchas oportunidades de salir adelante — le conteste mientras me intentaba sacar de mi habitación. ― ¡Cuáles, oportunidades! ¡No te das cuenta! ¡Soy una inválida, no valgo nada! — grité enojada, tenía rabia conmigo misma, sentía que no servía para nada. ―Mariana, que equivocada estas — me dijo mi tío negando con la cabeza. ―Ya déjalo, déjame aquí en el cuarto — conteste de mala manera por lo que me cruzaba de brazos. ―De ninguna manera vendrás conmigo — me responde Carlos, serio. ―No, Carlos — me negaba rotundo salir de esta habitación. ―Si y no acepto un no te demostraré que vales mucha sobrina, no dejaré que te la pases encerrada en cuatro paredes — me dijo Carlos mientras me sonreía cálidamente. ―Está bien, vamos — le contesté algo convencida. ―Anda sobrina — me dijo Carlos mientras jalaba de nuevo mi silla de ruedas bajándome en sus
— Lo siento, no me fije — dije un tanto preocupado al ver que pude haberla lastimado, ella me miraba fijamente, parecía un tanto molesta por lo que yo me disculpaba para que ella no se enojara conmigo. — No te preocupes — contesto el chico que acompañaba a la chica que estaba en silla de ruedas, yo solamente asentí, por lo que me fui corriendo alcanzando a mi hermano Harry, quien estaba viendo la lista contenta. — ¡Jack nos aceptaron! — respondió Harry contento al ver que nos había aceptado. — Dame esos, 5 hermanos — conteste contento al ver que nos había aceptado en esta escuela, al parecer nuestras ojeras habían valido la pena. — Hay que decirle a mamá, no crees — sugirió Harry un tanto feliz por la noticia. — Si hay que festejar, pero esta vez la invitaremos nosotros a cenar — conteste ideando un plan para invitarla a cenar a nuestra mamá. — ¿Qué planeas Jack? — pregunto Harry mientras me miraba fijamente un tanto intrigado. — ¿Y Si cantamos en el restaurante cerca del depar
Abrazamos a mama como solo ella se lo merecía, la amábamos con todo su corazón, juramos prometiendo estudiar para echarle ganas en aquella universidad para sacarla de trabajar y comprarle la casa de sus sueños, cenamos riéndonos besando la mano de nuestra madre horas después llegamos al edificio a Harry lo veía pensativo por lo que me acerque para sacarlo de sus pensamientos. — ¿En qué piensas? — le pregunte en el oído. — Yo sé que todo esto cambiará algún día, le compraremos esa casa que tanto ha soñado, estoy seguro de que lograremos todos nuestros sueños, Jack la sacaremos de trabajar y vivirá como una reina — me dijo Harry en voz bajita, por lo que yo solamente le di una palmada en su hombro. — Harry y yo queremos cantarte mamá — le dije a mama mientras sacaba la guitarra mi arma poderosa, bueno así le decía yo. — ¿A mí? Pero ya paso el día de las madres — contesto confundido mi madre por lo que le sonreímos. — No hace falta que lo sea, queremos cantarte mamá — conteste guiñá