26 de mayo de 1973 Tragedia de la familia Thompson
David Thompson el padre de Jack y Harry tenía una vida muy bien acomodada en Sídney eran una de las familias más ricas que podían tener su madre amaba las flores siempre estaba muy al pendiente, de ella decía que ellas la escuchaban y le daban cierta forma paz, ya que últimamente no estaba muy bien su familia; por el contrario, su esposo estaba cada vez más angustiado no tenía más dinero para pagarle a la mafia en la cual se había metido gracias a que él se volvió fanático del juego llamado pockar amaba jugarlo aunque poco a poco se estaban quedando sin nada. ― Gloria querida ― dijo Marcela hablándole a la nana de sus hijos. ― ¿Qué se le ofrece, señora? ― preguntaba Gloria un poco confundida. ― Quiero que vayas por mis hijos, están en el colegio y ten este poco de dinero, cómprales un helado o algo, solo no regreses tan pronto a la casa con ellos ― respondió Marcela un poco angustiada, por lo que Gloria lo nota. ― ¿Pasa algo, señora? ― preguntaba Gloria de vuelta. ― No pasa nada, solo haz lo que yo te digo ― respondió Marcela haciendo que Gloria solamente asintiera, era como si supiera la señora Thompson que algo malo sucedería. Y así fue justo después de que Gloria se había marchado unos hombres irrumpieron la casa eran los mafiosos que venían en busca de David por lo que al no encontrarlo mataron a la señora Marcela por lo que se esconden para ver llegar también a David una vez que ella llega fue a su casa para buscar sus maletas y la de su familia cuando vio a su esposa sin vida con un cuchillo justo donde se encontraba el corazón haciendo que él se agachara a verla cuando de pronto un balazo provino de una recámara matando también al esposo con un disparo en la cabeza. Por lo que Gloria después de dos horas regresa con los niños Jack y Harry quienes tenían 8 y 9 años de edad cuando vieron los policías rodear la casa la nana se asustó demasiado queriendo entrar, pero no la dejaron, pero si le recomendaron irse lejos del país, ya que los mafiosos en cualquier momento cobrarían venganza con los niños por lo que Gloria se tuvo que llevar a los niños como si fueran sus hijos tomando el dinero que le estaba dando el policía para que pudiera irse del país para siempre y así enterrar ese pasado amargo que marco las vidas de esos dos niños que aún necesitaban a sus padres. 24 de septiembre de 1983 Mi nombre es Jack Thompson, corría el año de 1983 y les voy a contar mi historia. Mi hermano Harry Thompson y yo, nos quedamos con nuestra nana quien nos acogió como si fuéramos sus hijos. Estábamos en la ciudad de San Diego, Estados Unidos y teníamos que ir a la escuela. Hace más de 10 años cuando teníamos ocho y nueve años. Respectivamente que a nuestros padres los habían matado, ya que nuestro padre era CEO, de unas de las empresas más importantes, lo malo es que se había metido con la mafia más poderosa de Sídney, por lo que mi nana nos rescató yéndonos a Estados unidos desde ese entonces vivimos con ella que ha sido una madre para mí y mi hermano. Siempre nos hemos apoyado y ayudado a nuestra madre, Gloria Davis Ella siempre nos preparaba nuestro desayuno. Yo me encontraba tocando la guitarra que ella me regaló, mientras que mi hermano estaba preparando su mochila para ir al colegio cuando desde la cocina nos llamó. ― ¡Bajen, Jack, Harry se les hará tarde para la escuela! — gritó mi madre desde la cocina. Al escucharla, Harry me miró y solo con la mirada me dijo que teníamos que salir. ―Ya vamos mamá — contestó mi hermano agarrando la mochila. ―Bien, hay que irnos — respondí mientras agarraba la mochila y la guitarra. Los dos nos salimos del cuarto, para ir por el desayuno que mamá nos estaba preparando, le ayudamos a poner la mesa mientras ella nos lo servía. ―Bien, aquí les tengo su homelet — dijo mi madre dándonos una cuchara para que comenzáramos a comer. ―Qué rico, mamá — dijo Harry dándole un beso tronado a nuestra mamá. ― Mi favorito — le dije mientras le guiñaba un ojo a mi mamá, ella solamente sonreía mientras nos veía comer. ―Qué bueno que les gusta, por cierto, hoy es el examen de admisión para la universidad — nos dijo nuestra madre. Y con esas palabras provocó que dejáramos de comer la homelet, ya que ella nos quería meter a una de las escuelas más caras de la ciudad, pero nosotros no estábamos de acuerdo. ―No entiendo por qué en ese colegio, deberíamos de ir a otra escuela menos cara — le dije mientras tomaba un sorbo de mi vaso de agua. ―Ustedes merecen lo mejor mis amores — nos dijo mi madre mientras nos agarraba del brazo a cada uno. —Sé que todo lo haces por nosotros, pero es una escuela de paga y además sabes que no podemos pagar mucho — respondió Harry dejando su cuchara para limpiarse la boca. ―Por eso trabajo, en esa fábrica de costura me pagan bien, anden no rezonguen — nos contestó mi madre dándonos una sonrisa sincera demostrándonos que todo estaría bien. ―Bien — respondió Harry sonriendo un poco, pero pude ver que él no estaba para nada de acuerdo. ― Está bien mamá — respondí dándole una pequeña sonrisa. Tan rápido como pudimos, acabamos nuestro desayuno, salimos del departamento donde vivíamos, era un departamento modesto, pero teníamos lo suficiente para vivir. Nos subimos al autobús, ya que solo para eso nos alcanzaba el dinero. Llegamos a la universidad, pero en todo el camino Harry venía muy callado, no hablaba, así que por mientras que yo venía tocando la guitarra. — ¿Por qué tan callado? — pregunte dejando la guitarra. ―Pensando cómo pagar esta universidad — dijo Harry mientras suspiraba pesadamente. ―Vamos Harry, veremos como pagarla, no te apures — le conteste mientras le esbozaba una sonrisa. Él corresponde mi gesto, al tiempo que negaba con la cabeza. ―Siempre con tu guitarra — me contesta mi hermano mientras reía levemente. ― Es una buena herramienta para estudiar — le respondí mientras sonreía tratando de imitar a los rockeros, los cuales estaban de moda. El río levemente, pero nos dimos cuenta de que es un poco tarde, por lo que empezamos a caminar más deprisa para llegar al salón. Al llegar ya estaba el maestro dando los exámenes de admisión, nos miró, señalando un pupitre para sentarnos y hacer el examen. Sacamos los lápices y los borradores. Mientras hacíamos el examen pasaron alrededor de dos horas, las horas más largas de mi vida. Pero al salir, ahí sí, suspiramos aliviados. ― ¿No se te hizo difícil el examen Harry? — le pregunté mientras me acomodaba la guitarra. ―No mucho, ojalá quedemos — respondió Harry guardando su libro. ― Si quedamos hay que hacer lo posible para que ganemos una beca y hacer que mamá pague menos por las colegiaturas — agregué sacando lo que nos quedaba de monedas para pagar el autobús, pero me di cuenta de que no teníamos suficiente dinero. ― Tienes razón, pero, para eso necesitamos buenas calificaciones y excelente conducta ― me explico Harry para después irnos caminando. ― Cierto, bueno, vamos a la fábrica a pasar por mamá — le contesté mientras tratábamos de caminar algo rápido para pasar más pronto por ella. ―Bueno, ya vámonos — respondió mientras nos disponíamos para ir a la fábrica mientras me ponía a pensar que hubiera pasado si hubiéramos agarrado la fortuna que tenía mi padre, pero sabía que mi hermano Harry lo rechazaría al igual que mi madre Gloria, ya que para ella era dinero mal habido de parte de mi padre en parte tenía razón, por el hecho de que él se aliaba con mafiosos que nos destruyeron la vida. ***Mariana *** Veía hacia la ventana viendo la gente pasar, eso me hacía deprimirme más dado que me encontraba en una silla de ruedas mi tío que era de la misma edad que yo fui a mi habitación tratándome de sacar de ahí. — Mariana, vamos, tienes que hacer tu examen de admisión para la universidad — me dijo Carlos mientras intentaba jalar la silla de ruedas, pero yo me negaba.―De que me sirve tener una carrera si estoy en una silla de ruedas — le conteste de mala manera a Carlos. ―No seas dura contigo misma, tienes muchas oportunidades de salir adelante — le conteste mientras me intentaba sacar de mi habitación. ― ¡Cuáles, oportunidades! ¡No te das cuenta! ¡Soy una inválida, no valgo nada! — grité enojada, tenía rabia conmigo misma, sentía que no servía para nada. ―Mariana, que equivocada estas — me dijo mi tío negando con la cabeza. ―Ya déjalo, déjame aquí en el cuarto — conteste de mala manera por lo que me cruzaba de brazos. ―De ninguna manera vendrás conmigo — me responde Carlos, serio. ―No, Carlos — me negaba rotundo salir de esta habitación. ―Si y no acepto un no te demostraré que vales mucha sobrina, no dejaré que te la pases encerrada en cuatro paredes — me dijo Carlos mientras me sonreía cálidamente. ―Está bien, vamos — le contesté algo convencida. ―Anda sobrina — me dijo Carlos mientras jalaba de nuevo mi silla de ruedas bajándome en sus
— Lo siento, no me fije — dije un tanto preocupado al ver que pude haberla lastimado, ella me miraba fijamente, parecía un tanto molesta por lo que yo me disculpaba para que ella no se enojara conmigo. — No te preocupes — contesto el chico que acompañaba a la chica que estaba en silla de ruedas, yo solamente asentí, por lo que me fui corriendo alcanzando a mi hermano Harry, quien estaba viendo la lista contenta. — ¡Jack nos aceptaron! — respondió Harry contento al ver que nos había aceptado. — Dame esos, 5 hermanos — conteste contento al ver que nos había aceptado en esta escuela, al parecer nuestras ojeras habían valido la pena. — Hay que decirle a mamá, no crees — sugirió Harry un tanto feliz por la noticia. — Si hay que festejar, pero esta vez la invitaremos nosotros a cenar — conteste ideando un plan para invitarla a cenar a nuestra mamá. — ¿Qué planeas Jack? — pregunto Harry mientras me miraba fijamente un tanto intrigado. — ¿Y Si cantamos en el restaurante cerca del depar
Abrazamos a mama como solo ella se lo merecía, la amábamos con todo su corazón, juramos prometiendo estudiar para echarle ganas en aquella universidad para sacarla de trabajar y comprarle la casa de sus sueños, cenamos riéndonos besando la mano de nuestra madre horas después llegamos al edificio a Harry lo veía pensativo por lo que me acerque para sacarlo de sus pensamientos. — ¿En qué piensas? — le pregunte en el oído. — Yo sé que todo esto cambiará algún día, le compraremos esa casa que tanto ha soñado, estoy seguro de que lograremos todos nuestros sueños, Jack la sacaremos de trabajar y vivirá como una reina — me dijo Harry en voz bajita, por lo que yo solamente le di una palmada en su hombro. — Harry y yo queremos cantarte mamá — le dije a mama mientras sacaba la guitarra mi arma poderosa, bueno así le decía yo. — ¿A mí? Pero ya paso el día de las madres — contesto confundido mi madre por lo que le sonreímos. — No hace falta que lo sea, queremos cantarte mamá — conteste guiñá
— Si tanto que gusta Londres lárgate — respondió Verónica enfadada.— Vaya no te enseñaron modales, princesa — respondió James de manera sarcástica.— ¡Ya cállate y déjame en paz! — Grito Verónica enojada.— Escúchame bien déjate de tus niñerías, no te metas conmigo porque te va a pesar, eso te lo aseguro — contesto James mientras agarraba con fuerza el brazo de Verónica, por lo que ella se suelta bruscamente de James.— ¿Es amenaza? — pregunto Verónica con burla.— No solo que advierto que conmigo no se juega — contesto James sacudiéndola un poco más para después soltarla del brazo, por lo que ella se sobó el brazo mientras lo miraba furiosa.— Estúpido — respondió Verónica mientras lo miraba con odio, pero en la mirada desafiante esa mirada que a ella le daba mucho miedo.Las clases habían empezado, todos apurados a sacar cuadernos, libros y demás, la escuela era agotadora, pero Jack como Harry tenían que echarle todas las ganas por sacarse la beca para hacer que su mamá no pagara
Por lo que mi hermano no se aguantó el coraje empujando a James quien cayó en un charco de lodo haciendo que los amigos de, él se burlara al igual que yo me estaba riendo sin esperar que la bolita de gente estaba haciendo una rueda por lo que aproveche para decirle a Harry que huyera conmigo. ― Córrele Harry, vámonos de aquí ― le dije a mi hermano por lo que él corre conmigo mientras que los demás huían y en especial un chico que se me hacía conocido, pero no me di la oportunidad de mirarlo, ya que corrimos como nunca. Mientras que Carlos corrió hasta llegar con su hermana, quien lo estaba esperando pacientemente aprovechando para leer un libro. ― Mariana ― hablo Carlos respirando agitadamente. ― Carlos, ¿Dónde estabas? — pregunto mientras dejaba su libro en sus piernas. ―Parando una pelea — contesto Carlos agachándose mientras se sobaba las piernas. ― ¿Quién se peleó? — pregunto con curiosidad Mariana queriendo saber quién se había peleado. ―En la casa que cuento — dijo Carlos
Pagamos el taxi para ir rápidamente al hospital, pues mi mamá estaba inconsciente, al llegar mi hermano Harry salió corriendo del taxi para ir por un doctor hasta que lo encuentra interrumpiéndolo causando el enojo de aquel doctor. — ¿Qué pasa joven? Esto es un hospital — contesto el doctor enojado mientras que Harry intentaba explicarle; por otro lado, el doctor vio que mi hermano estaba desesperado, por lo que su enojo se estaba evaporando. ― Tranquilo, dígame ¿Qué es lo que pasa? ― pregunto el doctor tranquilamente, por lo que Harry empieza a hablar. — Mi madre se desmayó venga conmigo — dijo Harry jalando al doctor del brazo cuando yo había llegado con mi madre en brazos viendo a mi hermano alterado y algo nervioso. — Ella es nuestra mamá, por favor atiéndala — le dije al doctor rogándole con la mirada, él nos mira fijamente, por lo que rápidamente la ingresaron a un cuarto para poderla revisar. — Síganme — nos dijo el doctor mientras lo seguíamos a su consultorio, Harry estab
Veía que aquella chica pedía ayuda para que la ayudaran a subir las escaleras, estaba ir por ella cuando vi aquel sujeto que me molesto cuando estaba en el casillero, esta vez molestando a la chica que estaba en silla de ruedas. — ¿Qué la pobre paralítica no puede subir las escaleras? — hablo James de forma burlona, por lo que ella solamente rodaba los ojos deseando quedarse en casa. — Déjame en paz — contesto aquella chica alejándose torpemente haciendo reír a James. — Vaya lo que faltaba amigos que la universidad tenga paralíticos — dijo James, mientras que él agarró la silla de ruedas para moverla bruscamente, haciendo que la chica gritara. — ¡¡Suéltame!! — dijo la chica comenzando a llorar, por mi parte estaba a punto de irme, no quería meterme en problemas, pero sabía que ella necesitaba de mi ayuda, por lo que corrí hacia ella para ayudarla, me daba rabia que ese tipo maltratara a alguien tan indefenso como ella. — Vamos, solo quiero divertirme un rato — respondió James rié
No tenía dinero para comprar aquel libro que yo tanto anhelaba, pero ahora lo tenía en mis manos lo veía maravillado ahora lo podía leer en mi casa a lo lejos vi a una chica que estaba buscando algo en su mochila mientras que yo me disponía a guardar mi anhelado libro por lo que no le tome importancia; sin embargo, alce la mirada y vi que el piso estaba mojado por lo que solté la mochila mientras que ella caminaba estaba por caerse de espaldas y recibir un fuerte golpe, pero yo corrí para rodearla con mis brazos al momento de salvarla ella me veía con sus ojos color esmeralda eran unos ojos hermosos fácilmente podía perderme en ellos, pero no podía enamorarme no por ahora por lo que sacudí mi cabeza para ponerla de pie con cuidado y preguntarle si se encontraba bien era lo menos que podía hacer. ― ¿Está usted bien? ― preguntaba un tanto preocupado, ya que la chica me miraba algo asustada. ―Si ― apenas me podía responder, puesto que ella me miraba insistentemente, por lo que yo me in