Capítulo 114
El enojo de Blanca hervía por dentro.

—Hoy es el día de mi cuñada, ¿y tú entras por la puerta con Frigg, bien agarrados del brazo, llamando la atención de todos? ¿Te imaginas cómo debe sentirse ella?

Cuanto más hablaba, más se alteraba Blanca. Le habría gustado acercarse a Daisy al llegar, pero se encontró con Fernando y Frigg caminando con tremenda familiaridad, y se sintió incapaz de hacerlo. Estaba a punto de seguir reclamándole, cuando de pronto se aproximó una doncella.

—¿Es usted la señorita Blanca Suárez?

—Sí, soy yo.

La criada le entregó un pequeño papelito.

Al leer la nota, el rostro de Blanca cambió por completo. Justo cuando iba a salir corriendo, alguien pasó apresuradamente y la empujó, haciendo que el papel cayera al suelo. Antes de que ella pudiera agacharse a recogerlo, Frigg se adelantó y, a viva voz, leyó el mensaje frente a todos:

[Blanca, estoy en el estudio. Ven rápido.]

La rabia se reflejó en los ojos de Blanca al ver la conducta de Frigg.

—¿¡Lo hiciste a propósit
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