Capítulo 118
Blanca, al escuchar los comentarios, se acercó un poco más a Fernando y, dándole una palmada en el hombro, soltó:

—Antes creía que tenías posibilidades de reconciliarte con mi cuñada, pero viendo esto… Menos mal que no estás interesado en ella, porque de estarlo, ¡te estaría dando un patatús en este mismo momento!

Thiago, que observaba de reojo la expresión impasible de Fernando —aunque sabía bien que por dentro no lo estaba para nada— pensó:

«Si pudiera sangrar por dentro, seguro que ya habría llenado un balde…»

Todos seguían centrados en la escena de Daisy y Javier. Nadie había reparado en Frigg ni en Jasmine, hasta que, al voltear, descubrieron que madre e hija habían herido con un ladrillo a los sirvientes que las custodiaban y habían escapado sin que nadie se diera cuenta.

Aquella afrenta no iba a quedar así. Aunque Erik estaba al tanto del lazo que unía a Fernando con Frigg, se plantó frente a él y le soltó con determinación:

—Señor Suárez, acepté a Daisy como mi nieta adoptiva n
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