Capítulo 24
César miró la carita delgada de Teresa y se preocupó.

—¡Estás demasiado delgada!

Consultó su reloj y dijo: —Uy, se me olvidaba que tenía algo pendiente, debo irme.

—Te acompaño.

Teresa lo acompañó hasta el ascensor. No regresó a su apartamento hasta que las puertas del ascensor se cerraron y la figura de César desapareció. Una vez dentro, cerró la puerta y encendió su celular

Lo primero que hizo fue buscar hospitales en línea, evitando deliberadamente el Hospital l Sagrado Corazón. Encontró un hospital público y reservó una cirugía de reparación. En la pantalla apareció un mensaje de "Reserva exitosa". Teresa dejó escapar una risa ligera, y sus ojos brillaron con satisfacción.

Mientras tanto, César volvió a su auto, donde Santiago conducía. En el asiento trasero, César se recostó con expresión cansada, soltando un leve suspiro mientras se masajeaba las sienes con los dedos.

No había podido descansar bien las últimas dos noches. Cada vez que cerraba los ojos, soñaba que Lorena caía a la
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