Capítulo 148
—Ser jefe implica muchas preocupaciones y trabajo. —Doña Marta comentó con una sonrisa amable.

Como César aún no había llegado, Lorena encendió el televisor y comenzó a ver una serie con doña Marta, mientras comían algo de fruta y lo esperaban.

La espera se alargó. Desde las siete de la noche hasta las ocho… luego hasta las ocho y media…

El reloj ya iba a marcar las nueve, César aún no llegaba.

Doña Marta, que había bostezado varias veces, se levantó del sofá para estirar las piernas.

—¿No será que tuvo una reunión de última hora y no podrá venir? —comentó.

En otras ocasiones, César había tenido reuniones inesperadas que no lo dejaban regresar a cenar, pero siempre pedía a David que llamara para avisar con antelación. Nunca las dejaba esperando sin decir nada.

Lorena sacó su teléfono.

—Voy a llamarlo para ver qué pasa.

El celular timbró y timbró, pero nadie contestó.

Lorena caminó hacia la ventana, observando la ciudad iluminada en la distancia. Cada casa tenía sus luces encendidas, ir
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