Capítulo 151
Lorena iba a acostarse para seguir durmiendo, pero, de repente, recordó lo que doña Marta le había dicho, y murmuró con los ojos cerrados:

—Doña Marta dejó comida para ti en la barra, si tienes hambre, caliéntala.

Cuando César entró y vio la comida, no pudo evitar sentirse sorprendido. No esperaba que Lorena aún pensara en él, dejándole comida. Un sentimiento de gratitud invadió su corazón.

—Lorena, no pensé que me dejaras comida, qué bonito. —César levantó la manta y se pegó a su espalda, tratando de abrazarla.

Lorena se irritó y se movió hacia el lado. ¿Qué tiene eso de bonito? La comida la había dejado doña Marta, no ella. Pero estaba demasiado cansada para discutir, solo quería dormir.

Eso hizo que César la siguiera en cuanto se movió un poco.

—¡César! ¿No te cansas de molestarme con este calor? Si yo tengo calor, ¿puedes dejar de pegarte a mí?

—Te ayudo a poner el aire acondicionado.

—¿Poner el aire a esta hora? ¿Quieres que me resfríe?

—Yo… no quiero eso. —César dijo con una expr
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