Después de estar toda la mañana acostada en la cama, como ya me siento mejor, decido meterme a la ducha y darme un baño largo. A la media hora, salgo y me coloco una falda y una blusa.
Cuando voy a salir, el gorila me detiene.
-No la puedo dejar salir, señorita Jones.
-¿Y por qué no puedo salir? -digo seria.
-Órdenes del señor Giordano -ese hijo de puta piensa dejarme aquí todo el puto día, pues bueno, vamos a ver quién gana.
-Mira, perdón, ¿cuál es tu nombre?
-Zeus.
-Ok, mira Zeus, voy a salir quieras o no quieras, así que no me obligues a utilizar la fuerza -parece que le dio gracia mi comentario, ya que se le alcanza a levantar un poco los labios.
-Lo siento, señorita, pero no puede pasar -miro hacia el techo y suelto un suspiro.
-Bueno, Zeus, que consté que yo te lo advertí -este frunce el ceño y, en un rápido movimiento, le doy una patada en sus partes íntimas, haciéndolo doblar de dolor-. Te lo dije, Zeus
salgo corriendo de la habitación y tomo el ascensor para irme a dar una vuelta. Si Dante pensaba que me iba a quedar en esa habitación, pues está muy equivocado. Salgo del hotel con una sonrisa triunfante y comienzo a hacer un recorrido por toda Venecia, ya que no había tenido la oportunidad de hacerlo. Después de un rato, decido regresar al hotel, pero voy por un café al restaurante que hay.
-Hola, ¿me puedes dar un capuchino de vainilla?
-Claro, señorita -comienzo a mirar todo el lugar hasta que un hombre se sienta al lado mío.
-Mesero, ¿me puede dar un café doble? -este se voltea y me regala una sonrisa.
-Hace mucho que no veía a una mujer tan hermosa -cuando dice eso, siento cómo mis mejillas se ponen coloradas, ya que el hombre es bastante lindo, aunque no tan lindo como Dante... por dios, Valerie, ¿qué dices?
-¿Cómo te llamas?
-Valerie Jones -extiendo mi mano y él la besa.
-Un placer, Valerie, soy Arturo De Rosa -casi me muero de la risa por su apellido, pero me la trago porque sería una falta de respeto-. Bueno, ¿y qué te trae a Venecia?
-Vengo por negocios con mi jefe.
-Oh, ya veo. ¿Y quién es tu jefe?
-Dante Giordano -cuando digo su nombre, veo cómo Arturo se pone serio- ¿Pasa algo, señor De Rosa? -cuando él dice eso, cambia la cara y me vuelve a sonreír.
-Dime, Arturo, ¿pasa que Dante y yo no tenemos muy buena relación, que digamos?
-Oh, ya veo -el mesero llega con nuestras bebidas y comenzamos a conversar un rato de nuestras vidas. Al parecer, el hombre es empresario y tiene 28 años. Cuando ya es hora de partir, esta toma mi mano.
-¿Puedo invitarte a comer esta noche? -Dante me matará, pero él no es mi dueño.
-Claro, me encantaría.
-Nos vemos en la recepción a las 8 pm.
-Dale -este me da un beso en la mejilla, lo que me hace sonrojar, y luego me voy a la habitación. Pero al llegar, me encuentro una gran sorpresa: Dante está gritando por todos lados y la habitación está destruida.
-Por dios, ¿qué pasó aquí? -digo algo alterada, y cuando él me ve, corre hacia donde estoy, estampándome contra la pared.
-¿DÓNDE MIERDAS ESTABAS? -dios, sí que está enojado.
-Oye, Dante, suéltame, que me lastimas -trato de moverme, pero este aprieta más fuerte.
-Responde, Valerie.
-Estaba dando una vuelta, ya que tú ya te fuiste.
-Di la orden de que no salieras, ¿y lo que haces? ¡Golpear a uno de mis hombres!
-No puedes retenerme como si fuera tu prisionera.
-Claro que puedo, nena -acaricia mi mejilla y luego da besos en ella-. Tú eres mía -me susurra al oído, así que saco fuerzas de donde no las tengo y lo empujo.
-Vete al diablo, Dante -me encierro en el baño y escucho sus golpes, pero no salgo. Al rato, salgo y veo que no hay nadie, así que aprovecho y me arreglo para la cena con Arturo.
Noto que no hay nadie a mi alrededor, así que corro hacia la puerta para que nadie me detenga. Cuando llego a la recepción, me encuentro a Arturo vestido con un perfecto traje gris.
-Hola - digo tímida. Él se voltea y al verme, me sonríe.
-Estás bellísima.
-Gracias, tú también te ves muy bien.
-¿Nos vamos?
-Claro.
Llegamos al restaurante y pedimos nuestra comida.
-Bueno, Val, cuéntame de tu familia - dice él. Siento cómo mi cara se descompone, ya que no quiero hablar de eso.
-Arturo, no te ofendas, pero odio hablar de mi familia.
-Tranquila, no hay problema. Entonces, ¿tienes novio?
-No, Arturo.
-Perfecto, ahora puedo conquistarte - dice, y siento cómo mis mejillas se tornan coloradas, ya que nunca esperé que este hombre fuera tan directo.
-Eres demasiado directo.
-Me gusta serlo, no me ando con rodeos.
-Bueno, eso es algo bueno.
Tomamos vino y seguimos hablando, pero a la media hora volteo hacia la entrada y cuando veo quién entra, siento cómo el vino se me estanca, haciéndome toser.
-Oye, Val, ¿estás bien? - Arturo da golpecitos en mi espalda, pero yo no dejo de ver la entrada. En ella está Dante con una mujer bastante atractiva, ambos están cogidos de la mano y ella le sonríe de forma coqueta. No sé por qué siento una opresión en el pecho.
-Arturo, ¿nos podemos ir ya?
-¿Por qué? ¿Qué pasa? - Cuando se da cuenta, veo cómo sus manos se convierten en puños. - ¿Qué hace ese imbécil aquí? - Cuando intenta levantarse, yo lo tomo del brazo.
-Arturo, no armes un escándalo, solo vámonos. Recuerda que es mi jefe y necesito el trabajo.
-Yo puedo darte trabajo - quisiera, pero recuerdo las palabras de Dante diciendo que estoy en sus manos y desecho esa idea.
-No, ahí estoy bien, pero no quiero problemas. En serio, vámonos.
-¿Y por qué nos vamos a ir? Tú no estás en horario laboral. - Dios, ¿cómo le digo? Bueno, tal vez él me pueda ayudar.
-Arturo, necesito que me ayudes. Dante es...
- QUE MIERDAS HACES AQUI CON EL ?!!!
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Cuando veo a Dante con su cara roja, siento que solo quiero salir corriendo de ahí, esconderme en algún lugar donde no me encuentre. -Oye, Giordano, cálmate, solo estamos comiendo - dice Arturo, pero Dante lo toma de la chaqueta levantándolo de golpe. -Escúchame bien, imbécil, te quiero bien lejos de ella, ¿me entendiste? - noto como una pequeña sonrisa sale del rostro de Arturo, cosa que me parece extraña. -¿Por qué no? Ella no es nada tuyo, es solo su asistente. ¿Por qué no salir con ella? Mírala, es hermosa. - Sin que yo me lo espere, Dante le da un fuerte golpe en la cara haciéndolo caer al suelo. -¡Oh, por Dios, Arturo! - Me agacho para ver si está bien y veo que le sale sangre de la boca. - ¡Dios mío, ¿qué le pasa?! - le grito a Dante, que trata de controlar su ira. .Vámonos ya, Valerie. -No, mira cómo lo dejaste. - Él no toma importancia a lo que digo y lo único que hace es tomarme del brazo con fuerza. - ¡Oye, suéltame! -Imbécil, suéltala, la lastimas - grita Arturo, per
Cuando Arturo se va, siento la mirada de todos encima mío, lo que me hace sentir demasiado incómoda. Pero lo peor de todo es verle la cara a Dante; está totalmente transformada, su cuerpo está tenso y sus manos están hechas puños. -Caballeros, les pido que se retiren por un momento – dice Dante tratando de controlar su ira, pero al parecer ninguno se mueve. Entonces, Dante da un golpe fuerte a la mesa, haciéndonos sobresaltar. -¡¡QUE SE LARGUEN!! – Todos se paran de inmediato y yo también lo hago, pero cuando voy a salir, él da otro golpe. – ¡TÚ NO, VALERIE! – M****a, ahora sí estoy en problemas. Lentamente, me volteo y camino hacia él con la cabeza agachada. – ¿Tienes idea de lo enojado que estoy contigo, Valerie? -No sé por qué te enojas conmigo. Yo nunca le di pie a él para pensar que podíamos tener algo. -¡¡Le aceptaste una m*****a invitación a comer!! -Solo fuimos a comer, no pasó nada del otro mundo. Por Dios, Dante, deja el escándalo – le grito frustrada. – Además, no entie
Entro enojadísima a la habitación que Dante me asignó, aunque él me dijo que solo serían unos días para que me acostumbre, ya que, supuestamente, como soy su mujer, debo dormir con él. Por Dios, nunca había odiado tanto a una persona. No sé en qué momento cambió tanto mi vida. Pasé de ser una simple asistente a la mujer de un mafioso y lo peor de todo, ¡obligada! Quisiera darme un golpe por entrar a esa oficina sin permiso. Si no hubiera entrado, nunca me hubiera enterado de quién era Dante y estaría feliz en mi casa con Matilda, tomando algunas copas. -Mejor me duermo, estoy muy cansada - pienso. Encuentro un pijama en el baño y luego me meto en la cama, que está bastante cómoda, y me quedo profundamente dormida. A la mañana siguiente, me despierto al sentir unas caricias en mi rostro y luego algo húmedo pero suave en mis labios. Cuando abro mis ojos, veo a Dante que me mira sonriendo. -Hola, futura esposa - dice, y siento cómo mi estómago se revuelve. -Hola- respondo seriamente.
-¿Para cuándo lo quieres, Dante?-Para mañana en la mañana. Quiero que Valerie tenga su corazón lo antes posible.-Sabes que esto te costará un dineral.-Sabes que el dinero no es problema para mí. Mejor asegúrate de traer ese corazón mañana, porque no quieres ver mi furia.-Oye, tranquilo. Mañana tendrás tu corazón. Espero que me tengas el dinero en efectivo. Sabes que no recibo cheques.-Sí, yo sé cómo funciona.-Está bien, mañana tendrás tu corazón -Cuelgo la llamada y me voy directo al consultorio del médico.-Doctor, ¿puede regalarme un momento? - El doctor deja lo que estaba haciendo y me indica que pase.-¿En qué le puedo ayudar, señor Giordiano?-Ya tengo el corazón para Valerie, pero necesito al mejor cirujano que tenga este hospital. - El doctor parece algo sorprendido.-¿Cómo consiguió que le donaran el corazón tan rápido?-Doctor, mejor limítese a hacer su trabajo. - Miro la foto que tiene en su escritorio de su familia. - Si empieza a preguntar mucho, voy a tener que hacer
3 meses después de la operación han pasado tres meses desde que me dieron un corazón nuevo. Nunca había estado tan feliz en mi vida. Ahora puedo hacer actividades que antes no podía, y eso me pone muy feliz porque ya no me siento tan limitada. Con Dante hemos estado bien, aunque él sigue insistiendo en el tema del casamiento. Siempre que le voy a decir que no me quiero casar, termina cortando el tema. Hoy me levanté temprano porque la madre de Dante viene y necesita hablar una cosa conmigo, aunque no sé qué es, pero espero que no sea nada malo. Me coloqué unos pantalones, una camisa sencilla y unos tennis. Bajé las escaleras y ahí me encontré a la señora Lina, impecable como siempre. -¡Querida, qué bueno verte! Veo que ya estás mejor - me dio un beso y un abrazo que correspondí. -Sí, ya me siento muchísimo mejor -Qué bueno, querida -Bueno, me dijiste que tenías que hablar conmigo, ¿de qué se trata?- Sacó de su bolso una revista, y cuando la abrió, vi que era una revista de vestid
Me despierto temprano con un tremendo dolor de cabeza. Eso es lo malo de llorar tanto: al día siguiente amaneces como si tuvieras una resaca horrible. Decido levantarme y darme un baño, pero cuando me veo al espejo, tengo los ojos hinchados y rojos de tanto llorar. Al recordar lo que pasó ayer, me dan unas tremendas ganas de vomitar, así que levanto la tapa del inodoro y vomito lo poco que tenía en mi estómago. Cuando termino, me meto a la ducha y, luego de media hora en ella, salgo para elegir ropa para ir a la oficina, ya que hoy debo volver.Termino de maquillarme lo mejor que puedo para taparme las ojeras y luego tomo aire para bajar a desayunar al lado de la bestia que será mi futuro esposo.-Hola, Nanita - le digo a la señora que se encarga de la casa.-Hola, querida. Ya está el desayuno, el señor ya viene - asiento regalándole una pequeña sonrisa y luego me siento a comer.-Buenos días, cariño - cuando escucho su voz, siento que todo se me revuelve, pero trato de darle mi mejor
Llevo una semana sin salir de la habitación desde que me enteré de que mi corazón es de un inocente. No he podido parar de llorar ni un solo día, y las pesadillas se presentan todas las noches, imaginándome el momento en que le retiraron su corazón. Si hubiera sabido que esa fue la manera de conseguir mi corazón, jamás lo hubiera aceptado. Preferiría morir. -Mi niña - nana entra con una bandeja de comida. -Hola, nana. -Tienes que comer, llevas días comiendo poco. -No tengo hambre, nana. Siento que mi estómago se cerró. -Lo sé, pero debes comer o te enfermarás. -Está bien, deja la bandeja. - Nana deja la comida y lo único que hago es tomar el jugo. -Hola. - Veo entrar a Dante con su perfecto traje. -¿Qué quieres? -Digo de manera seca. -No puedes seguir así, debes salir. -¿Qué vas a hacer, me vas a obligar como lo has hecho con todo? - Digo de manera insolente. -No quiero discutir contigo. -Entonces, lárgate de aquí. -No, tienes que cambiarte porque hoy tenemos la fiesta de
Dante camina de un lado a otro en la habitación, sin parar de maldecir. Parece frustrado y con ira acumulada, pero no sabe cómo descargarla. -Dante - se detiene y me mira. -¿Te sientes mal? ¿Te duele algo? - pregunta preocupado, pero yo niego. -Quiero que dejes de atormentarte tanto pensando. Ya está, el corazón no funcionó, tal vez no estoy destinada a vivir mucho. -Por Dios, Val, ¿qué dices? Mientras yo viva, vamos a luchar para que estés con vida. Verás que conseguiremos otro corazón - al decir eso, recuerdo las cosas horribles que hizo para conseguir este corazón. Creo que en parte por eso falló, porque no fue adquirido de la mejor forma. -No quiero que mates a inocentes por darme un corazón. -Si con eso te mantengo viva, lo haré. -Pues yo no dejaré que me trasplanten, no recibiré un corazón que fue robado - él se sienta y suelta un gran suspiro. -¿Por qué haces esto tan difícil? - habla frustrado. -Porque quiero vivir con la conciencia tranquila. No sé cómo lo haces tú,