capitulo 11
Me despierto temprano con un tremendo dolor de cabeza. Eso es lo malo de llorar tanto: al día siguiente amaneces como si tuvieras una resaca horrible. Decido levantarme y darme un baño, pero cuando me veo al espejo, tengo los ojos hinchados y rojos de tanto llorar. Al recordar lo que pasó ayer, me dan unas tremendas ganas de vomitar, así que levanto la tapa del inodoro y vomito lo poco que tenía en mi estómago. Cuando termino, me meto a la ducha y, luego de media hora en ella, salgo para elegir ropa para ir a la oficina, ya que hoy debo volver.

Termino de maquillarme lo mejor que puedo para taparme las ojeras y luego tomo aire para bajar a desayunar al lado de la bestia que será mi futuro esposo.

-Hola, Nanita - le digo a la señora que se encarga de la casa.

-Hola, querida. Ya está el desayuno, el señor ya viene - asiento regalándole una pequeña sonrisa y luego me siento a comer.

-Buenos días, cariño - cuando escucho su voz, siento que todo se me revuelve, pero trato de darle mi mejor
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