-¿Para cuándo lo quieres, Dante?-Para mañana en la mañana. Quiero que Valerie tenga su corazón lo antes posible.-Sabes que esto te costará un dineral.-Sabes que el dinero no es problema para mí. Mejor asegúrate de traer ese corazón mañana, porque no quieres ver mi furia.-Oye, tranquilo. Mañana tendrás tu corazón. Espero que me tengas el dinero en efectivo. Sabes que no recibo cheques.-Sí, yo sé cómo funciona.-Está bien, mañana tendrás tu corazón -Cuelgo la llamada y me voy directo al consultorio del médico.-Doctor, ¿puede regalarme un momento? - El doctor deja lo que estaba haciendo y me indica que pase.-¿En qué le puedo ayudar, señor Giordiano?-Ya tengo el corazón para Valerie, pero necesito al mejor cirujano que tenga este hospital. - El doctor parece algo sorprendido.-¿Cómo consiguió que le donaran el corazón tan rápido?-Doctor, mejor limítese a hacer su trabajo. - Miro la foto que tiene en su escritorio de su familia. - Si empieza a preguntar mucho, voy a tener que hacer
3 meses después de la operación han pasado tres meses desde que me dieron un corazón nuevo. Nunca había estado tan feliz en mi vida. Ahora puedo hacer actividades que antes no podía, y eso me pone muy feliz porque ya no me siento tan limitada. Con Dante hemos estado bien, aunque él sigue insistiendo en el tema del casamiento. Siempre que le voy a decir que no me quiero casar, termina cortando el tema. Hoy me levanté temprano porque la madre de Dante viene y necesita hablar una cosa conmigo, aunque no sé qué es, pero espero que no sea nada malo. Me coloqué unos pantalones, una camisa sencilla y unos tennis. Bajé las escaleras y ahí me encontré a la señora Lina, impecable como siempre. -¡Querida, qué bueno verte! Veo que ya estás mejor - me dio un beso y un abrazo que correspondí. -Sí, ya me siento muchísimo mejor -Qué bueno, querida -Bueno, me dijiste que tenías que hablar conmigo, ¿de qué se trata?- Sacó de su bolso una revista, y cuando la abrió, vi que era una revista de vestid
Me despierto temprano con un tremendo dolor de cabeza. Eso es lo malo de llorar tanto: al día siguiente amaneces como si tuvieras una resaca horrible. Decido levantarme y darme un baño, pero cuando me veo al espejo, tengo los ojos hinchados y rojos de tanto llorar. Al recordar lo que pasó ayer, me dan unas tremendas ganas de vomitar, así que levanto la tapa del inodoro y vomito lo poco que tenía en mi estómago. Cuando termino, me meto a la ducha y, luego de media hora en ella, salgo para elegir ropa para ir a la oficina, ya que hoy debo volver.Termino de maquillarme lo mejor que puedo para taparme las ojeras y luego tomo aire para bajar a desayunar al lado de la bestia que será mi futuro esposo.-Hola, Nanita - le digo a la señora que se encarga de la casa.-Hola, querida. Ya está el desayuno, el señor ya viene - asiento regalándole una pequeña sonrisa y luego me siento a comer.-Buenos días, cariño - cuando escucho su voz, siento que todo se me revuelve, pero trato de darle mi mejor
Llevo una semana sin salir de la habitación desde que me enteré de que mi corazón es de un inocente. No he podido parar de llorar ni un solo día, y las pesadillas se presentan todas las noches, imaginándome el momento en que le retiraron su corazón. Si hubiera sabido que esa fue la manera de conseguir mi corazón, jamás lo hubiera aceptado. Preferiría morir. -Mi niña - nana entra con una bandeja de comida. -Hola, nana. -Tienes que comer, llevas días comiendo poco. -No tengo hambre, nana. Siento que mi estómago se cerró. -Lo sé, pero debes comer o te enfermarás. -Está bien, deja la bandeja. - Nana deja la comida y lo único que hago es tomar el jugo. -Hola. - Veo entrar a Dante con su perfecto traje. -¿Qué quieres? -Digo de manera seca. -No puedes seguir así, debes salir. -¿Qué vas a hacer, me vas a obligar como lo has hecho con todo? - Digo de manera insolente. -No quiero discutir contigo. -Entonces, lárgate de aquí. -No, tienes que cambiarte porque hoy tenemos la fiesta de
Dante camina de un lado a otro en la habitación, sin parar de maldecir. Parece frustrado y con ira acumulada, pero no sabe cómo descargarla. -Dante - se detiene y me mira. -¿Te sientes mal? ¿Te duele algo? - pregunta preocupado, pero yo niego. -Quiero que dejes de atormentarte tanto pensando. Ya está, el corazón no funcionó, tal vez no estoy destinada a vivir mucho. -Por Dios, Val, ¿qué dices? Mientras yo viva, vamos a luchar para que estés con vida. Verás que conseguiremos otro corazón - al decir eso, recuerdo las cosas horribles que hizo para conseguir este corazón. Creo que en parte por eso falló, porque no fue adquirido de la mejor forma. -No quiero que mates a inocentes por darme un corazón. -Si con eso te mantengo viva, lo haré. -Pues yo no dejaré que me trasplanten, no recibiré un corazón que fue robado - él se sienta y suelta un gran suspiro. -¿Por qué haces esto tan difícil? - habla frustrado. -Porque quiero vivir con la conciencia tranquila. No sé cómo lo haces tú,
Despierto al sentir unas caricias y besos en la espalda, luego estos besos suben por mi cuello entonces escucho su voz: - Despierta, dormilona, ya está el desayuno. - No quiero levantarme, ayer no me dejaste dormir – y es la verdad, al parecer este hombre es bastante aguantador y nos llegamos a dormir como a las 5:30 am; escucho una risita de su parte y luego siento como mi pie es jalado, sacándome prácticamente de la cama – ¿Oye, qué te pasa? - Necesitas comer – en ese momento veo que sus ojos se oscurecen y se llenan de lujuria y cuando veo mi cuerpo me doy cuenta del porqué, estoy desnuda – ojalá me recibieras así todas las mañanas – me levanto como un rayo y tomo la camisa que está en la mesita y me la coloco. - Bueno, ahora sí vamos a comer – cuando bajo hay mucha comida en el comedor y luego veo una rosa en mi puesto. - Espero te guste, lo preparé yo mismo – ¿en serio, este es el Dante que yo conozco? - ¿Qué te pasa contigo? – este parece no entender, frunce el ceño. - ¿A
DANTE Cuando Val termina de decir esa frase, siento cómo todo mi mundo se cae en mil pedazos. La tengo en mis brazos mientras llega el médico para revisarla, pero yo solo tengo en mi mente la palabra “te odio”. Todo esto es mi jodida culpa; ella no podía tener impresiones fuertes y fue lo primero que hice, alterarla. - Señor Giordiano, ya llegué. - Por favor, revise a mi esposa – el doctor comienza a revisarla y luego le aplica unos medicamentos. - ¿Cómo está? - Su esposa tenía el pulso muy bajo y su respiración estaba muy lenta, pero ya le apliqué un medicamento que le ayudará a subir el ritmo cardíaco; con eso recuperará la respiración – suelto el aire que tenía retenido – Señor Giordiano, recuerde que su esposa no puede tener emociones fuertes; eso le puede causar la muerte directa. El corazón de su esposa cada día se va apagando, pero si logramos mantenerla tranquila, puede que dure un poco más hasta que llegue un donante. - Entiendo, doctor. Muchas gracias. - Cualquier cosa
Cuando le grité de esa manera a Dante, noté cómo todos nos miraban, así que me di la vuelta y comencé a caminar bajo la mirada de todos, pero en especial la de Dante, que parecía estar en trance. Salí al jardín para tomar un poco de aire y lograr despejar mi mente. - Nunca esperé que fueras a hacer eso – me volteé de golpe y vi a Arturo con las manos en los bolsillos del pantalón. - ¿Qué haces aquí? Sabes que Dante te puede matar por estar aquí. - Sí, lo sé, pero quería saber cómo estabas – no entendí por qué se preocupaba por mí. - Estoy mejor, gracias. - Me alegra mucho, estaba muy preocupado por ti. Yo estuve aquí cuando te sentiste mal, pensé que te perdería. - No puedes perder algo que nunca has tenido – cuando dije eso, quise matarme porque lo dije de una manera muy grosera y Arturo no tiene la culpa de que yo esté viviendo un calvario al lado de Dante – Arturo, lo siento, es que… - Lo sé, Val, aún no te tengo, pero pronto te tendré – dio un paso adelante y luego se fue ac