Llevo ya una semana sin ver a mi pequeña Alana y eso me está partiendo en dos. Desde lo ocurrido en el bar, decidí no regresar para no tentar a la suerte, así que mejor me alejo de esos lugares. Les cuento que comencé a trabajar en una cafetería muy elegante y sumamente costosa. Pagan muy bien y si atiendes bien a los clientes, ellos te dan una muy generosa propina.- Mari, ya me voy, cuídate - tomo mi bolso y salgo de casa. Tomo un taxi porque no me dio tiempo de tomar el bus, me levanté tarde. Cuando llego a la cafetería, me espera Harry, el mismo chico del bar. Al parecer, también trabaja de día. Fue él quien me ayudó a conseguir este empleo.- Hola, preciosa, ¿cómo estás? - me da un beso en la mejilla.- ¿Bien y tú?- De maravilla ahora que te veo - siento como mis mejillas se colocan rojas y él se ríe. - Te ves preciosa cuando te sonrojas.- ¡Harry! Ya basta, no quiero ser un tomate andante - en ese momento llega la jefa, que, a propósito, es una mala leche. Se llama Emilia y nos
- ¿Cómo es posible que aceptaste regresar a esa casa? - grita enojada María.- Sé que es una locura, pero extraño a la niña y es la única forma en que la puedo tener cerca.- Y también extrañas al padre de la criatura.- odio cuando María se pone en ese plan de quererme reprochar todo.- María, él y yo nunca vamos a poder tener nada. Él ama todavía a su mujer, ya lo dejó bastante claro.- Sí, él lo tiene claro, pero tu corazón no. - María se sienta a mi lado y toma mi mano. - Gaby, sabes que siempre te voy a apoyar, pero algo me dice que esto va a terminar mal.- Solo déjame seguir al lado de la nena. - María suelta un suspiro y me abraza. - Es tu vida, Gaby. Yo no decido por ti.Después de esa charla, Harry me llamó y me comentó que la perra de Emili me había despedido por haber dejado tirado el puesto, pero no me importa, ya tengo un empleo y ese empleo me hace más que feliz.- María, ya me voy. Nos vemos el finde.- Dale, pero llámame porfa. - Cuando llego a la casa de Dante, entro c
Cuando Nana menciona que Alana tiene fiebre, Dante y yo salimos corriendo del despacho y subimos a toda velocidad al cuarto de la pequeña.- ¿Qué pasa, Nana? - pregunta Dante.- Está ardiendo en fiebre, deben llevarla al hospital - en ese momento pasa algo que no esperaba que llegara a pasar. Dante toma a la pequeña Alana en sus brazos y luego coloca una cobija encima de ella.- Nana, dile a Lucas que prepare el auto y Gabriella, trae el bolso de la pequeña - todas hacemos lo que nos pide, pero no dejo de salir del shock de verlo cargar a la pequeña. Cuando Nana nos avisa que el carro está listo, bajamos corriendo y Dante se sube al auto junto conmigo.- Arranca, Lucas - pide Dante. Veo que este no deja de ver a Alana y luego la abraza, está desesperado, puedo notarlo. - Está muy quieta - su voz se quiebra.- Tranquilo, es por la fiebre, ella se pondrá bien - cuando llegamos al hospital, unas enfermeras nos reciben y se llevan a la pequeña a una sala, dejándonos afuera con el corazón e
DANTEEstoy caminando de un lugar a otro, esperando noticias de Gabriella. La verdad, nunca esperé que ella fuera a hacer eso por mi hija. Ahora puedo ver lo mucho que ama a Alana.- Dante, ¿cómo va Alana? - Fran, Luna, María y los dos idiotas que están detrás de Gabriella están aquí.- No lo sé, todavía no me han dejado verla y estoy desesperado.- Pronto la verás - el doctor sale y me dice que puedo ver a mi hija, así que sin pensarlo corro detrás de él. Llegamos a una habitación donde hay varios bebés en cunitas.- Ahí está. La operación de la señorita Gabriella fue un éxito, ya le estamos dando la médula.- ¿Y ella cómo está?- Está bien, solo hay que esperar a que despierte de la anestesia.- ¿Puede avisarle a su hermana que ya salió de operación?- Claro, lo dejo - cuando me asomo a la cunita, ella está despierta y al verme comienza a reírse y a mover sus manitos para que la cargue.- Hola, mi amor - sin pensarlo, la tomo en mis brazos y la pego a mi pecho - Me diste un buen sust
GabriellaMe despierto con un fuerte mareo y ganas de vomitar, así que, como puedo, me levanto al baño y vomito lo poquito que había comido. Siento unas manos acariciar mi espalda y tomar mi cabello.- ¿Estás bien? - pregunta Dante, mirándome algo preocupado.- Estoy un poco mareada - sin esperarlo, él me toma en brazos y me lleva a la cama.- Es normal, el calmante que te aplicaron era fuerte - "¿calmante?" En ese momento, me llegan las imágenes de los vestidos llenos de sangre y creo que mi cara se pone más pálida de lo que estaba.- Dante... Alana, la bebé - comienzo a alterarme, pero él me rodea con sus brazos.- Tranquila, ella está bien.- Esos vestidos estaban llenos de sangre, no quiero que le pase nada.- Y yo no quiero que les pase nada a ninguna de las dos. Las voy a proteger.- Solo me interesa que ella esté bien. Me asusté tanto cuando vi eso. ¿Quién lo envió? - él se queda callado.- Eso no importa.- ¡CLARO QUE IMPORTA! - grito alterada - Quien sea esa persona quiere hac
Despierto más descansada que nunca, jamás había dormido tan cómoda. Cuando observo a mi lado, la pequeña Alana está pegada a su papá como si fuera un monito, así que tomo mi teléfono y les tomo una foto.Cuando volteo, me paro de golpe al ver en la puerta con una sonrisa de oreja a oreja a Fran, el amigo de Dante.- Por Dios, casi me matas de un susto - le hablo susurrándole, y este sigue con su estúpida sonrisa. Así que me paro con cuidado de no despertarlos - ¿Qué haces aquí?- Mejor dicho, ¿qué hacen ustedes durmiendo juntos? - me mira con el ceño fruncido, aunque puedo ver un toque de diversión.- Este, la pequeña quería dormir con los dos - creo que estoy colorada como un tomate. Lo peor de todo es que a él le divierte esta situación.- Sí, claro, tú siempre tan complaciente con la pequeña Alana.- Pues sí, bueno, Fran, me iré a dar una ducha. Hablamos luego - antes de salir, veo que Dante abre los ojos y, al ver a Fran al lado mío, abre los ojos sorprendidos.- ¿Qué hacen ustedes
Despierto con una sonrisa en el rostro al recordar la noche tan maravillosa que tuve. Definitivamente, Dante es un buen amante en la cama, aunque estoy segura de que lo nuestro no fue solo sexo. La manera como me tocaba, como me besaba, fue tan delicado, fue perfecto.- ¿Puedo saber a qué se debe tu sonrisa? - Veo a Dante que me mira.- ¿Tú no estabas dormido?- Me despertaste con tu risita discreta.- Lo siento -digo apenada.- ¿Ahora me dirás a qué debo esa sonrisa? - Entonces, de arrebatada, me acomodo encima de él, lo que lo coge por sorpresa, pero luego sonríe y me toma de la cintura, dejando expuesto mi cuerpo desnudo.- Me encantó lo que hicimos anoche - le doy un beso en sus labios y él corresponde.- A mí también, y me gustaría que se repitiera muchas más veces - me besa un seno desnudo, haciéndome jadear.- A mí igual - cuando pensábamos volvernos a entregar a la pasión, la puerta se abre de golpe.- ¡Ay, por Dios, esto sí que no lo esperé! O bueno, sí - Fran está en la puert
Estaba como loco buscando a Gabriella, pero el idiota de Manuel la escondió muy bien. Ahora lo que me preocupa es su hermana, que lleva una semana marcando a la casa, pero siempre le digo que está ocupada o cosas así. Esto es un maldito martirio. Mi hermosa Gaby sigue secuestrada, y ahora mi pequeña Alana la extraña mucho, no para de llorar.—Mi niño, la hermana de Gaby está aquí —joder, lo que me faltaba.—Dile que pase —esta asiente y se va. Tomo todo el aire que tengo para enfrentarme a la fiera de su hermana. Ella entra con cara de pocos amigos y luego, en un rápido movimiento, me toma de la camisa con fuerza.—¿Dónde está? —grita colérica, mientras yo estoy sorprendido por su actuación. Esta mujer sí que tenía ovarios.—Oye, cálmate y suéltame.—Si quieres que te suelte, dime dónde tienes a mi hermana.—Siéntate y te explicaré las cosas —esta me suelta de mala gana y se sienta con los brazos cruzados, esperando respuesta. La escucho, señor Giordano —me paso la mano por el cuello,