GabriellaMe despierto con un fuerte mareo y ganas de vomitar, así que, como puedo, me levanto al baño y vomito lo poquito que había comido. Siento unas manos acariciar mi espalda y tomar mi cabello.- ¿Estás bien? - pregunta Dante, mirándome algo preocupado.- Estoy un poco mareada - sin esperarlo, él me toma en brazos y me lleva a la cama.- Es normal, el calmante que te aplicaron era fuerte - "¿calmante?" En ese momento, me llegan las imágenes de los vestidos llenos de sangre y creo que mi cara se pone más pálida de lo que estaba.- Dante... Alana, la bebé - comienzo a alterarme, pero él me rodea con sus brazos.- Tranquila, ella está bien.- Esos vestidos estaban llenos de sangre, no quiero que le pase nada.- Y yo no quiero que les pase nada a ninguna de las dos. Las voy a proteger.- Solo me interesa que ella esté bien. Me asusté tanto cuando vi eso. ¿Quién lo envió? - él se queda callado.- Eso no importa.- ¡CLARO QUE IMPORTA! - grito alterada - Quien sea esa persona quiere hac
Despierto más descansada que nunca, jamás había dormido tan cómoda. Cuando observo a mi lado, la pequeña Alana está pegada a su papá como si fuera un monito, así que tomo mi teléfono y les tomo una foto.Cuando volteo, me paro de golpe al ver en la puerta con una sonrisa de oreja a oreja a Fran, el amigo de Dante.- Por Dios, casi me matas de un susto - le hablo susurrándole, y este sigue con su estúpida sonrisa. Así que me paro con cuidado de no despertarlos - ¿Qué haces aquí?- Mejor dicho, ¿qué hacen ustedes durmiendo juntos? - me mira con el ceño fruncido, aunque puedo ver un toque de diversión.- Este, la pequeña quería dormir con los dos - creo que estoy colorada como un tomate. Lo peor de todo es que a él le divierte esta situación.- Sí, claro, tú siempre tan complaciente con la pequeña Alana.- Pues sí, bueno, Fran, me iré a dar una ducha. Hablamos luego - antes de salir, veo que Dante abre los ojos y, al ver a Fran al lado mío, abre los ojos sorprendidos.- ¿Qué hacen ustedes
Despierto con una sonrisa en el rostro al recordar la noche tan maravillosa que tuve. Definitivamente, Dante es un buen amante en la cama, aunque estoy segura de que lo nuestro no fue solo sexo. La manera como me tocaba, como me besaba, fue tan delicado, fue perfecto.- ¿Puedo saber a qué se debe tu sonrisa? - Veo a Dante que me mira.- ¿Tú no estabas dormido?- Me despertaste con tu risita discreta.- Lo siento -digo apenada.- ¿Ahora me dirás a qué debo esa sonrisa? - Entonces, de arrebatada, me acomodo encima de él, lo que lo coge por sorpresa, pero luego sonríe y me toma de la cintura, dejando expuesto mi cuerpo desnudo.- Me encantó lo que hicimos anoche - le doy un beso en sus labios y él corresponde.- A mí también, y me gustaría que se repitiera muchas más veces - me besa un seno desnudo, haciéndome jadear.- A mí igual - cuando pensábamos volvernos a entregar a la pasión, la puerta se abre de golpe.- ¡Ay, por Dios, esto sí que no lo esperé! O bueno, sí - Fran está en la puert
Estaba como loco buscando a Gabriella, pero el idiota de Manuel la escondió muy bien. Ahora lo que me preocupa es su hermana, que lleva una semana marcando a la casa, pero siempre le digo que está ocupada o cosas así. Esto es un maldito martirio. Mi hermosa Gaby sigue secuestrada, y ahora mi pequeña Alana la extraña mucho, no para de llorar.—Mi niño, la hermana de Gaby está aquí —joder, lo que me faltaba.—Dile que pase —esta asiente y se va. Tomo todo el aire que tengo para enfrentarme a la fiera de su hermana. Ella entra con cara de pocos amigos y luego, en un rápido movimiento, me toma de la camisa con fuerza.—¿Dónde está? —grita colérica, mientras yo estoy sorprendido por su actuación. Esta mujer sí que tenía ovarios.—Oye, cálmate y suéltame.—Si quieres que te suelte, dime dónde tienes a mi hermana.—Siéntate y te explicaré las cosas —esta me suelta de mala gana y se sienta con los brazos cruzados, esperando respuesta. La escucho, señor Giordano —me paso la mano por el cuello,
Me levanto mucho mejor que ayer. Hoy ya no tengo mareo y tengo ánimo de levantarme y ver a mi pequeña. Salgo de la ducha y busco un jean con una blusa de tiras.Cuando salgo de la habitación, voy directo a la de Alana, pero ella no está. Entonces bajo porque quizás la tenga Nana.- Vamos, cariño, come - veo a Dante tratando de darle la comida a Alana, pero al parecer esta se niega - Alana, no hagas enojar a papá.Mi niña, me acerco a ellos y cuando Alana me ve, comienza a gritar "mamá" y a estirar sus manitas.- Hola, mi amor - la tomo en brazos y la lleno de besos - ¿Me extrañaste? - ella coloca sus manitos en mi rostro y luego me da besos - Yo también te extrañé mucho.- ¿Cómo estás? - pregunta Dante, que me mira embobado.- Mucho mejor, gracias por todo.- No hay de qué, ven, vamos a comer. Esta pequeña me está haciendo la vida imposible con la comida.- Cariño, no le hagas la vida difícil a tu padre - la siento en la sillita de ella y le paso la cuchara con la comida - Abre la boqu
2 meses despuésLlevo dos meses internada en este centro de reposo. La verdad es que me han ayudado mucho y todos aquí son maravillosos conmigo. Mi hermana, Fede y Harry han estado pendientes de mí, visitándome y a veces hablamos por teléfono. Pero a quien en realidad quiero ver no ha vuelto. Desde hace un mes no sé nada de él. El último día que lo vi, vino con la pequeña Alana y sentí que fue como una despedida. Al parecer no me equivoqué. Ahora no sé nada de ellos y cada vez que le pregunto a mi hermana, ella me cambia de tema.- Ya hoy sales, Gaby - dice Lara, la enfermera que ha estado cuidando de mí.- Sí, lo sé, estoy muy feliz, podré volver a mi casa.- Te extrañaremos mucho - me da un abrazo y yo le correspondo. Bajamos con mis maletas y me despido de todos.- Vamos - María toma mis cosas y las monta en el auto. Me despido de todos con la mano y luego ella arranca. - ¿Contenta?- Muy contenta, quiero volver a mi vida de antes. Por eso necesito ir a ver a Dante - ella para de go
Me encuentro en el aeropuerto con el señor Coleman, esperando a que su jet esté en posición para poder viajar. La verdad es que estoy algo nerviosa porque me iré a otro país, lejos de mi familia, cosa que nunca había hecho.—¿Nerviosa, señorita Morelli? —pregunta el señor Coleman.—Un poco. Es un cambio fuerte, pero sé que será bueno.—Espero que sí —nos informan que podemos abordar, así que caminamos hasta el jet. Cuando entro, quedo deslumbrada por lo hermoso que es. Los asientos son de puro cuero y está perfectamente decorado con un color café que lo hace ver más elegante.—¿Le gusta? —la voz de mi jefe me saca de mi trance.—Sí, señor Coleman, es muy lindo —ambos tomamos asiento y el jet despega. Miro por la ventana y ahora me doy cuenta de que no solo estoy dejando a mi familia, sino también mi vida y mi corazón aquí. Una lágrima sale de mis ojos, rodando por mi mejilla, cosa que no pasa desapercibida para el señor Coleman.—¿Está bien, señorita Morelli? —Limpio mi lágrima y le so
Como el desayuno, aunque este queda a medias ya que la comida ni me pasa. Esta vez sí tomo un taxi porque no tengo deseos de caminar.Cuando llego a la oficina, la m*****a chica del piso del jefe me mira mal, pero no le presto atención. Solo llego corriendo a mi oficina, tomo mi agenda y salgo disparada a la oficina de Ethan.- Pensé que te ibas a dar el día - salto del susto al escuchar la voz de Ethan en la puerta de mi oficina.- ¡Dios, qué susto me diste!- ¿Cómo amaneces?- Con algo de pena con usted, no sé lo que pasó anoche.- Tranquila, no pasó nada. Simplemente me dijiste que no te querías quedar sola y me quedé acompañándote, eso fue todo - m****a, ¿en serio le dije eso? Ay, qué vergüenza, ahora cómo lo voy a mirar a la cara - Gabriella, no tengas vergüenza, no pasa nada.- Es que... por Dios, usted es mi jefe, ¿cómo le voy a pedir que se quede? Lo siento mucho, yo...- Gabriella, no se disculpe, para mí no fue ningún problema quedarme. Lo hice con mucho gusto - suelto el air