Después del café y el sándwich fui directo a la empresa de nuevo y llame a mi guardaespaldas, pidiéndole la información de aquella chica después de describirla. Ya para el final día ya había encontrado toda información de aquella chica.

Su nombre es Lucia Angelica Guerrero Sepúlveda, tiene 18 años, nació el 22 de octubre en 2004, vive con sus dos padres. Su padre un arquitecto que jamás está en casa y su empresa está a punto de irse a bancarrota y su madre una profesora de literatura y filosofía, sufre maltrato por parte de la madre y su padre le es infiel a su madre, tuvo calificaciones decentes en el colegio, mientras que quiere estudiar Derecho y Psicología.

Soltera con solo dos amigos, trabaja todos los días de 9 a.m. a 1 p.m., para luego asistir a la universidad hasta las 5 p.m., se va a su casa y luego a las 6 p.m. se dirige a un jardín infantil donde trabaja hasta las 8 p.m.

Los fines de semana se dirige a un apartamento en el cual se aloja solo esos días en el piso 15 y se queda todo el día ahí, no sé qué hace con exactitud pero esta más complicado investigar en esas circunstancias.

Le pedí a mi amigo, el gerente de la cafetería que la despidiera, así que planeo llamarla e invitarla a mi negocio como secretaria de todas formas no me hace falta pero así lo puedo tenerla cerca.

*Sábado 01 de octubre, 13 p.m.*

Hoy llamare a Lucia, aprovechando que es su momento libre, la verdad estoy ansioso, jamás me puse así por una chica pero el solo verla la quise conmigo, tengo planeado hacer que acepte el trabajo de ahí en adelante no sé qué hare.

Hoy es el primer día de Lucia, espero todo salga bien, la verdad presione para que finalizaran la oficina de ella y le invente un pretexto a mi amigo, eso sí, si esto no funciona tendré que tomar medidas más drásticas para mantenerla a mi lado, pedí que estos dos días la vigilaban, la verdad no sé qué sucede conmigo, pero siento que si no lo trato la perderé.

Escucho el golpe de la puerta y salgo de mis pensamientos estoy ansioso "Pase!" mientras junto mis manos debajo de las mesa aprontándolas dejando mis nudillos en blanco.

Entra la joven, vestía un elegante vestido azul oscuro, unos tacones y su pelo cobrizo estaba amarrado en un simple pero elegante coleta.

"usted otra vez?!" dijo la joven arrugando su nariz y sus cejas, estaba a punto de irse pero al darse la vuelta para marcharse una voz sonó.

"Disculpe, pero que planea hacer? se supone que esta es una entrevista, porque se va? es grosero." la verdad Rian ya estaba cabreado, no le gustaba cuando la gente era grosera y ella era más que grosera.

la chica se inclinó en forma de disculpa y bostezo, la verdad aquel hombre no le caía bien y no era difícil notarlo, pero aquel trabajo ella lo necesitaba, por lo cual procedió a pedir disculpas y sentarse en una de las sillas.

No podía evitar mirarlo mal, sabía que si hablaba soltaría algo que ella no quería así que procedía a hacer las cosas sin hablar, le entrego su currículo, era incomodo estar en la misma sala y ella sentía algo raro en su presencia como si el la estuviera comiendo con los ojos, "No es grato" dijo mirando al suelo, en un susurro audible para aquel caballero pero para ella una espina, hizo que el hombre al oír esas palabras y escucharlas tan suave le diera una pequeña corriente eléctrica por toda la espina dorsal.

"Que no es grato?" pregunto sintiendo su cuerpo arder y su respiración volverse más pesada. La chica levanto la vista, mirando esos ojos verdes, era simplemente magnifico y encantador pero no eran seguros, o eso pensaba, al conectar sus miradas el hombre veía como si una llama de fuego ardiente brotaran de aquellos ojos y ella procedió a decir sin quitar la mirada.

"Que me veas. Esto es trabajo, no una cacería" fue lo único que dijo para luego levantarse y tomar sus cosas, respirar onda agradecer e informar que no quería ya el trabajo, aquel hombre estaba perplejo que ni siquiera pudo defender su postura, cuando pudo por fin decir algo la señorita ya se había ido y él sabía que esto, esto no quedaría así.

Al salir después de aquella empresa sintió que por fin podía respirar, era un lugar asfixiante aquel o quizás el hombre lo fue, suspiro y se encorvo mirando triste el piso, con una cara de preocupación, de todas formas la habían despedido y ahora rechazó el mejor trabajo que podía tener, esto la volvería loca, se iba a dirigir al apartamento que ella compro para escapar los días de semana de su familia, pero estaba muy lejos y ella ya sentía que sus piernas no podían más, no quería ir donde su madre, sabía que no tendría paz.

Camino y camino, tenía que encontrar otro trabajo, fuera como fuera, tenía que lograrlo.

Pasaron las horas y seguía caminando hasta que tropezó y callo, golpeándose la cabeza y cayo inconsciente en medio de la calle.

Por otro lado eran ya las 8:30 p.m., uno de los trabajadores de la empresa fue a la oficina del Ceo, hoy era noche de subasta, se hacía una vez a la semana, pero cada subasta de la semana era diferente, siempre cambiaban y subastaban otras cosas u otras personas.

Rian se encontraba fumando en su oficina cuando uno de sus empleados abrió la puerta, se giró, estaba enfadado por todo lo ocurrido y aquel joven sufriría las consecuencias aunque no fuera culpable de todo aquel caos, tomo uno de los ceniceros de cristal y se lo tiro a aquel chico, logrando que el cenicero chocara contra la muralla y el joven se agachara asustado, dio una calada a su cigarrillo, lo exhalo para luego decir con una ronca y gruesa voz "Se toca antes de entrar" el muchacho temblando se levanta, pide disculpas e informa que el auto ya iba a partir y que por ello lo fue a buscar a la oficina porque él no aparecía.

El hombre de mal humor tomo su chaqueta, bolso y salió sin decirle ni mirar a aquel muchacho que parecía que se orinaría en sus pantalones.

En el auto estaba su guardaespaldas y su mano derecha, Roberto.