| Antosha |—Ya sabes lo que tienes que hacer— dice Faddi mientras me señala con un cucharón.Él acaba de preparar la cena, nunca lo admitiré para no inflar más su ego, pero es un magnífico chef, tomo varios cursos de cocina, sin embargo nunca ha ejercido, la razón obvia es porque prefiere ayudarnos estos primeros diez años que tendremos como Alfas, a pesar de que él no tiene un cargo importante nos ayuda con el papeleo y tareas que no podemos confiarle a cualquiera, sin embargo siempre bromeamos diciendo que es la secretaria de todos.—¿Creen que funcione?— Sí, una disculpa directa es mucho mejor que miles de regalos— dice Faddi emplatando nuestra comida.—Dijiste que es una roger...— Vladimir no sigue hablando porque lo interrumpo.—era una roger, ahora es tu Luna— aclaro mirándolo serio.—lo que tú digas, mientras no la presentes en frente de la manada nadie la tratara como tal, volviendo al tema tienen que ser directos con ella, no estoy insinuando que sea estúpida, simplemente su
| Arman |La observo, me quedé petrificado. Sé que no debería estar reaccionando de esta forma, mi mente no debería divagar en pensamientos impuros. Rápidamente recupero mi autocontrol y desvío la mirada, me acerco a ella con cuidado.— ¿Me quieres ayudar a servir la comida? — no veo otra cosa que su rostro.— Sí — susurra, no es muy comunicativa.Camino hacia el mesón cerca de la cocina, asegurándome de que ella me siga. Cuando está a mi lado, le enseño cómo emplatar la comida y lo hace a la perfección. Al mismo tiempo, le digo los nombres de todo lo que utilizamos. Ella es muy inteligente, como una pequeña esponja que absorbe todo.Yo entrego la comida a mis hermanos. No quiero obligarla a estar demasiado cerca. Sé que si la presiono demasiado, puede huir a su habitación. Cuando ya estamos todos sentados, ella empieza a comer utilizando el tenedor. Observa primero cómo lo hacemos nosotros y luego imita.Toco mi cabello. Estoy sudando un poco. Es difícil comer con ella enfrente y es a
| Antosha |Vemos cómo ella camina, se tambalea un poco y sus rodillas se mueven de forma graciosa, pero está feliz, tiene una hermosa sonrisa solo por estar usando tacones, Olivia tenía dos pares de su talla, todas sus prendas son únicas, no hay un par igual al otro, eso nos fascina.— ¡Miren, miren! — todos nos acercamos cuando ella camina hacia la barandilla.Cómo lo pensamos se termina tambaleando y cayendo, la atrapamos, por supuesto, Arman revisa que no se haya lesionado.— ¡Mira! — exige moviendo sus pies mostrando sus tacones, uno es gris y el otro es celeste —como tú y tú— señala a Anakin y Arman, después ella me muestra una tela con un diseño, es una mezcla de colores entre diferentes tonos de verde, marrón y amarillo— tú — me señala, la emoción con la que la habla es adorable.—Ten más cuidado, pudiste haberte lastimado— le dice Arman preocupado.— ¡Pero mira! — él sonríe rendido ante los deseos de nuestra mate.—Sí son muy bonitos y se parecen a nosotros— responde Arman y n
—¿Estás seguro de lo que harás? —pregunta por quinta vez hoy.—Si existiera la mínima posibilidad de encontrar a tu compañera, ¿lo harías? —replico, observando cómo su silencio confirma mi punto.—Nunca habías dejado la manada por tanto tiempo, será sospechoso.—Estaré fuera como máximo una semana. Nadie debe darse cuenta, sigue con normalidad —respondo mientras cierro mi pequeña maleta.—Espero que ella esté ahí, pero es arriesgado. Si te atrapan, nadie te podrá sacar de ahí —dice, acomodándose el cabello con frustración.—No me atraparán y no sabrán que fui yo. Ya lo hemos hecho antes, entrar y salir sin ser detectados.Ellos se creen invencibles, pero están muy equivocados. Creen tener infiltrados en mi manada y disponer de información valiosa. Solo son cachorros jugando a ser Alfas. Yo llevo este puesto desde los quince; ellos apenas están empezando. Siguen ahí porque no son una amenaza. Sus padres lo eran, especialmente el mayor, pero ya no están al mando. Gracias a eso, he podido
| Zinerva |Él está buscando entre la ropa que trajo mamá. Toda es muy bonita; no entiendo por qué no elige cualquier cosa.— Tesorito —me llama para que le preste atención ya que estaba mirando las telas—, no entiendo por qué no usan mi nombre—. ¿Prefieres un pantalón o un vestido?— No sé qué es un pantalón.— Es lo que llevo puesto. Si te coloco un pantalón, debes usar también una camisa —dice señalando la tela que está en su torso.— Pantalón —lo elijo solo por curiosidad.— Supongo que este pantalón con esta camisa quedarán bien. ¿Te gusta? —él me los enseña, pero a mí me da igual; solo quiero que me vista para ir a ver dónde están sus otros hermanos. No entiendo por qué invitaron gente si estábamos bien solos.— Sí, me gusta —tampoco entiendo por qué le da tanta importancia a las telas que usaré.Quiero salir de aquí con él para saber lo que hacen sus hermanos. Si no están aquí, es porque están haciendo otra cosa y quiero ver lo que hacen; seguro será más divertido que elegir la
Observo el bosque mientras pequeños fragmentos de recuerdos vienen a mi mente. Fue tan fácil entrar, los túneles siguen siendo los mismos, a pesar de que haya pasado más de medio siglo. Traje solo un puñado de los machos en los que más confío. Tienen décadas trabajando para mí; además, sé cuáles son sus puntos débiles. Si por alguna razón me traicionan, los haré pagar con creces. Nunca confiaría en alguien que no tiene nada que perder; es necesaria una debilidad para que yo les pueda confiar cosas como estas.Pasamos un par de horas moviéndonos por la manada. Gracias a un par de deltas sabemos por dónde podemos pasar hoy. Hasta ahora no hay señales de ella y, desgraciadamente, la mañana llegó. Tenemos que ocultarnos en una de las cabañas para no levantar sospechas. A pesar de que la manada sea grande, no me tomaré el riesgo de que alguien me reconozca. Mi lobo y yo sabemos esperar.—Alfa Alexander, estos son los informes de los nuevos integrantes desde su última visita a la manada —aga
| Arman |Espero su respuesta. Por alguna razón, los pocos segundos en los que decide qué decir se me hacen eternos. Muevo mi pie y trato de respirar a un ritmo normal. Tal vez no debí haber preguntado eso. Puede malinterpretar lo que deseo. Sí, quiero tener ese tipo de momento con ella, pero no ahora. Sé esperar. Creo que es mejor retractarme.— Puedes decir que no, estoy acostumbrado a dormir solo...¿POR QUÉ DIJE ESO?Seguro piensa que soy un desesperado por contacto físico. Si antes parecía un pervertido, ahora seguro piensa que soy un gazmoño. Debo arreglarlo, piensa en algo.— ¡Ayúdame, Ivaylo!— Tú fuiste quien metió la pata, a mí no me metas —gruñe y corta el enlace.Tengo un lobo de adorno; no sirve ni para ayudarme a conquistar a la futura madre de nuestras crías y desde que pisó nuestro territorio, la dueña de nuestro corazón y voluntad.— Vamos, tengo sueño —ella me saca de mi pequeño ataque de pánico.Su pequeña mano agarra el borde de mi camisa, sus lindos ojitos redondos
| Alexander |Nos movemos como uno aprovechando la oscuridad de la noche; nuestro pelaje nos ayuda a ser más imperceptibles. Estamos muy cerca del centro de la manada. Tuvimos un golpe de suerte y dos de los Alfas decidieron irse a lados opuestos esta noche; solo hay uno en la casa. A diferencia de lo que pensaban mis acompañantes, esta noche se trata de averiguar qué esconden y por qué es tan importante en vez de seguir buscando a la loba.Mi lobo está de acuerdo conmigo; sería una buena ventaja. Queremos encontrar a esa loba de cabellos rizados, pero también debemos conseguir una garantía en caso de que algo salga mal. No voy a dejar a mis guerreros; pase lo que pase, me los llevo conmigo.Nos tardamos una hora más de lo acordado. Tienen buena vigilancia; lástima que hay traidores y tenemos magia de nuestro lado. No pueden olernos; podemos estar a un metro de distancia de ellos y nunca se darían cuenta.Cuatro de mis acompañantes se separan, un par me sigue hasta cierta distancia. Lu