¿Se dieron cuenta del cambio de Zinerva? Su actitud hacia sus mates, su forma de hablar. ¿Notaron algo más? Desde ayer empezamos este maratón de un capítulo por día.
Observo el bosque mientras pequeños fragmentos de recuerdos vienen a mi mente. Fue tan fácil entrar, los túneles siguen siendo los mismos, a pesar de que haya pasado más de medio siglo. Traje solo un puñado de los machos en los que más confío. Tienen décadas trabajando para mí; además, sé cuáles son sus puntos débiles. Si por alguna razón me traicionan, los haré pagar con creces. Nunca confiaría en alguien que no tiene nada que perder; es necesaria una debilidad para que yo les pueda confiar cosas como estas.Pasamos un par de horas moviéndonos por la manada. Gracias a un par de deltas sabemos por dónde podemos pasar hoy. Hasta ahora no hay señales de ella y, desgraciadamente, la mañana llegó. Tenemos que ocultarnos en una de las cabañas para no levantar sospechas. A pesar de que la manada sea grande, no me tomaré el riesgo de que alguien me reconozca. Mi lobo y yo sabemos esperar.—Alfa Alexander, estos son los informes de los nuevos integrantes desde su última visita a la manada —aga
| Arman |Espero su respuesta. Por alguna razón, los pocos segundos en los que decide qué decir se me hacen eternos. Muevo mi pie y trato de respirar a un ritmo normal. Tal vez no debí haber preguntado eso. Puede malinterpretar lo que deseo. Sí, quiero tener ese tipo de momento con ella, pero no ahora. Sé esperar. Creo que es mejor retractarme.— Puedes decir que no, estoy acostumbrado a dormir solo...¿POR QUÉ DIJE ESO?Seguro piensa que soy un desesperado por contacto físico. Si antes parecía un pervertido, ahora seguro piensa que soy un gazmoño. Debo arreglarlo, piensa en algo.— ¡Ayúdame, Ivaylo!— Tú fuiste quien metió la pata, a mí no me metas —gruñe y corta el enlace.Tengo un lobo de adorno; no sirve ni para ayudarme a conquistar a la futura madre de nuestras crías y desde que pisó nuestro territorio, la dueña de nuestro corazón y voluntad.— Vamos, tengo sueño —ella me saca de mi pequeño ataque de pánico.Su pequeña mano agarra el borde de mi camisa, sus lindos ojitos redondos
El destino tejía sus hilos de manera inexorable, y aunque la mismísima Diosa Luna intentó modificarlo, los padres de ellos y la abuela de ella fueron actores involuntarios en este juego cósmico. Algunos eran partícipes sin conocer su papel, pero la predicción ya estaba grabada en las estrellas. Solo se vislumbraban dos posibles destinos para su futuro, y solo una lobita de pelaje café podía prevenir que sus compañeros desataran una guerra descomunal, llevando a su raza a la extinción y deshaciendo los esfuerzos de la Diosa.Sin embargo, la incógnita prevalecía: ¿quién era ella?La respuesta era sencilla: una Roger, astuta, desterrada o con cualquier calificativo que pudiera asignarse a los estratos más bajos de la sociedad licántropa. En ese mundo, la pregunta adicional podría ser: ¿quiénes eran ellos? Los cuatro Alfas Puros, capaces de aniquilar una raza entera sin que nadie pudiera interponerse. Cuatro machos con manadas poderosas y mentes brillantes, capaces de manipular a su antoj
Me levanto del suelo helado, sintiéndome agotada y sin ganas de irme. Esta cueva es el mejor refugio que he encontrado en varios meses, pero es demasiado peligroso quedarse en un mismo lugar tanto tiempo. A pesar de que ya aprendí a ocultar mi olor, no me puedo confiar. Ningún lugar es completamente seguro, y ya rebasé el límite de días que yo misma coloqué. La última vez que lo hice, gané una nueva y larga cicatriz en la pierna. No quiero volver a tener un enfrentamiento como ese solo por no querer irme de un lugar cómodo. Soy una roger, no tengo hogar, nada me pertenece, y acepté mi destino hace mucho tiempo.Miro mis patas delanteras. La derecha carece de dos garras, ya que aún no se han regenerado por mi mala alimentación. Mi cuerpo apenas tiene fuerza para hacer lo básico. Comienzo a caminar perezosamente para salir de la cueva. Aun es de noche. Levanto mi cabeza cuando ya estoy en el exterior para mirar la hermosa Luna llena. Me sé todos los nombres de las fases de la Luna; fue
Observo a mi alrededor con cautela, sin mostrar que ya me di cuenta de que alguien o algo me acecha. Finjo que sigo cazando a los diminutos peces. Con el tiempo, aprendí a no huir sin saber de qué estoy huyendo o dónde está. A veces, en lugar de alejarme de la amenaza, me terminaba entregando a ella por no esperar.Si es un licántropo, debe tener mi edad o más. Ocultar tu olor es algo que se aprende con los años. A pesar de la ligera brisa, no puedo percibir ni una pizca de un aroma ajeno al bosque. Camino fuera del agua para evitar ser atacada ahí; tendrían ventaja si me resbalara. Al terminar de salir, escucho cómo mueven una piedra a unos cuantos metros a mi derecha. Muestro mis colmillos. Está muy cerca como para huir; tal vez si me mantengo en una posición amenazante, quien sea que esté por ahí se retracte.Mi pelaje se eriza cuando logro captar unas orejas grises a través de unos arbustos muy verdosos. Lentamente sale de ellos una loba. Por el tono de su pelaje y las cicatrices,
Suspiro, masajeando mi frente con la yema de mis dedos. Falta una semana para que se acabe este mes y toca hacer el maldito papeleo. Yo soy, por así decirlo, el contador de la manada. Ya llevo dos títulos universitarios relacionados con el manejo de finanzas y administración de empresas. Además, estoy pensando seriamente en volver a la universidad y obtener otro más.Me siento inquieto. Siempre he sentido esa sensación de que algo me falta, y sé por qué, pero solo debo esperar. No voy a meter la pata después de más de 50 años de abstinencia. Me hice una promesa a mí mismo hace varias décadas y no pienso fallar ahora.Guardo el informe que empecé hace media hora. Aún no está terminado, pero de todas formas necesito un descanso. Tengo dos días metido en la casa sin salir. Ya casi termino todo y debo ayudar a esos revoltosos con los trabajos físicos también.Salgo de mi oficina para llegar a la cocina y sacar un buen pedazo de carne. Normalmente la cocinaría, pero estoy cansado y no dese
Rápidamente meto todos los aparatos que necesito en el bolso con cuidado de no romper algo por mi apuro. Mi hermano está muy ansioso esperando que llegue y sé perfectamente cómo actúa un Alfa macho desesperado. Por alguna razón, su mate resultó herida; no sé si fue él o no, pero conozco a mi hermano. Es brusco por naturaleza y nunca aprendió a regular correctamente su fuerza, a pesar de ser el menor de los tres. Si le hizo daño a ella, estoy seguro de que no fue intencional.Con todo listo, me transformo y agarro el bolso con mi hocico para empezar a correr. No tengo tiempo para sentimentalismos ahora; ya me desahogué un poco con Anakin. Ahora mi mente tiene que estar centrada en atender a la mate de mi hermano.Ya muchos están inventando rumores sobre la búsqueda que hizo Antosha. No fue nada discreto, pero no puedo culparlo. Solo tenía un periodo máximo de una hora para encontrar a su mate. Si pasaba ese tiempo y no la encontraba, era seguro que nunca lo haría si ella no lo quisiera
AntoshaObservo a la tierna loba que yace inconsciente en la cama. Arman se fue a buscar más suero y algunas cosas que no logro recordar del todo. Ella estaba bastante deshidratada. Pienso que Arman también le administró algunas vitaminas, aunque no soy precisamente un experto en términos médicos.Mis dedos se deslizan con cuidado por su pelaje café; nunca antes había visto a una loba con rizos, y la curiosidad me embarga. ¿Habrá más lobas con este tipo de pelaje? Tal vez sí haya, pero no suelo prestar atención a esos detalles y menos en otras hembras. Ahora me doy cuenta de la singularidad de su apariencia.Mis dedos van a sus orejitas, son pequeñas pero redondeadas. Por su pelaje y color, sé que no es originaria de esta región, quizás ni siquiera de este país. Es normal que los rogers como ella pasen de país en país fácilmente gracias a su forma animal, explorando en busca de comida y nuevos territorios.— Es muy pequeña y delgada, tendremos que hacerla ganar peso — comenta Vovk, mi