¿Teorías? ¿Qué les gustaría que pasara?
| Arman |Le arranqué el brazo al vampiro, uno de los pocos que quedan. Tuve que quitarle el control a mi lobo, que quería ir a la casa; tenía que detenerlo porque al estar luchando contra él, nos atacaron por la espalda. Sus sucios colmillos se clavaron en mi lomo, pero es solo una herida menor. Tuve el placer de arrancar su cabeza y así evitar que pudiera morder a alguien más.—Algo no está bien, no puedo sentirla, su olor está desapareciendo —Ivaylo está muy alterado.Decido que mi gente ya puede encargarse del problema solos. Sé que debería ir a ayudar a mi hermano ya que estoy cerca y él sigue luchando, pero no quiero extender más el sufrimiento de Ivaylo. Es normal que el olor de nuestra mate disminuya si ella decidió esconderlo; puede estar asustada por estar sola y muy preocupada por nosotros.Corro lo más rápido que puedo. Cuando llego, aligero el paso. La casa se ve perfecta como la dejamos, nuestra gente está en sus posiciones. Me transformo antes de entrar. Al abrir la puer
| Zinerva |Miro como las personas en la pantalla cantan y bailan, sus movimientos son rápidos, pero precisos, me levanto del mueble para tratar de imitar lo que ellos hacen, es más complicado de lo que se ve, pero son costumbres humanas y de seguro mis Alfas también lo hacen.Ellos no han vuelto, aunque no a pasado mucho tiempo desde que se fueron, no me preocupa que ellos salgan heridos, ese día en el bosque comprendí que ellos son los machos más fuertes que e visto en mi vida y si tienen que defender su territorio lo entiendo, yo viví en muchos lugares, pero nunca me encontré o escuche de un macho tan fuerte como ellos, estoy segura que dentro de poco ellos volverán y me darán mucha comida como recompensa por dejarme sola.Cuando me canso de bailar decido ir a la cocina para comer algo, mi loba esta inquieta, no a podido tranquilizarse desde que soñamos con la extraña figura masculina de ojos azules como el mar, a mí también me inquieta ese sueño, pocas veces sueño con algo, ni siqu
| Zinerva |Miro al gran macho frente a mí, está enorme, pero tiene un pecho lindo, unos pectorales muy grandes, casi esponjosos.—Los quiero morder — dice Accalia.También tiene el cabello largo como Antosha, pero el suyo es más oscuro. No sé si está pelón a los lados, aunque sí tiene barba.Él me sonríe, yo me alejo hasta que mi espalda choca contra la pared. Estoy en otra plataforma, pero esta huele a él, demasiado.No es el mismo olor que ellos desprenden, ni siquiera es tan parecido, pero igual me atrae, me provoca curiosidad.Él se termina de poner sus telas, me da la espalda y yo dudo, debería aprovechar para atacar. Se está agachando, gateo para acercarme a él.—No lo quiero lastimar — mi loba chilla.Yo la ignoro, mis garras salen. Cuando estoy en el borde, él se voltea y yo me congelo. Él alza una ceja y me mira.—No te conviene jugar conmigo, musa — advierte.Yo me siento y miro a otro lado, su sonrisa no me gusta. Quiero a mis Alfas, quiero sus besos, su comida, sus abrazos
| Anakin |— Todo estará bien, ya verás que pronto encontrarán algo que los guíe a ella — mi madre me entrega una taza de café, yo solo bebo un sorbo para no despreciarla. Cada vez que veo la comida se me viene una imagen de ella. Miro hacia el suelo para que no vea las ganas que tengo de llorar.— Debí haber hecho algo, ese día tenía un presentimiento, debí haber encarado a nuestra bisabuela, pero en vez de eso me fui. Ella es la única que puede ayudarnos — me acomodo el cabello y siento como ella me abraza.— No es tu culpa, nadie pudo haberlo imaginado... — la interrumpo.— ¡Somos sus mates, sus compañeros y protectores! — ella se sobresalta — Si nosotros no podemos protegerla entonces, ¿quién lo hará?— ¡Vuelve a levantarle la voz a tu madre y te quedas sin lengua! — siento un gran peso sobre mi espalda y nuca por la voz de mando de mi padre Garald. Solo un par de palabras más y estaría de rodillas.— Lo siento — murmuro casi jadeando por el esfuerzo de no sucumbir y mostrarme sumi
| Alexander |— Deja tus jueguitos, no puedo creer lo que hiciste — se acerca a mí y yo sonrío.— ¿En serio no puedes creerlo? — me burlo — Te está empezando a fallar el cerebro si piensas que también les voy a regalar a mi mate, fue suficiente con dejarles el gran territorio que tienen y el puesto que por derecho me pertenece, deberías estar feliz porque no empecé una guerra que estoy seguro ganaría — ella se tensa y mis sospechas se confirman.— No creas que me quedaré con los brazos cruzados — yo me río.— Haz lo que quieras, abu, yo tomé lo que me pertenece de la mejor forma, si quieres empeorar las cosas toda la culpa recaerá sobre ti cuando tome la manada que también me pertenece y decapite al trío que tanto proteges — ella me mira mal y solo desaparece.No me preocupa que mi musa haya escuchado la conversación, en mi dormitorio no entran los sonidos a menos de que le pongas seguro a la puerta por dentro o la dejes abierta.Me mantengo el resto del día y la noche en la sala, no p
| Alexander |Observo cómo ella escribe mientras su tutora le explica cómo sostener mejor el lápiz. Es su tercer día con ella. Admito que estuve dudando de sus métodos de enseñanza, ya que en tres días esta es la primera vez que escribe. Pensé que desde el día uno estaría enseñándole a escribir, pero los días pasados solo la puso a pintar, dibujar e incluso colorear, además de memorizarse el alfabeto tanto en español como en inglés. Estoy presente en todas sus clases. A pesar de haber elegido a los candidatos para ser sus posibles profesores, no me confío. La única persona en la que un macho debe confiar es su hembra; el resto son extraños. Nunca terminas de conocer a una persona, no importa los años que pases a su lado, y lo más importante, ellos pueden cambiar.Una persona o ser puede cambiar sus creencias completamente con los años, incluso sus gustos. Además, al final del día, nadie es un santo; todos buscamos nuestro propio bienestar, de forma consciente o inconsciente.Su tutora
| Anakin |Camino lentamente, tratando de luchar contra las ganas de volver a mi cama. Cada paso es una lucha; nunca en mi vida había estado enfermo. Soy un licántropo, las enfermedades que nos afectan son tan pocas que nuestros enemigos creen que no existen. Cuando logro llegar a la sala de la casa de Arman, me dejo caer en un sofá individual. Ellos siguen aquí; los escuché hablar en la noche, pero la fiebre era tan alta que me dejó inconsciente. Cada día me siento peor.—¿Me pueden dar un resumen? —suplico al ver que nadie me presta atención.—Hicimos una lista de las manadas que presentaron a una Luna desde el día en que la Luna Zinerva desapareció. También enviamos a nuestros espías. Son solo cinco manadas, pero aún existe la posibilidad de que no la hayan presentado aún para evitar que los descubramos —dice Matvey sin dejar de mirar unos papeles. Incluso Antosha está sentado en una esquina revisando otros papeles. Yo ayudaría, pero cuando intento leer, las letras se me unen.—Ent
| Arman |Miro el reporte sin poder creerlo. Aunque aún no estamos seguros y necesitamos más pruebas, esto no podría ser peor.—Antosha tenía razón, ¿cierto?—Según los rumores, sí, pero necesitamos la certeza de que esto es real. No puedo verlos ni conseguir una foto, pero los integrantes dicen que es una hembra joven de cabello rizado y piel morena clara que se asusta entre la multitud —le resumo lo que dice. Mi hermano me mira y pasa la mano por el cabello.—No podemos decírselo, saldrá corriendo él solo a buscarla.—Lo sé. Aunque no tiene una gran manada, perderíamos muchos machos en una guerra. Hay que intentar negociar; además, sabe cómo entrar. Si quisiera lastimarnos, lo hubiera hecho hace tiempo.—Lo peor es que esa manada tiene una sola entrada por la cual podemos llevar guerreros; las otras están muy cerca de pueblos humanos, por no decir que están en los pueblos.—No debemos subestimarlo. Lleva en el poder desde que era un cachorro, burló nuestra seguridad como si fuéramos