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Capítulo 1: Charla entre alfa y beta.

Ante la pregunta de la joven gamma, todos dirigieron su mirada a su futura alfa, cuyo rostro, estaba completamente rojo, lo que arrancó algunas carcajadas.

― ¿No es obvio? Estoy nerviosa ―masculló Anna ―Pese a que me lo han explicado una y otra vez, no logro entender como funciona eso de reconocer a mi compañero, ¿qué tal si me pasa lo mismo que a Gabrielle y se me bloquea el olfato? ―le preguntó a Pía, quien era la que iba a su lado

― ¡Oye! Que aun estoy aquí hermanita ―dijo Gabrielle fingiendo molestia ―Gala se puso nerviosa, era mi primer clase de rastreo con el delta Byron ―

―Menos mal que serás una gamma y no una rastreadora ―dijo Asher colocándose a su lado

―Ja-ja el simpático te dicen ―gruñó Gabrielle antes de empujarlo

―Suficiente chicos, es hora de empezar ―dijo Byron alzando la voz ―Como será el último ejercicio del día, correrán una hora sin descansar, el que no pueda seguir el paso de Anna o de Gino, recibirá un castigo ―

―Pero delta, ¿qué hay de los que acabamos de recibir a nuestros lobos? ―preguntó un joven castaño

― ¡Sí! ¡Eso! ―exclamó Gabrielle haciendo reír al joven

―Trataré de ser indulgente con aquellos que acaban de cumplir dieciséis años, sin embargo, Gabrielle, tu ya tienes diecisiete, ya deberías estar acostumbrada a la fuerza y a la velocidad de Gala ―dijo Byron clavando sus ojos en la joven, la cual, solo rodó los ojos ―Cuando estén listos chicos ―les dijo a Anna y a Gino antes de transformarse

― ¿Qué ruta seguimos? ―le preguntó Anna a Gino, quien estaba estirando una de sus piernas

― ¿Qué te parece si vamos a la caseta del oeste? Si mis cálculos no me fallan, haremos una hora en total contando el regreso ―

―Supongo que es justo ―masculló Anna estirando sus hombros antes de dirigirse a la salida del campo de entrenamiento ― ¿Listo? ―

―Cuando tu digas alfa Uvita ―

Tras asegurarse de que todos los que los seguían estaban en posición, Gino le hizo un gesto a Anna, quien no tardó en echar a correr, y, tras darle algo de ventaja, Gino fue el siguiente.

― “Uvita, ¿sabes a qué hora llegará Dante?” ―le preguntó Gino por medio del enlace

― “No, solo me dijo que llegaría justo a tiempo para la fiesta, no me dio una hora exacta” ―

― “Anda, ¿es frustración lo que escucho?” ―

― “Es ansiedad… Gino, no tienes idea de cuanto necesito verlo” ―

― “Es entendible, tu parte humana reconoció el vínculo primero, ¿cómo lo lleva Amara?” ―

― “Está nerviosa, teme que le pase lo mismo que a Gala” ―

― “Tranquila, es algo completamente natural, ya verás que, cuando lo tengas enfrente, ni si quiera tendrás tiempo para pensar” ―

― “¿Cuál es el plan de hoy?” ―

― “Vale, cambio de tema, ya entendí” ―dijo Gino riendo ― “No planeé nada especial, pensé que, después de tu presentación y la de los chicos, tal vez podríamos ir a relajarnos al bosque, no lo sé, tal vez ¿una hoguera? No creo que a Gael le apetezca correr de regreso al pueblo” ―

― “¿Te estás apiadando de Gael?” ―preguntó Anna con tono burlón

― “Vale, entonces repitamos lo del año pasado, vamos al bar” ―

― “Me gusta más la primera idea, estaré cantando por un buen rato, creo que prefiero relajarme después de eso” ―

― “Vale, entonces lo hablaré con Byron, ¿qué te parece si vamos al estanque?” ―

― “¡Me encanta! Hoy hay luna llena” ―

― “Es increíble que ya haya pasado un año entero desde que llegaste a este lugar, creo que deberíamos brindar por eso” ―

― “Me gusta como piensas beta gafitas” ―

― “Anna, no voy a darte alcohol” ―

― “Oh venga… Gino, ¡me transformé hace un año!” ―

― “¿Y? Que tu tolerancia al alcohol sea más alta gracias a Amara no significa que ya puedas empezar a beber, el alfa me mataría si se llegase a enterar” ―

― “Oh, vamos Gino, solo por esta noche, ayuda a tu pobre joven alfa a calmar los nervios” ―

― “Que terca eres, bien, lo hablaré con Jaden y Gael, lo planearé todo más tarde” ―

― “Eres el mejor beta del mundo” ―

― “Lo sé, pero gracias por recordármelo” ―dijo Gino alegremente ― “Por cierto, ¿qué ha pasado con Zeth y con tú tía Keren?”

― “La tía Keren está bien, ha sido muy cuidadosa, al parecer, ha conseguido información muy útil, pero no me preguntes de qué se trata, papá no quiere que nos involucremos todavía…” ―

― “¿Y Zeth?” ―

― “Está muy nervioso, dice que últimamente lo han estado presionando a tomar a una compañera elegida” ―

― “Pero ¿qué hay de la princesa Keren?” ―

― “Zeth no quiere decirle nada todavía, cree que eso podría alterarla” ―

― “Repíteme el motivo por el cual no la pueden traer aquí” ―

― “Mi tía dice que no puede dejar sola a la abuela Idylla, tanto ella como papá, creen que la presencia de la tía en el palacio es el único motivo por el que la reina sigue viva” ―

― “La vida del alfa es demasiado complicada” ―masculló Gino justo al mismo tiempo que se colocaba a su lado ― “¿Sabes? El viaje del alfa me tiene de los nervios, lo peor de todo, es que estamos a unos cuantos días de su partida” ―

― “Te entiendo, mamá no ha podido dormir bien en días y el abuelo Adriano está de pésimo humor, con decirte que ayer le gritó a Ares y para disculparse lo llevó al cine” ―

― “Las cosas no deben ser fáciles en casa” ―dijo Gino antes de dirigir su mirada hacia atrás ― “Por cierto, creo que es hora de presionar a los demás, ya estuvo bien de calentamiento” ―

Ante sus palabras, Anna también dirigió su mirada hacia atrás solo para comprobar que el grupo detrás de ellos iba trotando tranquilamente, mientras que Bingen, el lobo de Byron, iba prácticamente andando, por lo que, tras dirigirle una sonrisa a Gino, ambos comenzaron a aumentar la velocidad de su carrera, lo cual, no tardó en provocar protestas por parte de sus compañeros como cada vez que le tocaba guiar a un grupo.

Para ella, esta parte de sus entrenamientos era lo que más disfrutaba, sobre todo, cuando corría con Amara, pues podía disfrutar del viento en su pelaje y de la tierra en sus patas. Sin embargo, cada vez que corría con su loba, ella tenía que contenerse, pues hasta ese día, nadie había podido mantenerle el paso.

Los únicos que lograban tal hazaña, estaban por marcharse.

― “Gino, nunca hemos corrido juntos, ¿cierto?” ―

― “No, creo que deberíamos ponerlo en nuestras actividades de alfa y beta, ¿no lo crees?” ―

― “¿Crees poder seguirme el paso?” ―

― “Estoy convencido Uvita, sin embargo, si por algún motivo no puedo hacerlo, pronto llegará alguien que podrá seguirte el paso sin problemas” ―

― “Tienes razón” ―dijo Anna, y si bien lo había dicho por el enlace, una amplia sonrisa se dibujó en su rostro

Tenía que admitir que la idea de correr con Damon era algo que la emocionaba, sin embargo, lo que más deseaba era volver a subir a su lomo, después de todo, ese lugar era suyo.

Él, era suyo…

Por fin, después de un largo año, ella podría reconocerlo, y le rezaba a la diosa Selene, porque todo saliera bien.

Desde que se había enterado de que él era su compañero de vida, los meses habían pasado demasiado lentos para su gusto, sobre todo, porque Dante parecía tan ansioso como ella, pues la noche anterior, pese a que no se lo había dicho directamente, su compañero le había dejado muy en claro, lo emocionado que estaba por volver a casa, con ella.

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